Como bien lo ha visualizado el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD) por medio de su dirección técnica, el país está actualmente sumergido en un proceso social y político que le conduce inexorablemente a los grandes cambios y transformaciones que urgen y reclaman todos los componentes de la sociedad dominicana junto con la transición generacional.
Lo mismo es la resultante natural, del desarrollo sociopolítico por el que se encamina nuestra nación, imponiendo una nueva forma de pensar, la cual está conduciendo a la población y a sus instituciones a un accionar que impone a nuestras entidades políticas y a sus liderazgos en todos los niveles, a cambiar de rumbos y a tener una correcta visión, para con ello asumir un mejor rol político y social.
Dicho proceso camina sobre bases firmes, dado los sólidos niveles de preparación que se están logrando en todos nuestros estratos sociales junto a los liderazgos emergentes que engendran las nuevas generaciones.
Se ha producido un mayor grado de conciencia, y sobre todo, que nuestros problemas no pueden ser solucionados por un líder determinado o por grupos de intereses
Hoy en día en nuestra población más pobre así como la de mayores recursos económicos, es palpable una firme convicción y un adecuado conocimiento de cómo debe generarse el progreso social, y además, sobre cual es el mejor rumbo a seguir para lograr el desarrollo y para obtener reales soluciones a los diversos problemas que afectan nuestra nación.
Existe un accionar y vigilancia colectiva en la que participan en forma activa pobres y ricos, el campo y la ciudad, en procura de que no se fracase bajo ninguna circunstancia en las grandes y pequeñas iniciativas encaminadas a motorizar con eficacia al progreso social y el real desarrollo.
Se ha producido un mayor grado de conciencia, y sobre todo, que nuestros problemas no pueden ser solucionados por un líder determinado o por grupos de intereses, sino que su solución debe depender del nivel de preparación, capacidad, vocación de bien y la disposición de concertación que se logre a nivel de todas nuestras instituciones.
Los grandes cambios que experimenta la sociedad dominicana, conduce a los sectores gobernantes, a los partidos, a todas nuestras entidades y a los diversos liderazgos, acoplarse a los nuevos tiempos, así como, a sus requerimientos y exigencias, a fin de no quedarse rezagados en las labores a que están llamados a cumplir como instrumentos del desarrollo nacional.
Todo lo expuesto, requiere de los diferentes sectores y esencialmente de nuestras instituciones políticas y sociales, reafirmar sus tareas y responsabilidades dentro de los lineamientos que ha venido proponiendo el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), constituyéndose en motores y guías de una etapa y proceso histórico que nos enrumba hacia nuevos horizontes y al establecimiento de una mejor República Dominicana.