Hace pocos días estuvo con nosotros en el país, el reverendo padre Gregorio Mateu. Cada visita que nos hace representa aliento y esperanza en medio de este mundo tan excesivamente estremecido, en que nos cuesta creer mucho de lo que vemos, sentimos y tocamos. A veces creemos más en lo que está más allá de lo evidente que en lo que a primera vista pudiera parecer incuestionable. Por lo pronto, a mi me pasa esto en variadas ocasiones, por lo que la sobrevivencia con ética necesita de mucha visión reflexiva.

Pues, en medio de ese desaliento e inseguridad que nos arropa, parece como si cayera del mismo cielo, el padre Gregorio Mateu, quien siempre llega cargado de fe, con un rostro que proyecta destellos de felicidad, dispuesto a orar en todo momento, con los oídos preparados para escuchar y luego orientar y levantar hasta a los moribundos.

Esta vez de entre todos sus compromisos con mucha gente valiosa, me correspondió el privilegio de acompañarlo a Santiago de los Caballeros, a una actividad de la Fundación Homs para la Solidaridad Humana. Llegamos al Centro de Cáncer del Homs. No faltaron sus oraciones para personas afectadas por esa enfermedad. Oró en otros lugares y luego, terminó su periplo por esa ciudad, con una Conferencia Magistral en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra. Todos quedamos fascinados y porqué no, bendecidos, pues su intervención culminó con una oración de sanación.

El padre Gregorio Mateu es un Sacerdote Franciscano de la Tercera Orden Regular, Psicólogo Clínico, Presidente de la Fundación Felicidad para todos y en nuestro país, Presidente de la Fundación Padre Gregorio Mateu. Es el autor de los libros: Es Posible ser Feliz, Fantasías de un soñador, Educar para la Felicidad, Adolescentes en Camino hacia la Felicidad, Amaneceres de Vida, Brotes de Ternura, Caminos para la Esperanza, Educación en un Mundo Postmoderno, En busca de la Plenitud, Te apuntas?, Sin más Regla que el Amor, La Aventura de Vivir, La Felicidad al Alcance de todos y Cómo Educar nuestros Hijos en esta Sociedad. 

De sus exquisitos libros me ha llamado la atención, en los DECALOGOS de Fantasías de un Soñador, el de la Paz Interior. En breves palabras intentaré parafrasearlo para que aún en medio de tanta convulsión, procuremos hacer un alto en el camino y fortalecer nuestra vida interior, al margen de las acontecimientos negativos que nos lastiman cada día: El padre Gregorio nos pide:

1. Que intentemos ser capaces de estar en silencio, adentrarnos en nosotros mismos y buscar la riqueza inacabable que Dios ha depositado en nuestros corazones.

2. Que respondamos a las grandes interrogantes que nos plantea la vida, desde la esperanza y fe en un Dios que no puede fallar.

3. Que tomemos conciencia de nuestras posibilidades y limitaciones, aceptándonos tal y como somos y procurando dar lo mejor de nosotros mismos en la batalla de la vida.

4. Que prestemos mucha más atención al ser que al tener, al dar que al recibir, pues la vida debe ser una hermosa experiencia de donación incondicional.

5. Que no busquemos que todos estén a nuestro alrededor, sirviéndonos y adorándonos.

6. Que relativicemos todas las cosas y acontecimientos que vengan a turbar nuestra existencia. Nos pide que no permitamos que nada de lo que hoy nos suceda rompa nuestro equilibrio interior y para ello nos dice que debemos mantenernos serenos, tranquilos y sosegados.

7. Que intentemos poner un poco de buen humor en todo lo que vaya sucediéndonos.

8. Que cumplamos nuestro deber con generosidad y sin temores, sabiendo que la paz interior depende en gran manera de la tranquilidad de nuestra propia conciencia.

9. Que nos demos cuenta de que alguien nos está esperando y que podemos hacernos presente en su vida con una llamada, una palabra, un beso, un gesto o una carta.

10. Que debemos tratar de aceptar con valor los sufrimientos, los contratiempos, los sinsabores, las zancadillas y que esta actitud servirá para fortificar nuestro temple personal. 

Apreciados lectores de Acento, sobre este país hay mucho de qué hablar. No estoy al margen de lo que está pasando en el Estado, en la política, en los barrios marginados, de lo mal que está actuando la policía, con la indiferencia por parte de autoridades llamadas a ponerla en su debido orden, del auge del narcotráfico y la delincuencia, de la impunidad, de la corrupción, del tráfico de influencias, de la pobreza extrema, de nuestro desorden como sociedad, de nuestra precaria democracia, de que vivimos en  tiempos de cólera, de los wikilleaks, del desconcierto y la impotencia que embarga a miles y miles de familias porque no tienen con qué comprar los útiles escolares para sus hijos, del clientelismo pervertido, de las mentiras a borbotones y de las veleidades del ser humano, que duelen. Estoy consciente de todo, como Uds. y de alguna manera, con poco o con mucho, tratando de ser luz y no sombra, en medio de ese camino sombrío del que no podemos aislarnos, sino todo lo contrario, contribuir a su transformación. Pero en el proceso debemos fortalecer nuestra fe y no dejar que lo malo que está pasando dañe nuestra vida interior. Así, que a leer los libros del padre Gregorio Mateu y cuando él vuelva al país, contactarlo, ir a sus conferencias, hablar con él y no cejar en buscar esos oasis para tratar de ser feliz y ayudar a otros a ser felices. Es más sano y saludable para nosotros y para los demás, en especial, para los que nos necesitan, para los que no tienen experiencias de vida o no han fortalecido su vida interior o han sido tan lastimados que no les quedaron instrumentos propios, para emerger.