A partir del discurso del expresidente Fernández no cabe la menor duda que terminó el período de negociaciones, que estas negociaciones no fueron fructíferas y que pasaron a la etapa de las acciones bélicas, en donde Fernández señala su desacuerdo y oposición a la intención de modificar Constitución, mientras los Danilistas amenazan hasta con incluir en la Asamblea Revisora de la Constitución la destitución de los actuales jueces del Tribunal Constitucional, pues, a todas luces, si no lo hacen tendríamos una nueva Constitución, pero declarada Inconstitucional. 

El daño está hecho, aparentemente ya no hay jerarquías, por lo que ya los dos gallos no caben en el mismo gallinero, ambos se sienten líderes del PLD, se sienten capaces de confrontar y vencer al otro, o sea que sólo nos queda hacer nuestras apuestas, a sabiendas de que hay cientos de miles de compañeros de las bases que son los que pagarán las consecuencias, porque el PLD desunido pierde las elecciones.

Sin dudas, la apuesta va más allá del poder, pues ambos se juegan sus respectivas y exitosas carreras políticas. La ventaja de Danilo es que hoy ostenta el poder y ha dado claras muestras de que no le tiembla el pulso en usarlo; además los Danilistas cuentan con la mayoría de los miembros del Comité Político del PLD y aparentemente no tendrán limites en hacer lo que sea necesario para doblegar a Leonel y sus aliados, incluso contemplan expulsiones.

De su lado, Leonel Fernández está como los peloteros en rachas negativas, continuamente se poncha o en el mejor de los casos no saca la pelota del cuadro y ni por error alcanza la primera base. Desde que salió del poder comenzó a cometer errores, pues como expresidente y después de ocupar la primera magistratura durante dos periodos consecutivos, lo inteligente era tomar un bajo perfil, pero no…, eso fue imposible para él, empezó a querer competir con el presidente Medina en cuanto a ocupar primeras planas y siempre tratando de captar la atención de los medios de comunicación; antes ya se había auto contagiado con la impopularidad y la tasa de rechazo de los más impopulares ministros de su gobierno, pues se había declarado Vinchista y padre de Felix Bautista, que como presidente del partido que fundó el Profesor Juan Bosch, resulta ser un suicidio político.

El delirio de Leonel de ser protagonista y captar la principalía en los medios de comunicación, fue generándole animadversión entre los Danilistas que naturalmente buscaban que la principalía de los medios la ocupara el Presidente de la Republica y no el expresidente, a quien comenzaron a ver como un usurpador que solo quería opacar y minimizar los ogros del Presidente Medina.

Pero mucho peor aún, su hijo Felix Bautista, comenzó a coincidir en los pueblos que los precandidatos tenían actividades y también se dio a la tarea de tratar de minimizar al presidente en reuniones del partido, al punto que no sólo Leonel fuese el más aplaudido, sino que el segundo lugar lo ocupase el propio primogénito de Leonel (Felix Bautista) y sin estar conformes con esto lograr algunos abucheos en contra del Presidente Medina. Y mientras esto ocurría, los de la Fuerza Nacional Progresista (FNP) o mejor conocida como el partido nuevo de Leonel…, digo…, disculpen…, el Partido de los Vinchistas, se pasaban las 24 horas del día, los 7 días de la semana, por los medios escritos, televisados, radiales e incluso en las redes sociales, criticando las acciones del gobierno del Partido de la Liberación Dominicana, del cual se supone Leonel es presidente.

El Dr. Leonel Fernández tuvo razón en lo que dijo en su último discurso, lo agredieron, lo trataron de destruir, de denigrar, de minimizar, le sacaron todos los trapitos al sol, le sometieron a algunos de sus funcionarios corruptos, pero… ¿saben qué?…, lo hicieron en defensa propia. Por lo que ni a Leonel ni a ningún Leonelista les luce hacerse las víctimas, como trató de hacerlo.

El problema ahora es que Leonel no gana de ninguna forma y puede que sólo este buscando que todo su partido lo acompañe en ésta… su auto derrota.