“Carlos Goldoni (1707-1793), es el renovador de la comedia italiana, sobre la base de la vida real, tomándola sobre todo en su aspecto amable y ameno. Era abogado, y hasta los 30 años recorrió Italia en asuntos de su profesión, pero en 1728 se dedicó a escribir para una agrupación de cómicos de su ciudad natal, Venecia. En un principio escribió obras de todos los géneros, sin excluir el melodrama, pues las hacía por encargo, pero al cabo se encontró a sí mismo cuando llevó a escena La viuda astuta (La vedova scaltra), regocijada y amena, que reproduce la vida real”. (Max Henríquez Ureña: Obra y Apuntes, op. cit. Vol. XI, p. 69)
Los apuntes y reflexiones de Max Henríquez Ureña sobre la literatura italiana, conocidos a través de Obra y Apuntes y de disertaciones, ensayos sueltos y libros de ensayos son muchos y diversos, pues la cultura enciclopédica de nuestro autor se hace notoria en toda su travesía intelectual. Poesía, música, teatro, historia, biografía, ópera y narrativa conforman su práctica escriptural desconocida en muchos aspectos, debido a la ingratitud de los llamados historiadores, críticos literarios, cronistas y ensayistas que en su país de origen se dedicaron a reconocer sólo a su hermano, el inmenso Pedro Henríquez Ureña y a olvidar que la obra de Camila y Max constituyeron espaciamientos literarios y culturales de alta significación en el contexto de la América continental y particularmente en sus “pedagogías” militantes. Los tres hermanos se dedicaron a conocer lenguas, literaturas europeas y universales. Si removemos y escarbamos en las obras de estos tres hermanos, nos encontramos con sorpresas intelectuales que han marcado caminos en cuanto al conocimiento, difusión y valoración de la literatura hispanoamericana y universal.
En los tres, el teatro, la ópera y la historia del espectáculo cobraron valor y este hecho se hace notorio y notable en sus escritos.
De ahí que MHU, al igual que su hermano Pedro Henríquez Ureña y su hermana Camila Henríquez Ureña hicieran aportes al conocimiento y la historia del teatro universal.
En el caso del teatro italiano Max revela en sus lecciones (citadas), un conocimiento especial si leemos sus páginas sobre Goldoni, Gozzi, Alfieri, Nota, Monti y otros en el siglo XVIII. Pero, por otro lado se interesó como musicólogo y autor dramático a investigar y analizar la ópera barroca italiana junto al teatro, a través de la conocida Commedia dell’Arte.
En su lección sobre Goldoni, advierte que:
“Combatió la Commedia dell’Arte, que degeneraba en espectáculo bufo y vulgar, y aunque muchas de sus obras empezaban a tener éxito, emigró a París en 1763, y allí permaneció el resto de su vida. Tuvo éxito también en París, y escribió algunas obras en francés, con perfecto dominio de esa lengua, entre ellas: Le bourru bienfaisant (El cascarrabias bienhecho)”. (Ver, op. cit. p. 70)
La obra de Carlo Goldoni es apreciable en el marco del teatro europeo contemporáneo, debido a que la misma recoge tradiciones teatrales y espectaculares que influyeron en la formación misma del teatro y la teatralidad modernos. Como sugiere Max, el teatro de Goldoni asegura la práctica teatral y espectacular en pleno barroco europeo, asimilando vertientes populares, melodramáticas, poéticas y políticas registradas por la Historia del teatro europeo y universal.
En efecto, aunque señala MHU que Goldoni combatió la Commedia dell’Arte, lo cierto es que una lectura dimensional del dramaturgo italiano demuestra que asimiló el arte y la “teatralitá” del barroco y de las farsas populares que conformaron las tradiciones teatrales provenientes de Grecia y Roma, pero también de la Edad Media, atelanas y los tumultos populares y carnavalescos de los siglos XV, XVI y XVII.
Según Max, Goldoni escribió obras en italiano y en francés. Pero en su período veneciano escribía también algunas escenas en dialecto veneciano:
“Las que escribió en Venecia tienen escenas en dialecto veneciano, o frases intercaladas en dicho dialecto, combinadas con diálogos en italiano”. (Ibídem.)
