Cierta expectativa se ha creado alrededor de la alocución del Presidente Fernández pautada para esta semana, la cual expondrá diversas medidas económicas con el propósito de mitigar la tendencia alcista de diversos productos. Y no es para menos, pues en momentos donde el precio del barril del petróleo en el mercado internacional se ha disparado, su influencia en el costo de producción, distribución e importación de productos de consumo masivo se ha hecho sentir en el bolsillo dominicano. 

El alza en los precios del petróleo no solo ha causado un aumento en artículos de primera necesidad, también ha influido en el sector servicio. De ahí que sea necesario que tanto el gobierno como el sector privado conjuren medidas que puedan aliviar la carga en los sectores productivos internos, así como en los ciudadanos con menor poder adquisitivo. 

Y seamos realistas, mientras haya convulsiones como las del Medio Oriente, mismas que influyen directamente en la oferta y la demanda del petróleo, así como en el mapa geopolítico mundial, el encarecimiento de ese fósil será algo con lo cual nos veremos forzados a aprender a vivir.    

Según la Organización de Agricultura y Alimentos de las Naciones Unidas (FAO), el precio de los alimentos a nivel mundial aumentó a niveles record a finales del mes de febrero; dichos aumentos se espera sean sostenidos durante todo el 2011. 

Aunque el gobierno ha tomado pasos para estudiar el problema, los esfuerzos no deben quedar allí. Tanto el sector empresarial dominicano como economistas han externado la necesidad de cambiar un modelo económico el cual, a su entender, se ha "gastado". Este argumento no pudiera tener más validez, ya que nuestro país capta la mayor parte del capital foráneo a través de la inversión extranjera y el sector turismo, dejándonos aun más expuestos a las fluctuaciones económicas en el extranjero. 

Es preciso diversificar nuestra plataforma económica, invirtiendo y capitalizando en la producción agrícola en el país, además de concertar esfuerzos en exportar productos que actualmente presentan gran escases en el mercado internacional. Un esfuerzo en este renglón crearía fuentes de trabajo, así como ampliaría nuestro portafolio económico. El llamado no es a abandonar el plano económico actual, pero si ampliar los sectores en los cuales depende nuestra economía. Tras la globalización, la diversificación económica es clave para el desarrollo equilibrado y equitativo de cualquier nación. 

A pesar de que la tendencia alcista del petróleo y los alimentos no responde a medidas adoptadas por el gobierno, la responsabilidad de enfrentar dichas alzas recae primordialmente sobre él. Y aun cuando dos comisiones han sido nombradas para trazar las medidas pertinentes, algunas sugerencias desde la periferia serían pertinentes. 

En ese sentido, lo primero que debe hacer el gobierno es eliminar el despilfarro de los bienes que manejan las diferentes Carteras. La falta de rendición de cuentas, la administración deficiente, y las prácticas clientelistas en numerosas instituciones estatales drenan recursos y capitales que deben ser empleados para mitigar el difícil tramo al cual nos enfrentamos. Nuestro gobierno, señor Presidente, debe comenzar por ahí, utilizando los recursos que obtiene de cada dominicano/a para su bienestar y estabilidad social, poniéndole un pare a la fuga constante de recursos del estado al ser malversados por funcionarios, sindicalistas y políticos. 

La intervención del Dr. Fernández, de producirse, es acertada, pues el gobierno debe tomar medidas pertinentes ante esta situación. Así que hable usted, señor Presidente, pero que sus palabras trasciendan a los hechos, y no queden siendo solo palabras.