GUSANO

“. . . asegura que en la ciudad no ha sido posible poner a circular de manera efectiva un autobús GUSANO . . .”

No ha de olvidarse que hay gusanos y. . . gusanos. El primer gusano es el animal invertebrado, de cuerpo blando sin pies. Luego hay otro que es la “persona vil y despreciable”.

Hay otro gusano no menos célebre que los anteriores, es el de la conciencia que es aquel que nace del remordimiento del mal obrar. Otro gusano muy conocido es el de seda.

Todos estos gusanos mencionados quedan descartados para aceptarlos como parte del autobús gusano. La naturaleza de los dos elementos, autobús y gusano se excluyen mutuamente; por lo tanto, se trata de un uso abstracto de gusano, porque el autobús sí puede circular en la ciudad.

El “autobús gusano” es otro ejemplo más de cómo los hablantes integran los vocablos conocidos para realidades nuevas.

En esta cita el redactor se refiere a una cualidad del gusano que se aplica específicamente al autobús por una de las propiedades del gusano. El cuerpo de los gusanos está compuesto por segmentos en serie lineal. El autobús a que se refiere la cita tiene secciones que están articuladas, lo que le permite circular en la ciudad y transportar una mayor cantidad de pasajeros.

El verbo articular debe entenderse, para el autobús de la cita, en tanto la unión de piezas de modo que mantengan entre sí alguna libertad de movimiento.

Lo que se comprueba con el “autobús gusano” es otro ejemplo más de cómo los hablantes integran los vocablos conocidos para mentar realidades nuevas. En lugar de buscar un solo vocablo sacado de los libros, abrevan en sus conocimientos y los aplican a las máquinas y aparatos nuevos. Hay que admitir que llamar de este modo al autobús “pega” más que la otra denominación ya señalada.

RAROSO

Ante una atmósfera vial tan RAROSA”.

El Diccionario de la lengua española no recoge la voz raroso, a en sus páginas. No obstante, se asegura que es de uso corriente en el español dominicano. Es una voz que el redactor de estos comentarios reconoce haber utilizado en muchas ocasiones para tipificar a una persona o cosa. Más abajo se expondrá lo que se conoce en el habla de los dominicanos por raroso.

Una persona puede ofrecer un aspecto raroso cuando su comportamiento o apariencia física no se corresponde con las circunstancias o con el ambiente. Esa persona tiene uno o más rasgos que la hacen sobresalir; la mayoría de las veces es porque no se ajusta a los patrones normales.

Es una persona o algo que llama la atención. Hasta puede levantar sospechas por esto.

El Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española sí asienta en sus páginas el adjetivo raroso y anota que es de uso en Guatemala y El Salvador. La acepción consignada es, “Raro, extraño”.

En República Dominicana, en el habla se utiliza el adjetivo, pero en esa habla no coincide totalmente con la noción del último diccionario mencionado. No es raro, solo diferente. No reviste todas las características de raro. Puede tener peculiaridades distintivas, o, no poseer las que se esperan en su género. Es una persona o algo que llama la atención. Hasta puede levantar sospechas por esto.

Quizás no se añadió la República Dominicana a los países antes mentados porque el concepto del raroso dominicano no se ajusta completamente al de esos dos países.

POBRÍSIMO – PAUPÉRRIMO

“Se trata de un lamentable y POBRÍSIMO ejercicio de crítica pública”.

Desde el principio hay que dejar muy claro que los dos superlativos para el adjetivo pobre pertenecen al buen español. Uno vino del origen de la palabra y el otro lo impuso el uso.

Paupérrimo tiene relación con el latín pauper que está documentado desde los orígenes del idioma en el año 1200. Pobre es una palabra común a todos los romances de occidente. Tanto en castellano como en portugués la palabra pobre se ha mantenido fiel a la forma clásica pauperem, pues solo tiene una terminación para el femenino y el masculino.

Paupérrimo es el superlativo culto vinculado con otras palabras parecidas de la misma familia, depauperar, depauperación, pauperismo. Todos derivan del superlativo pauperrimus. Algunos de los vocablos recién citados llegaron al español procedentes del francés, lengua en la que se ha conservado la palabra pauvre, para pobre; que como puede comprobarse, en esa lengua ha conservado la primera sílaba pau- que aparece en la primera sílaba de otras palabras del español de la misma familia, pauperismo, pauperización, pauperizar.

Con el paso del tiempo en el español hablado y en el escrito se nota la decadencia del superlativo romanceado paupérrimo

En español existen otros superlativos con esa terminación, ejemplo de ello son, celebérrimo y libérrimo, integérrimo, acérrimo, aspérrimo, pulquérrimo, misérrimo, nigérrimo, salubérrimo entre otros. Puede notarse que la terminación para estos superlativos cultos es -érrimo.

La mayoría de los superlativos anteriores aceptan superlativos en -ísimo, con la excepción de libérrimo y misérrimo que solo tienen un superlativo reconocido por las normas gramaticales de la lengua.

No hemos de olvidar que superlativo es un grado de significación que expresa una cualidad llevada a un grado muy alto, o a un grado más o menos alto, en comparación a un grupo. Se aplica a adjetivos y adverbios para atribuir intensidad máxima a la cualidad denotada por estos.

En el párrafo inmediatamente anterior a este se escribió, “grado muy alto, o a un grado más o menos alto”. Esto así porque existe el superlativo relativo. El superlativo absoluto carece de complemento en la lengua actual.

La exposición de esta sección versó sobre un superlativo morfológico, pues se formó añadiendo el sufijo -érrimo a la base.

Con el paso del tiempo en el español hablado y en el escrito se nota la decadencia del superlativo romanceado paupérrimo; en su lugar se emplea pobrísimo. Este fenómeno se produce también en los demás superlativos del tipo estudiado aquí. El habla ha logrado imponer la terminación más conocida del superlativo en casi todos los superlativos para comodidad del hablante.