Por un golpe ley, de leyes y taumaturgia, por  facultad de realizar milagros o hechos extraordinarios y prodigiosos, desaparecen del territorio nacional medio millón de seres humanos que no tienen derecho a existir en suelo dominicano y sin embargo existen.

No serán documentados y sin  embargo existen. No conocen otra tierra que la dominicana donde nacieron y se les niega su existencia y sin embargo existen.

Ninguna ley puede borrarlos del mapa porque medio millón de nacidos en suelo dominicanos no pueden ser abolidos por leyes que niegan su existencia y sin embargo existen.

Hasta un perro y un gato nacidos aquí son dominicanos. La ley que cierra sus ojos a la existencia de miles de indocumentados, nacidos en un  país que es el único que conocen y al cual pertenecen por derecho de nacimiento, niega un derecho, que por razones de humanidad es superior a todas las leyes.

Son indocumentados y sin embargo existen como seres humanos y en su condición de seres humanos son superiores a las leyes que los niegan. Indocumentados que pueden ser educados en las escuelas dominicanas para convertirlos en dominicanos. O en domínico haitianos, como el más grande dirigente de masas de toda la historia  dominicana. José Francisco Peña Gómez.