El turismo de salud continuó su acreditación y crecimiento durante el año pasado. Se estima que sus ingresos bordearon los 300 millones de dólares sólo considerando el gasto promedio de los pacientes internacionales durante la intervención y recuperación de la salud.
De acuerdo al estudio de Lourdes Russa, en el 2018 los ingresos promediaron unos US$ 265,132,500, superando a los registrados en el 2017 por US$ 230,550,000, arrojando un crecimiento del 15% anual, sin incluir el gasto por turismo de bienestar.
Las informaciones revelan un crecimiento sostenido de los extranjeros y dominicanos residentes en el exterior que visitaron el país con fines de salud. En el 2017, unas 47,725 personas, y en el 2018 más de 69,550, a un ritmo mensual de 5,800 pacientes. Es muy posible que al cierre del 2019 las visitas se hayan acercado a 80,000 pacientes.
La República Dominicana ha logrado una sólida posición dentro de los países latinoamericanos que brindan turismo de salud, junto a Cuba, Costa Rica, México, Colombia, Brasil y Panamá, todos con amplia experiencia y reputación en esta área. Este impulso es el resultado de una inversión en planta física y equipamiento que ya supera los 500 millones de dólares.
El país ha estructurado una estrategia de acercamiento con los clientes potenciales del turismo de salud, mediante alianzas con las agencias turísticas, así como con bancos y entidades que financian estos servicios en más de una docena de países de varios continentes. Cuenta con el apoyo del Consejo Nacional de Competitividad y de los ministerios de Salud y Turismo.
La mayoría de los pacientes residentes en el exterior que demandan servicios médicos provienen de los Estados Unidos, Canadá y España. Una buena parte son dominicanos y latinos residentes en esos países, atraídos por la calidad certificada del servicio y por el costo relativamente bajo de las intervenciones médicas.
Un empeño por alcanzar estándares internacionales de calidad
He visitado varios centros dedicados al turismo de salud, comprobando el empeño por alcanzar los estándares internacionales de calidad de su infraestructura y del personal especializado, requisito básico para lograr la habilitación internacional y la aceptación de las principales administradoras de seguros de salud de esos países.
Las principales demandas se centran en servicios odontológicos, oftalmológicos y cirugías estéticas, entre otros. Otra demanda importante son las emergencias médicas y accidentes de los turistas, quienes acuden a los centros médicos de Punta Cana, Bávaro y Puerto Plata acreditados por las aseguradoras de su país de origen.
Llama poderosamente la atención la ausencia total de los hospitales públicos en este proceso de crecimiento de la demanda de servicios médicos de ciudadanos extranjeros y de dominicanos residentes en el exterior, a pesar de su potencial y de los recursos en divisas que le reportan al país.
No obstante, la explicación es muy simple. La millonaria inversión oficial en la reconstrucción de los hospitales públicos y en su reequipamiento, se ha limitado sólo a la política de cemento y varilla, sin introducir las reformas necesarias para elevar la calidad de la atención y extender el horario de los servicios especializados.