Para Pachy, por su cumple.

Ya que me preguntas de donde vengo tengo pues confieso que ante ello debo pensar en jarrones rotos o piezas de porcelanicrón estallando por el piso y por las que nos dieron unas buenas pelas con el lado de la hebilla para nada porque después a fuerza de crazy glue aquellas manos reinventaron la magia y de aquella pela que no me la despintaba nadie me salvó el abuelo quien se quedaba fotoestáticamente muerto en la única cama decente que tuvo toda su vida. Según la Buela, el medico le permitió fumar hasta la hora cero porque no servía de nada negarle a los pulmones ese calorcito. Ya el vino estaba servido. El abuelo y sus mosquiteros azules y su gran cenicero, su brocha de afeitar, su vida rota. Si te preguntan por mí diles que caí… yo, a quien nadie le saltaba la cuica… yo, que anduve trucho en hoteles en Orlando y di conferencias al lado de un León que rugía, que ruge. Si te dijeran que ando extraño, piensa en cosas descompuestas. Tristes. En animales de humo y en casas amarillas con ocho puertas en medio del mar. Si te preguntan, piénsame en paredes opacas. En objetos del aire y en mariposas de arena.

Playas llenas de basura.

Si alguien, algún día, por error, indagara per me, piensa en la tierra húmeda del campo, en botellas viajantes, en dolores primarios, el olor del rocío, la hierba, la yerba, y olores de aduanas. En las semillas grises y calientes. Piénsame en las galleras, en los cocoteros… tú, que trabajas más que un sobaco de maraquero. Piensa en mí cuando sufras en los papeles de envolver, en las ensaladas frescas, en la saliva del lagarto, en la ruta nueva del descanso, en el número que no llama. Piensa en esta voz que te llama, piensa en esta voz que es llama. Dame tu mano. Roza mis dedos, siente mi aliento. Vuélvete Ícara, que yo vuelo contigo y me vengo del sol. Si te preguntan por mí: Tumba la casa, rompe la puerta, desnuda mil veces, desnuda dije, cuerpo a cuerpo, diez libra de cadera no es cadera y lo sabes, desnuda, cuerpo en cuerpa, mil veces desnuda, mía y tuya, estar con vos es regresar, hacer falta, envuelto en tu espesa neblina, encaramado contigo en una instalación de Tony Capellán (aquel que recogió los calisos y las chancletas ahogadas de todes nosotres). Que viva tu cuerpo, esa grandísima circunstancia, ese pedazo imposible de abarcar, tu cuerpo isla al que regreso, la patria tuya de tu centro, recién recontravenido, recién nacido de tus sonrisas frágiles y antiguas.