En esta época se habla con frecuencia sobre "la transición". Es un tema que se abre paso en las tertulias, en forma directa y franca, pero mas frecuentemente de manera un tanto con disimulada y hasta taimada. Es algo así como la desgracia de un pariente o una especie de "vaho" semioculto y de origen supuesto pero en realidad no conocido, que todos sentimos. No estamos hablando de ella, pero de repente, nos damos cuenta que el tema tiende a resbalarse hacia allá, como quien no quiere la cosa.
Pocos hacen preguntas y comentarios directos, pero muchos quieren y buscan información o hacen sus predicciones o especulaciones con aire de conocedor, y hasta los hay osados que se atreven a hacer afirmaciones, como si tuvieran facultades para consultar el oráculo. "La transición" es algo así como una gripe. Basta mencionarla para que inmediatamente todos tengan algo que decir sobre ella.
Ud. Esta hablando de beisbol y de pronto entre un comentario sobre Pujol o Canó, algo aparece sobre el buen trabajo de Acta para lograr que Cleveland trabaje en equipo…….., y zas!, inmediatamente se inflitra, como un gas, el tema de los equipos de "transición" y los comentarios se desplazan hacia quienes conformarán el próximo equipo, y ya uno no sabe si se habla de beisbol de política.
¿Que es la transición?.¿Por qué despierta tanto interés y al mismo tiempo disimulo?.Dice la Real Academia que transición es la "Acción y efecto de pasar de un modo de ser o estar a otro distinto", aunque también dice que es el "Paso más o menos rápido de una prueba, idea o materia a otra, en discursos o escritos", o también un "Cambio repentino de tono y expresión".
Aceptemos, durante "la transición" hay gente que pasa de un modo de ser a otro distinto, lo que en muchos casos se expresa como un cambio repentino de tono y expresión. En esto la Academia tiene razón. Algunos parecen contagiados de aquella enfermedad conocida como "broncemia". ¿Recuerdan?, aquella enfermedad típica de algunas personas que parecen "desayunar primero con Dios, para después descender a hablar y tratar con los mortales ". Algunas personas parecen transformarse a propósito de "la transición". Unos que eran afables, comienzan a hablar en tono ceremonioso, algunos que vestían informal de pronto solo aparecen con sacos obscuros y corbatas. Unos que eran amigables comienzan a comportarse como en una especie de competencia olímpica: mas lejos, mas rápido, mas fuerte. Lo que antes era con sonrisas puede ser con empellones. Si, hay algo de metamorfosis en eso en "la transición".
Ah, si. También hay algo de eso de pasar de una idea a otra, y de pasar rápido una prueba.Por "la transición" algunas personas parecen olvidar repentinamente sus lealtades anteriores y como quien no quiere la cosa, se acomodan prontamente un nuevo sombrero ideológico, se alistan en una nueva comparsa, y ya son los más ardientes defensores de las ideas y propuestas que se supone predominan durante "la transición". Claro que esto puede considerarse muy positivo y digno de alabanza, pero no podemos negar que se requiere cierta elegancia y habilidad que no todos los pasantes logran desarrollar.
Lo importante es que estamos en "la transición". Es una enfermedad que si bien puede ser mortal, también se cura más o menos rápidamente. Podemos pronosticar que casi con seguridad "la transición" terminara dentro de un mes. Como el paso de la luna. Con precisión.
Claro que como todo paso de luna, puede afectar de forma diferente a las personas. Sabemos, por ejemplo lo que pasa con los "hombres lobo" (¿habrá mujeres lobo también?), pero también el aire de melancolía y romanticismo que arrebata a los enamorados. Pensándolo un poco, nos damos cuenta que es casi natural que al finalizar "la transición" nos encontremos con lobos y enamorados.
Se dice que al final de "la transición" sonará una buena orquesta. Todos confiamos en el Director contratado al respecto, en la partitura, que se sabe buena y en los arreglos que han sonado muy bien en los ensayos. Caray, que difícil es afinar una buena orquesta y lograr que toquen una misma partitura. Claro que hay Directores virtuosos y muchos, y hasta muy jovencitos como Dudamel, pero también hay experiencias en que las cosas suenan como perico ripiao después de las primeras 10 botellas de romo.
Tranquilos y tranquilas. Los ensayos van bien. La partitura es buena. El director es de primera. Esperemos tranquilos que pase "la transición". Pasaran los vahos desagradables y predominaran los efluvios agradables. El público los disfrutará y resultará gratificado, convencido que no se equivocó cuando compró las boletas.