Los informes de la banca dominicana sobre su desenvolvimiento en el 2010, que se publican en estos días en los diferentes medios de comunicación, muestran su extraordinario crecimiento, su excelente solidez y solvencia y el importante rol que hoy juegan en la economía dominicana.
El Banco Popular, líder de los bancos privados en el país, tiene activos que alcanzan los RD$220 mil millones, después de crecer un 12.4% en el 2010, con niveles de liquidez y solvencia que pocos bancos pueden mostrar en toda la América Latina. Sus utilidades netas fueron de RD$4,398 millones.
El Banco BHD, que le sigue en tamaño, también logro un fuerte aumento en sus activos alcanzando un 19%, con utilidades de RD$2,723 millones y con excelentes niveles de solvencia.
El Banco del Progreso, que estuvo envuelto en un profundo proceso de rehabilitación y consolidación después de la crisis de solvencia en el 2006, que le costó a los accionistas unos RD$14 mil millones, volvió a mostrar resultados positivos en el 2010, con un importante crecimiento de sus activos de RD$4,396 millones y ganancias RD$371 millones.
Lo mismo puede decirse del Banco León, cuyos activos aumentaron un 10.6%, alcanzando los RD$39 mil millones. Sus utilidades netas fueron de RD$691 millones.
Los mismo puede decirse de otros bancos dominicanos y extranjeros, como Bancamerica, Scotiabank, el BDI y las asociaciones de ahorro y préstamos, todas con importantes ganancias y un repunto significativo en sus activos.
Pero todo eso sucede en un ambiente de notable transparencia en el manejo de las operaciones financieras y de un estricto cumplimiento de las normas y regulaciones bancarias.
Son de las pocas cosas que podemos mostrarle al mundo, donde no somos el numero 96, 120 o 135 de 138 países evaluados. Porque siempre estamos entre los peores en casi todo, empezando por la educación, pasando por la salud y terminando en la desigualdad del ingreso y la pobreza.
Pero guardando las proporciones y comparando simplemente índices y porcentajes, la banca dominicana puede colocarnos entre los primeros 20 países del mundo en materia de solidez de su sector financiero y eso debe llenarlos de orgullo.
No obstante, se necesita que la economía aproveche esa fortaleza del nuestro sistema financiero para reorientar los créditos hacia los sectores que producen bienes y servicios en el país. Para que le impriman un impulso al sector exportador Es la parte que se debate dentro del gobierno y la sociedad ya que no podemos seguir concentrando la cartera de crédito de los bancos en el consumo y más cuando la mayoría de esos bienes son importados.
Es el gran cambio que nos corresponde adoptar con la mayor urgencia posible porque ya este modelo consumista e importador, no aguanta más, está totalmente agotado y nos ha llevado a un callejo difícil de salir.
Lo importante lo tenemos, que es un sistema financiero solido en todos los sentidos, con capacidad de responder a ese cambio de paradigma. Pero falta el marco de políticas que indique el nuevo rumbo de las cosas.