En el mundo psicoanalítico se habla de Ello, Yo y Superyó  (https://es.wikipedia.org/wiki/El_yo_y_el_ello),  y aunque el autor de estas líneas no es especialista en el campo freudiano, ni en sus tópicas,  y mucho menos en el estudio de la psique humana,  sí que se atrevería a reconocer que mucho de lo escrito cada semana por un servidor,  en este espacio reservado por los amigos de https://acento.com.do/ , queda circunscrito a la parcela inconsciente y moral del Superyó de quien escribe.

Curiosamente,  y más allá del principio del placer que pudiera suponer el repetir y repetir los mismos tópicos cada semana, escribiendo y escribiendo de lo mismo, no nos sentimos culpables de hacerlo, dado que no hemos cedido ante el deseo de hacerlo, según  Jacques Lacan.

Nuestra fijación con el tema medioambiental cobra valor cada vez que pasa algo que lamentar o incluso deja de pasar algo que celebrar.

En días pasados,  la zona sureste de España ha sufrido grandes inundaciones; pocas horas han bastado para que estos tristes acontecimientos peninsulares (por aquello de la península ibérica), desplazaran de las primeras portadas los efectos tropicales de Dorian.

Desde que tenemos uso de razón los huracanes, en El Caribe y zonas aledañas, han sido costumbre en temporada ciclónica; sin embargo, lo de Murcia y Almería nos toma de sorpresa y le llaman Dana (depresión aislada en niveles altos).

No nos sentimos en capacidad de asociar el fenómeno Dana a los efectos del cambio climático; no nos atreveríamos a hacerlo dado que desde que hay registros meteorológicos y/o climáticos, se conoce de los mismos y además en las mismas zonas de siempre.

Pero…¿Cabe hacerse la pregunta y dejar que se cuele la duda razonable de si existe relación entre el referido fenómeno y el cambio climático? Con el perdón de Gloria Ceballos (@GloriaCeballos7), incluso con el permiso de Osiris de León (@Osirisdleon), y hasta con la venia de la Agencia Estatal de Meteorología de España (http://www.aemet.es/es/portada), diríamos que cabe hacerse esa pregunta.

Ya nos hemos confesado que partimos del Superyó para realizar estos abordajes; llegados a este punto,  confesaremos también que el Ello está presente en los mismos, dado que damos paso, muchas veces,  a ese deseo pulsional de dejar volar a nuestra imaginación.

Pero partiendo de esto que reconocemos,  y colocándonos en la simple posición del que aprovecha cualquier oportunidad para argumentar su punto de vista, aunque este no se vea justificado por el hecho que en teoría lo desencadena, aprovechamos el fenómeno Dana para reivindicar la pregunta y plantear la duda razonable… 

Volveremos la semana próxima sobre el tema y tomando a la gota fría de España como pretexto,  motivaremos – entre el Ello y el Superyó, o lo que es lo mismo decir, entre la pulsión sin mesura y el sentimiento de culpa – sobre el compromiso de realizar los cambios de conducta que quizás ayudaría a combatir el otro cambio…el cambio climático.

Hasta la próxima.