En el Canadá se votó y se aprobó una ley que dispone que una persona se debe llamar por el pronombre que ella elija, que si un hombre y se considera mujer el pronombre que por ley se debe usar para llamarla es “ella”, nunca él. Eso se llama pronombre de género elegido. Si alguien no es llamado por el pronombre de género que haya elegido es una ofensa que puede conllevar a prisión quien omita el pronombre elegido o lo sustituya por otro.  Cualquiera que considere que debe llamar una mujer que se considera un hombre por la realidad ostensible de que es mujer es un portador de prejuicios de los que no se puede despojar y por los cuales hay que castigarlo.

Usar cualquier concepto relativo a los LGTB, que ellos consideren una ofensa, debe ser castigado. Por eso todas las personas deben estar actualizadas en el conjunto de palabras que para los LGTB puede conllevar una ofensa. Hay una hipersensibilidad en la que cualquier opinión puede ser considerada una ofensiva, un insulto o un delito de odio. Se crea, de concepto en concepto, un cerco en el que la palabra heterosexual parece ser abominable.

Ahora tenemos un conjunto de palabras hegemónicas, que muchas veces los mismos que las proponen no saben qué hacer con ellas. Nos dicen que las feministas y las LGTB han creado sus propios significados y su propio lenguaje. El hecho de que ese sea el lenguaje dominante para hablar de sexo y género es su triunfo, que parece ser en desmedro de aquellos que los otros puedan creer. Las diferencias biológicas no importan, ahora sólo son importantes las diferencias de géneros y una persona puede ser hombre o mujer con sólo desearlo o considerarse como tal. Ahora hay expertos en ese lenguaje que te hablan de ciencia y atropellan cualquier creencia sea esta religiosa o no. El argumento más usado es que se habla de víctimas al parecer de todos, propensas al suicidio porque desean o se siente mujeres u hombres cuando no lo son y la gente como tales observando sus condiciones biológicas.

Las personas no pueden estar orgullosas de su nación porque eso es nacionalismo chauvinista, uno no puede considerarse orgulloso de ser hombre porque es machismo, esto es sólo posible, si la persona siendo biológicamente mujer se estima hombre, en ese caso es posible el orgullo, pero no de ser hombre, sino de ser transexual. De la primera palabra que se nos ha despojado es la palabra orgullo. El orgullo sólo puede ser un sentimiento propio de los homosexuales o las lesbianas pues son los únicos que pueden sentirse orgulloso, aunque uno no sabe en qué acepción, porque las palabras denotan y connotan.

El orgullo es un sentimiento personal, un sentimiento de satisfacción por los logros, capacidades o méritos propios o por algo que una persona siente le concierne. Orgullo es también arrogancia, exceso de estimación propia, que puede conllevar a sentimiento de superioridad. El orgullo puede ser amor propio o algo que se siente con respeto a una persona o cosa.

El orgullo como sentimiento se tiene por los logros obtenidos, se vincula a los méritos, no hay orgullo por el hecho de la misma existencia, sino por lo que usted haya logrado en ella, es un sentimiento de realización por lo alcanzado para el bien común, por el bien de la humanidad, de un conglomerado o una persona.

Únicamente en la llamada comunidad LGTB existe el orgullo por el solo hecho de ser, se siente orgullo por hecho de ser gay o lesbiana. Se toma del sentimiento que tuvieron los negros en los Estados Unidos de América del hecho ser negros para establecer su condición de seres humanos, que le era negada para justificar la esclavitud con su privación de derechos por el hecho de ser negros. Condición como ser humano que no sólo fue negada a los negros, hubo blancos que fueron esclavos. Un judío tuvo que establecer a los nazis que lo ejecutaban, poniéndolo frente a un pelotón de fusilamiento, que era un ser humano. Lo que nadie niega a los homosexuales o lesbianas y si se les negaba a los negros en el periodo de la esclavitud, como luego se le negaban derechos por el sólo hecho de ser negro, y se establecía la segregación algo que los gais y las lesbianas no han sufrido.

Establecida la condición de seres humanos de los homosexuales, lesbianas, transexuales y bisexuales hay una apología de su práctica llenas de transgresiones a la convivencia con los diferentes a ellos, que se cubre con el orgullo de ser LGTB y de una exacerbada autoestima colectiva que niega derechos a los otros y se presumiéndose con calidad para tener derechos que no tienen por la biología y su naturaleza, pero que quieren tener a través de una construcción social que niega los aspectos biológicos del ser humano.

Un hombre no es mujer porque la sociedad redefina el concepto de mujer o porque se prohíba en una universidad estadounidense el “Monologo de vagina”, por una supuesta realidad de que hay mujeres que no tienen vagina o por el hecho considerarse por el género, que es una construcción, una mujer. El hombre solo o con otro hombre es en todos los casos estéril, porque no tiene condiciones biológicas propias de las mujeres, como es procrear hijo con todas las funciones que eso conlleva como ovular y la menstruación, que se derivan de la condición natural de ser mujer.

El orgullo que los gay y lesbianas sienten no es por ser seres humanos, lo que nadie le niega, sino por ser transexuales, lesbianas y homosexuales, sienten orgullo de considerarse mujer sin serlo, condición de la que quieren derivar derechos, creados a través de la legislación y que le son negado por la naturaleza, ya que no son de sus condiciones naturales y biológicas. Tiene orgullo de sus creencias, de la condición que se atribuyen considerándose mujer u hombre sin serlo. Sabiendo que considerándose una mujer siendo un hombre no puede luchar por el derecho a parir, porque como dijeron los Monty Python en “La vida de Brian”, tal cosa es luchar es en contra de la realidad.

Pretenden resolver el hecho de que hombre con hombre o mujer con mujer no pueden dar hijos, aunque se unan en santo matrimonio, con la adopción, con medios artificiales, como una legislación que procure y determine como educar los hijos de los otros en sus prácticas y conceptos. Negando hasta los derechos de los niños, estableciendo que el derecho de los niños a ser adoptado como un derecho propio de los LGTB y no de ellos (los niños), Los LGTB asumen que es un derecho que por su condición transfieren al niño. Una situación asumida voluntariamente que no le hace sentir orgulloso de lo que es biológicamente, orgullo que un niño no tiene que sentir en un entorno construido que le niega sentirse orgulloso de lo que es por su naturaleza. Se busca cambiar las leyes porque se debe sentir vergüenza de ser hombre o mujer y de la heterosexualidad, y mucho más de ser hombre, que está siempre sindicado como un misógino y un opresor patriarcal.