Con el paso del tiempo las familias van tomando nuevas formas y colores, pero de igual manera requiriendo manejos transparentes a pesar de sus diferencias.
Tengo en consulta a madres que decidieron serlo de manera independiente. Una vez llegado el tiempo biológico y emocional en que entendían estaban listas para la maternidad y no tenían la pareja adecuada para ello, decidieron asesorarse para lograr una maternidad asistida a través de un donador de esperma.
Este un tema tabú en nuestro país y hace un tiempo, por el aumento de los casos en consulta, decidí escribir. Estos niños y niñas han seguido creciendo y ellas continúan afrontando el reto que implica nos solo acompañarlos en su desarrollo, sino acompañar a las demás personas de su entorno a aceptar esta nueva realidad con alegría y donaire.
Lo primero que suelo recomendar a estas madres es la necesidad de contar con una figura masculina que permita introyectar el rol paterno. Se trata de identificar e involucrar afectivamente a un tío, abuelo o amigo que de manera sana pueda relacionarse con los niños y las niñas.
Luego, manejar adecuadamente la información de la decisión de mamá en un tiempo prudente y en un lenguaje sencillo, acorde a la etapa de desarrollo de estos. Al igual que los hijos e hijas adoptados, lo que debe evitase es el secreto y las mentiras. Se trata de un tema primordial que es la identidad ligada al origen y no hay derecho a postergar ni manipular por miedo o culpa.
Tomar decisiones pensadas, con madurez y claridad para asumir las consecuencias que traerán, es un requerimiento necesario en estos casos. Buscar ayuda profesional que acompañe en el proceso y que sirva de guía para ir dando los pasos necesarios y en el momento adecuado.
Su niña ya tiene dos años y la madre me pregunta a qué edad debe hablar acerca de papá, pues en el colegio han estado hablando de La Familia y por la conducta de la niña, parece que hay algo que le inquieta. Esta observación de la madre es muy importante ya que con frecuencia estas señales no se identifican por el miedo a afrontar la verdad de cómo pasaron las cosas. La negación puede aparecer como un mecanismo de evasión para, inconscientemente evitar confrontar a tiempo la situación de la que hay que conversar.
Los niños y las niñas son muy sabios y expertos en el mundo emocional, de manera que saben bien rápido de cuáles temas se puede o no hablar en la familia. Los padres y madres hacen malabares intentando ocultar temas importantes, cuando sus hijos ya se han dado cuenta desde muy temprano que algo pasa, ellos sienten que algo se oculta y hay que tener mucho cuidado para entrar en ese terreno.
Dicho en cortas palabras: el tema es la verdad, la razón es el amor, el momento cuanto antes y la manera, la adecuada a la capacidad de los niños y niñas de acuerdo a su etapa de desarrollo.
La madre puede crear un ambiente de juego, invitar a colorear en un papel grande lanzados en el piso y hacer una historia en dibujos que vaya contando la decisión de mamá. O puede crear un cuento hermoso y sencillo de personajes conocidos por los niños, de la naturaleza o creados por la imaginación y luego extrapolarlo a lo vivido como familia.
Es recomendable que mamá esté relajada, tranquila y que muestre alegría y aceptación de su decisión. Estas madres suelen contar con un buen sistema de apoyo familiar, si ella quiere integrar en ese momento a una persona de la familia, puede ser, siempre que entienda que ella es la protagonista de esta historia y deberá asumirlo en primera persona apoyada por su familia.
Luego de esta primera información no hay que sacar el tema constantemente, los niños y las niñas van mostrando con su conducta o haciendo preguntas, la necesidad de hacer algunas aclaraciones. Estar abierta a esos momentos sin temor ni angustia ayuda. A medida que van creciendo, ellos van necesitando profundizar y la madre deberá estar dispuesta a conversar cuantas veces sea necesario.
Reconozco que este es un tema difícil de abordar para la sociedad en general y por eso escribo, pero más allá de los juicios y señalamientos el propósito es aprender a aceptar con tranquilidad posibilidades nuevas y diferentes a las propias.
En relación a las mujeres que deciden la maternidad por esta vía es solo hacerlo desde la responsabilidad, entendiendo que los niños y las niñas no son un accesorio que necesitan tener para encajar en estándares establecidos, sino seres humanos que requieren amor, compromiso y libertad para ser ellos mismos, más allá de la historia de mamá. Sé que esto es posible, pues he acompañado a mujeres que lo han hecho muy bien, conectadas con su sentir y con todo el apoyo de su familia.