Diversos estudios y levantamientos realizados por casi dos décadas, por el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD) a través de su dirección técnica, han arrojado que en las provincias que componen la Región Nordeste y el Cibao Central como las demás de nuestra nación, pese a los continuos requerimientos de sus autoridades y de sus instituciones, no se ha podido obtener una correcta planificación del desarrollo por parte del Estado, para la implementación en ellas de eficaces iniciativas y políticas que hagan posible promoverlas de áreas y estructuras sanitarias adecuadas, que permitan preservar su medio ambiente y la salud de los que las habitan y los que la visitan.
Conforme a éstos, lo indicado se torna sumamente preocupante en el momento actual, dado que, la deficiencia que muestra nuestra República en sus sistemas cloacales para el depósito y conducción de sus aguas negras y desechos sólidos, como de plantas de tratamientos para los mismos en sus zonas residenciales y comerciales, se trata de un factor obstaculizante al proceso que está llevando el gobierno central y diversos sectores nacionales, para incrustarnos con eficiencia en la economía tecnológica y cibernética, en virtud de ser el agua, el medio ambiente y las estructuras sanitarias elementos primarios para su exitosa ejecución, como necesidades humanas básicas y prioritarias, para la población permanente y transitoria en el país.
Problemática la cual, asumen que amerita una urgente solución, en razón de que el estado de insalubridad que se está generando en las diferentes poblaciones del Nordeste y el Cibao Central como en otras que conforman el territorio nacional, por la ausencia de adecuadas estructuras sanitarias, conduce a sus habitantes hacia un peligroso crecimiento epidemiológico, que estamos obligados a detener, para evitar engendrar en forma colectiva, situaciones perjudiciales que todos seremos afectados y tendremos que lamentar.
Cita al respecto, el caso especifico de San Francisco de Macorís, donde son miles de familias y muchas las urbanizaciones que están ubicadas cercanas al lugar donde desembocan las aguas negras de la planta de tratamiento, que operó al servicio de determinada área urbana hasta convertirse en una estructura carente de funcionabilidad y existencia, por falta de un correcto cuidado.
A lo expuesto, se unen que aún hubiera estado operando en condiciones normales la planta de tratamiento de aguas negras que se levantó en la década del 1970, San Francisco de Macorís, carece de adecuadas plantas de tratamiento y las necesarias estructuras sanitarias de sus aguas residuales y cloacales, para atender a los nuevos proyectos urbanísticos levantados, ante la demanda de viviendas en las últimas décadas y que han abarcado parte del área rural, a igual que otras provincias de la zona, con una población en constante crecimiento.
Sostienen a su vez, que la realidad expuesta no solo es palpable en la referida ciudad, sino también el común denominador del conjunto de provincias que componen la Región Nordeste y el Cibao Central, en las cuales no se ha motorizado acciones que tiendan sobre la base de una correcta planificación, lograr junto con el aumento de su población y su solidificación como centro productivo nacional, el propiciamiento de iniciativas y políticas tendentes a promover en las mismas el desarrollo en sus áreas sanitarias, así como también, de sus estructuras destinadas a preservar su medio ambiental y garantizar la salud de las dominicanas y dominicanos que conforman su población.
Añade a lo anterior, como otro agravante, la construcción, a partir del periodo gubernamental del año 2000, de nuevos acueductos en las pequeñas y grandes comunidades de esta zona del país, los cuales han incrementado en gran proporción los volúmenes de desechos sólidos, sin contar con las instalaciones sanitarias, que respondan y faciliten la correcta canalización y tratamiento de los mismos.
En procura de soluciones idóneas a tan graves problemas, el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), sugiere al gobierno central con el apoyo de los diferentes sectores sociales y de organismos internacionales, acoger los estudios y diagnósticos que desde el año 1996 ha venido presentando, para motorizar una mejor política e inversión sanitaria en República Dominicana, asumiendo las direcciones contenidas en el plan estratégico de desarrollo sanitario que ha elaborado en favor de las nueve provincias que integran el Nordeste y el Cibao Central, como ruta para alcanzar un desarrollo nacional sustentable.