… Millones manifestantes por la libertad
"Pero, al mismo tiempo, la mayoría de nosotros sabemos que los provocadores y otras figuras estrafalarias cumplen una función pública útil. Los humoristas y los caricaturistas exponen nuestras debilidades y vanidad cuando nos sentimos orgullosos. Minan el autobombo de los triunfadores. Reducen la desigualdad social al bajar a los poderosos de su pedestal. Cuando son eficaces, nos ayudan a enfrentarnos a nuestras flaquezas en grupo, ya que la risa es una de las experiencias" (David Brooks, columnista del New Yor Time. De su artículo – Iam Not Charlie Heddo – Yo no soy Charlie Hedbo, New York Time Enero 8 2015.)
1/Razones para un nacimiento acelerado: la guerra urbana repentina
Francia ha participado últimamente en varias intervenciones militares en el exterior, especialmente en Mali. Esa campaña llevaba por nombre Operación Serval, y formalmente terminó en el 13 de Julio del año 2014.
Fue remplazada de inmediato por otra intervención llamada Operación Barkhane, en vigencia están aún.
No habrá que olvidar que a finales del siglo XIX, Malí fue colonia completando junto a las posesiones de Burkina Faso, Mauritania y Niger, el flanco colonial del África Occidental.
Cuando una nación entiende que su proyecto de expansión armado hacia el exterior es parte de su política diplomática en una región, se supone que tiene diseñado un proyecto de control y resguardo de política interior, previendo las retaliaciones de sus actos exteriores. En el caso que nos ocupa, la Francia de loa años Hollande, un presidente en declive, no ha sido así.
Una nación debe evaluar el lenguaje y el nivel del calibre de fuego de los enemigos que combate, para no alegar sorpresa ante un ataque en el mismo corazón de París, de tres foragidos que han actuado como un pequeño ejército táctico plus. No se hizo esperar la reverberación mediática en una ciudad conocida por apacible, burguesa y tranquila, en el placer de la vida y los gustos.
Es el peor lugar para un atentado, en términos de lo confiado de su población urbana, en términos de un orgullo colonial como eje del mundo, que franceses y francesas llevan en sus conciencias de ciudadanos de primer mundo.
Francia ha tenido más de 30 años de su V República, para haber diseñado un modelo de integración imitable en el corazón de Europa. La diversidad de sus intervenciones coloniales sus compromisos con lo que el Estado allí llama Francofonía, debieron darle luz para -con sus ejemplares sociólogos del CRNS- haber hecho un modelo societal de integración de todas esas personas que han emigrado allí dada las facilidades que ha auspiciado su propio pasado colonial. Ese pasado colonial, del cual les fascinan a los burócratas y empresarios los resultados positivos para a mano de obra barata, pero no las consecuencias humanas del flujo migratorio.
Quienes hoy comenten esos atentados son los hijos perdidos y díscolos de esa migración afro-francesa, argelino-francesa, arabo-francesa.
No pienso justificar vándalos ávidos de sangre ciudadana, son unos malditos cabrones fanáticos, carajetes sin destino propio con una sed de venganza que los pedagogos felinos del musulmanismo violento, reeducan para lanzarlos como truhanes armados, a una sociedad de lujo, opulenta, donde estos jóvenes no tuvieron la oportunidad de inserción debida y -en algunos comprobados- ansiada. Esa capacidad operacional en una ciudad tiene un trasfondo: el resentimiento social que el Islam integrista con un odio nada sofisticado, predica en las aulas de las cárceles con un profundo sentido confesional y de convicción, cuyos fatales resultados hemos visto estos días de tragedias en las calles de París.
Estar contra esta barbarie de modo firme, buscarle una respuesta creíble y definitiva no implica no entender el origen social, el cuadro sicológico de víctimas que en su ignorancia coranista y ortodoxa están dispuestos de modo ciego a convertir el mundo en su víctima también.
Es decir, existe una dialéctica de victimización letal: los delincuentes del Islam son víctimas de su propia ceguera y esas víctimas sociales, alimentadas en el odio a una nación, crean más víctimas innecesarias y ajenas, discurriendo en su vida cotidiana todo lo que sucede en las cabezas endiabladas de estos asesinos, que reclaman en su transe de sangre ser enviados por un tal Mahoma, que no es la marca de unos pantalones vaqueros de los años 50, sino el famoso profeta de la Hégira.
La raíz social de esa guerra urbana repentina en París el 7 de enero -regalo de Reyes ensangrentado por los hijos armados del profeta, Saïd Kouachi, Chérif Kouachi- hay que burcarla para asociarla a otras medidas de seguridad disuasivas.
Estos dos asesinos a mansalva, al salir del lugar del crimen, con la cabeza obnubilada, sucios de sangre ajena y rebelde, voceaban "¡Ala es el más grande!" (Al·lahu-àkbar). En todo caso, vista la tragedia y sus resultados inhumanos, el más grande hijo de puta.
