En un artículo reciente del periódico El País, la periodista Ana Carbajosa aborda el fenómeno del nuevo tipo de lector que emerge en la era digital.

Entre los años 2008 y 2010, el editor Nicolas Carr se hizo célebre por un artículo titulado: “¿Está Google haciéndonos estúpidos?” y un libro llamado: Superficiales: ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? La idea básica contenida en ambos textos es que el uso de las tecnologías de la información está generando un tipo de cultura lectora caracterizada por la rapidez e intertextualidad, pero sacrificando los niveles de concentración y reflexión. En otras palabras, los jóvenes son cada vez más capaces de leer multiples enlaces a la vez, pero la rapidez propia de la lectura virtual está rompliendo con el hábito de detenerse a procesar y analizar la información leida.

En el artículo redactado por la periodista Carbajosa se señalan algunos de los últimos estudios empíricos en la dirección de Carr. Uno de ellos, realizado por la investigadora noruega Anne Mangen, arroja como resultado que un grupo de chicos expuesto a la lectura impresa mostraba mayores niveles de comprensión que un grupo de chicos expuesto a la lectura digital.

Resulta muy difícil evaluar y comparar los impactos de la lectura digital en un experimento control debido a la la multiplicidad de variables que pueden incidir positiva o negativamente en el proceso de comprensión lectora, desde la naturaleza de los textos leidos hasta las diferencias existentes en formación previa, un entorno favorable a la lectura comprensiva, los estados emocionales de los lectores, etc.

Sin embargo, no deja de ser una hipótesis razonable la afirmación del impacto negativo del uso de las TICs en la lectura, porque, como nos señalan las investigaciones en el campo de las ciencias cognitivas, leer es un proceso modelado por los hábitos de pensamiento,

Si es así, la práctica de leer con rapidez las informaciones breves y carentes de relación, ¿no moldeará al cerebro de modo paulatino hasta tal punto de convertir los procesos de lectura extensa y sistemática en una empresa tortuosa?

Estaríamos asistiendo a una verdadera crisis espiritual, a nada más y nada menos que a la crisis de la cultura humanística tal y como la conocemos en Occidente, conformada a través de una sucesión de interpretaciones de los textos transmitidos por la tradición. Estaremos ante el surgimiento de una cultura caracterizada por profundas carencias interpretativas y reflexivas, generadora de consumidores de información diversa y rápida, superficial, incapaces de dialogar críticamente con la tradición y su entorno.