¿Has escuchado la palabra en inglés “stratcom” (estrategias de comunicaciones)?

Es un cruce entre “guerra psicológica”, “propaganda de desinformación” y “relaciones públicas”.

¿Has escuchado alguna vez la frasecita favorita del “stratcom”, “perception management” (manipulación de las percepciones) para aislar y hacerle daño al “enemigo”?

Siempre se creyó que el campeón en estas triquiñuelas había sido Richard M. Nixon. Sin embargo, la administración de Barack Hussein Suetoro Obama, por más simpatías que algunos le tengamos, se ha ganado la palma dorada. Prometió un gobierno diáfano y transparente pero ha sido todo lo contrario. La manipulación de la información ha sido la orden del día.

Veamos algunos ejemplos del pasado:

A los que vivíamos lejos de la patria nos sorprendió en abril del 1965 que el New York Times y los principales medios de comunicaciones estadounidenses, se refirieran a los combatientes constitucionalistas consistentemente como a los “rebeldes” y a aquella guerra patria como “el alzamiento contra el orden establecido”. Este tipo de desinformación fue sistemáticamente sustentada desde las más altas instancias de Washington. Las agencias de prensa parecían gallaretas repetitivas de las instrucciones que recibían del gobierno de Lyndon B. Johnson, cuyos marines habían invadido, por segunda vez en la historia, a la República Dominicana. La noticia oficial era de que fueron allí a “rescatar y garantizar la vida a los ciudadanos estadounidenses”.

Años después, durante la guerra contra los sandinistas en Nicaragua, Ronald Reagan, como si estuviera recitando de memoria un libreto de una película de indios y vaqueros, cantaleteaba desde Washington sin ningún escrúpulo que “contras” eran comparables a los padres fundadores de los Estados Unidos. Se refería a ellos como los “freedom fighters” (los luchadores por la libertad).

Durante la segunda guerra de Iraq, George W. Bush se refirió a la invasión a aquel país como la operación “Free Irak” (Operación para liberar a Iraq). Este tipo de “guerra desinformativa” se ha repetido una y otra vez y se sigue repitiendo constantemente.

Durante la Segunda Guerra Mundial, se desplegó una propaganda sin precedentes desde Washington a través de los estudios cinematográficos de Hollywood, con cientos de películas de guerra para influenciar las mentes de los espectadores. Lo mismo hacían los Nazis desde Alemania. El arte al servicio de la guerra.

La historia se repitió en la Guerra de Corea y, muchos años después, en la Guerra de Vietnam, precipitada y aumentada por el falso incidente inventado del Golfo de Tonkin. Ahí apareció el llamado “Vietnam Syndrome” (Síndrome de Vietnam), refiriéndose a la aversión de los ciudadanos a caer de nuevo en otra trampa desinformativa hacia otra guerra premeditada y no declarada. Esto le costó a Lyndon Johnson la relección.

Para contrarrestar al “Vietnam Syndrome” se estableció después, durante el gobierno de Ronald Reagan, una unidad estratégica desde la Casa Blanca, llamada “Unidad de operaciones de propaganda psicológicas coordinadas”, supervisada por Walter Raymund Jr., un gurú de la CIA especializado en la manipulación de la propaganda desinformativa.

Durante esta etapa ocurrió el incidente conocido como el “Irán-contras”, cuando subrepticiamente se vendieron armamentos al gobierno de Irán (supuestamente “enemigo” de los EEUU) y se desviaron los fondos y las armas para mantener a los llamados “freedom fighters” de Nicaragua.

Cuando surgió el escándalo, Reagan declaró que él “no sabía nada de nada”, que había que buscar a los culpables en otra parte. El almirante John Poindexter y el coronel Oliver North (ambos metidos en la trama) cargaron con la “culpa” de la desinformación. Ambos fueron declarados culpables de conspiración para delinquir, fraude y obstrucción a la justicia, pero fueron exonerados en apelación (1991) y no fueron a la cárcel.

Un ejemplo reciente del fenómeno desinformativo fueron las declaraciones del Secretario de Prensa de Obama, Josh Ernest, declarando a Vladimir Putin como un “hombre desesperado”, ansioso por tener una reunión urgente con Barack Obama. De hecho, se ha comprobado que fue este último quien solicitó la reunión y que  ambos se reunieron brevemente durante sus respectivas comparecencias ante la ONU. Durante su comparecencia en la ONU, Putin propuso una coalición de países para erradicar de Siria al llamado Estado Islámico, algo que le tomó por sorpresa a todo el mundo.

Por supuesto, Barack Hussein Suetoro Obama continúa hablando del respaldo estadounidense a los “rebeldes jihjadistas moderados”, a los cuales, tanto los Estados Unidos como Israel, Qatar y Arabia Saudita, han estado armando y apoyando, con la esperanza de que den al traste con el gobierno sirio de

Bashar al Assad, tal como habían hecho anteriormente esos mismos jihadistas “moderados” en Libia y en Túnez. En Siria, sobre todo ahora con aviones rusos participando en la contienda, les va a salir el tiro por la culata.

Barack Hussein Suetoro Obama acusa a Vladimir Vladimirovich Putin de “débil”, de querer crear una confrontación peligrosa e innecesaria entre Rusia y los Estados Unidos (una especie de otra “guerra fría”) con la finalidad de ganar apoyo entre sus propios conciudadanos, afectados (de acuerdo con Obama) por una crisis sin precedentes, debido al aislamiento de Rusia del resto de Europa, como consecuencia del conflicto en Ucrania. En otras palabras que, según Obama, Putin necesita recabar apoyo entre sus propios simpatizantes en Rusia, porque se encuentra con una baja aceptación. Resulta que es todo lo contrario y que Obama parece repetir el mismo estribillo de los “newcons” (halcones neoconservadores) del Pentágono.

Una “lógica” rarísima ésta de Barack Hussein Suetoro Obama, sobre todo teniendo en cuenta que los aviones estadounidenses llevan más de un año bombardeando al mal llamado Estado islámico en Siria, y este continua vivito y coleando, como si nada, tanto en Siria como en Iraq.

Eso de “jihadistas moderados” y de “jihadistas fanáticos”, de Al-Nusar y de Al Qaeda, suena a otro cuento de caminos desinformativo. Pero, como estamos anestesiados, toda película es posible en este mundo de zombis amaestrados en que vivimos.

Esta “lógica” desinformativa de Obama suena muy parecida a la lógica de Lyndon B. Johnson antes del incidente del Golfo de Tonkin y antes y después de la invasión de 42,000 marines a playas dominicanas.

Nos parece estar viendo la misma película de desinformación una vez más.