2 /La Marcha Republicana y el andamio emocional de una nación la tarde del 11 de enero: incertidumbre y esperanzas, la unión nacional
Luego de 54 horas justas, iniciadas el 7 de enero a las 11 de la mañana, hora francesa, la ciudad de París recuperó sus papeles de vigilia y dolor. El país entero vía los medios había seguido con histerias y lágrimas profundas las hazañas de los "creyentes" integristas del Islam de las balas y la sangre, los hermanos Kouachi y Amedy Coulibary, este último calculador y artero, tanto como los otros dos.
La marcha de ayer, domingo 11 de enero, es una respuesta contundente de un pueblo noble en proceso de disgusto con su clase política, eso hay que destacarlo.
Una clase política desfasada y corrupta que no genera entusiasmo político y ciudadano.
Francois Hollande -dentro del marco de su mediocridad- ha estado a la altura de los hechos tratando de no politizar la marcha terminada con gran éxito, si se tiene en cuenta que reunió en plan humano y ecuménico a más de 6 millones de personas en toda Francia. Esos cálculos son estimados bajos aún si se calculan las reuniones de franceses y amigos de Francia en el exterior, en muchos puntos del globo terráqueo.
Epidermis emocional de una marcha catarsis:
A) Estar juntos para vencer el miedo y el susto, resguardo colectivo ante el dolor.
B) Nostalgias de Muchedumbres desde el día de la liberación de París, en 1945 hasta el Mayo del 68 francés. La vocación de un pueblo que conoce el arma de la calle y la movilización. Toma de espacio urbano para manifestar con fuerza una convicción, una determinación.
C) Expresar un desahogo ante el espacio de la calle violado por la sangre y la barbarie, juntos en la dimensión física de la calle, todos crean identidad de país, identidad de nación.
D) Buscar en la unión masiva la cura colectiva y de modo público la cura y la explicación a un dolor expandido y cuyo contenido de ciega crueldad moviliza a un pueblo que tiene en su historia barbarie y al mismo tiempo tiene una pléyade de pensadores y hombres de pensamiento, que han sabido luchar contra ella: Voltaire, Emile Zola, Victor Hugo.
La Marcha Republicana se convierte entonces en un pacto ciudadano refrendado por millones de ciudadanos y ciudadanas. Ese pacto que ha visto la nación francesa entera, tiene sus incertidumbres y sus esperanzas.
INCERTIDUEMBRES: Que Francois Hollande, como presidente de la República Francesa entienda que tiene un poder refrendado, en lo que se comienza a llamar hoy -con la formalidad oficial- el Espíritu del 11 de Enero, para mirar las soluciones sólo en términos "musclé ", de fuerza y armas de seguridad interna.
Que este entusiasmo pueda llevar a los dirigentes franceses en el poder a confundir el espacio de la seguridad con el espacio de la libertad, avalados en que la seguridad operación Ville Pirate.
Que la visión de una unión nacional, que origina adrenalina, emocionalidad, compasión y crea un estado útopico de fraternidad circunstancial, puede confundir la visión de mandato popular a quienes ostentan las riendas del estado en un momento de emergencia.
Que los aprestos de seguridad, aunque hasta el momento ha habido más sangre fría que en el estilo norteamericano de la seguridad al vapor en detrimento de las Libertades Civiles, hagan olvidar consensos ciudadanos expresados en la calle ese 11 de enero del 2015.
Desde el Estado, la lectura de la Unión Nationale (Union Nacional) podría ser muy ambiciosa con grandes tentaciones armadas que no siempre resolverán un problema que también tiene otras raíces.
LAS ESPERANZAS: Que un pueblo adulto en la política y las acciones ciudadanas, como es el francés, puede convertir el verdadero espíritu del 11 de enero en un avance para visiones ciudadanas futuras. Sólo organizándose podrán convertir el recuerdo y espíritu de esa Marcha Republicana en un instrumento humano capaz de ayudar a entender las razones sociales de la marginación y el equivocado viacrucis de sangre de muchos jóvenes franceses con arraigo en otras nacionalidades de origen.
Desde la emoción a la Acción, ese será ahora el Gran Espacio Ciudadano luego de la marcha del 11 de Enero, para que la misma no solo sea un recuerdo de emociones colectivas pasajeras.
3 /El monopolio de la nación y la fuerza ciudadana.
¿Estarán hoy en Francia los actores políticos a la altura del desafío del Espíritu del 11 de Enero?…
El tiempo por venir lo dirá, sus acciones y declaraciones dentro de las próximas 72 horas, cuando la emoción se haya consumido, lo dirá.
Porque al final, el monopolio de la nación lo tienen los Ciudadanos en las calles de toda Francia, luchando por la libertad de expresión y por una mejor convivencia ciudadana.
Que quede claro, la Marcha Republicana quedará vacía de contenido y sustancia espiritual, si al final no hay acciones que la legitimen y que generen más democracia. (CFE)
(Próximo artículo: El increíble fracaso de Marine Le Pen o la ceguera ultranacionalista aplastada por la Marcha Republicana)