I
¡Ojalá que estas greguerías hagan de sus lectores personas menos gregarias!
Este es mi homenaje a Ramón Gómez de la Serna.
Que no es Ramón Gómez de la Sarna.
Ni tampoco Ramón Gómez de las Urnas.
Aunque tal vez sí Ramón Gómez de la Sorna.
Me hacía falta Ají Tití. Y Trizas.
Dijo Vonnegut: No malgastes el tiempo de tus lectores.
Dijo alguien más: A la abeja semejante, para que cause placer, la greguería ha de ser pequeña, dulce, punzante.
Procuraré por eso escribir poco y hacer pensar mucho.
Ah, y dijo Gracián: “Lo bueno, cuando breve, dos veces bueno”.
Pero su mujer le contestó: “Cállate, buen blandito”.
Con perdón. Cada cabeza es un mundo. La mia es un Segismundo.
Un verso de Del Cabral: La eternidad del origen justifica lo efímero.
Y otro: ya lo ves sanguijuela, te estás poniendo eterna con mi sangre.