Los dramáticos cambios que ha venido experimentando el sistema de partidos en la Republica Dominicana ha cobrado la existencia de una de las instituciones políticas más importantes en la historia postrujillista. El Partido Revolucionario Dominicano obtuvo en la pasada consulta electoral un 1.4% de los sufragios, lo que lo invalida para ser considerado Partido Mayoritario. Para muchos la desaparición del PRD constituye una verdadera lástima, más aun cuando se admite que el viejo partido comparte la responsabilidad de ser el autor de las libertades democráticas que hoy día disfrutan los dominicanos. Generaciones enteras se formaron en las batallas por la democracia que libró primero el profesor Juan Bosch mientras fue presidente del PRD hasta el año de 1973 y luego la destacadísima participación en la vida política del país del Dr. José Francisco Peña Gómez.

Cuando se piensa en el valor histórico que tiene el PRD para los dominicanos, esfumado ahora por una mala administración de sus principales dirigentes, se comprende mejor el desahogo de figuras como la del Dr. Guido Gómez Mazara quien llamara “mercaderes de la memoria histórica de Peña Gomez” a algunos cuadros del viejo partido. Sus argumentos son producto de la justificada indignación que causa ver la desaparición de 80 años de gloria y que hoy subyacen en el baúl del olvido.

El PRD nació con vocación democrática. Los 9 hombres que fundaron al partido blanco en la vieja Habana, Cuba, tenían por propósito organizar la lucha contra Trujillo desde el exilio, iniciando desde ese entonces la brega constante primero por la democracia y luego por la consolidación de la misma. Su participación en la lucha antitrujillista, el efímero gobierno del profesor Juan Bosch y su respectiva constitución, el gobierno democrático de Antonio Guzmán, la lucha por la definitiva emancipación del autoritarismo de los 12 años de Balaguer, y un liderazgo consolidado como el de José Francisco Peña Gómez; son hechos que están íntimamente relacionados a la historia del PRD. Hoy todo eso ha fallecido.

Ya el PRD no existe más que en la memoria de los viejos robles de la política nacional. Los nuevos tiempos están demandando nuevas figuras y prácticas políticas distintas y el PRD no cuenta en esos planes. Guido Gómez Mazara venía advirtiéndolo, analizando constantemente y con mucho pesar todo cuanto acontecía en aquel partido que pasó de ser el principal partido de oposición a una entelequia en el recuerdo de los que ya no existen y cuyo valor electoral ser reduce al 1.4% de los votos.

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