Al decir de MHU, en su teatro:
“Se apela a intrigas complicadas: el argumento es, por lo general (…) [ilegible]. Y se desenvuelve con naturalidad. Sus comedias más famosas, que todavía se representan, y no sólo en Italia, son: La locandiera (La hostelera), IRustieghi (Los rústicos),Il curioso accidente, La bottega di caffé (La tienda de café), La esposa sagace, Ilventaglio (El abanico)”. (Ibid. loc. cit.)
En el transcurso de su lección, Max lanza una pregunta necesaria para entender la tradición narrativa dramatúrgica italiana:
“¿Qué había antes de Goldoni? En la novela y el teatro, en aquel momento en que surgió Goldoni, imperaba el abate Pietro Chiari, hoy felizmente olvidado. “Sería interesante –dice de Sanctis- un análisis de las innumerables obras, ya todas olvidadas, de Chiari, porque muestran cuál era el genio de su tiempo. Mujeres errantes, filosofantes, hijos naturales, raptos de monjas, encuentros nocturnos, ventanas escaladas, acontecimientos monstruosos, caracteres imposibles, un heroico patético y un patético desabrido, una filosofía puesta en retórica, un menjurje de viejo y de nuevo, de aquello que lo nuevo tenía de más extravagante y de aquello que lo viejo tenía de más vulgar: este era el guiso preparado por Chiari”. (Ibídem.)
Creación e imitación fueron dos caminos de la literatura y el arte italianos. Según Max, el dramaturgo italiano tuvo “… seguidores e imitadores, como Francesco Albergati Capacelli (1728-1804), Camilo Federici (1751-1802), y Alberto Nota (1775-1847), pero ninguno llegó a su altura. Tuvo también contradictores, entre ellos uno agresivo y duro, Carlo Gozzi (1772-1806), que lo atacó con sátiras violentas”. (Ibíd.)
Nuestro historiador pasa revista a una etapa decisiva de la dramaturgia italiana, apuntando elementos de valor, creación y representación. Al leer o ver una obra teatral compuesta por Goldoni, advertimos escenas ejemplares en una obra contiene aspectos y elementos que caracterizan la escena del siglo XVIII, e italiano, donde aparecen figuras teatrales como Carlo Gozzi (1772-1806) y que según MHU y algunos historiadores de la literatura y el teatro italianos, atacó a Goldoni satirizándolo y hasta burlándose de su dramaturgia. Max cita al historiador y crítico Finzi, quien opina que Gozzi fue: “Espíritu fino… pero adversario obstinado de la nueva comedia llamada de carácter, y partidario también de la comedia de asunto o improvisada, se produjo con gran violencia contra lo que él llamaba la bestialidad goldoniana, y compuso e hizo representar sus famosas Fiabe (Fábulas o cuentos de hadas). En la que intituló El amor de las tres naranjas, la más conocida, crítica a un tiempo a Chiari y a Goldoni”. (Vid. pp. 70-71)
MHU agrega a propósito de la crítica de Gozzi a Goldoni que:
“Gozzi alcanzó su objetivo entonces, pues el público, que primero había aplaudido a Goldoni en el teatro de San Lucas, le retiró sus favores y se fue en masa al teatro de San Samuel, donde se representaban las Fiabe de su rival. Pero el tiempo hizo justicia frente a esos éxitos inmerecidos, y las fábulas de Gozzi, llenas de inventiva pero sin valor en la forma, no se recuerdan ya sino como un documento curioso de las aberraciones a las cuales el arte se entrega a veces antes de renovarse o alcanzar la meta de su desenvolvimiento”. (Finzi, apud MHU, op. cit.)
La pugna entre Goldoni y Gozzi en el teatro italiano del siglo XVIII, duró bastante y en ella se mezclaron seguidores de ambos dramaturgos, escenógrafos, actores, directores, regidores de escena, maquilladores, bailarines y figurinistas, entre otros, que contribuyeron al desarrollo de la nueva dramaturgia de entonces. Entre Goldoni y Gozzi los juicios estuvieron divididos con respecto al tipo de espectáculo que pedía el público en los teatros de la época.
Según MHU:
”Esta pugna en el teatro ha de culminar en nuevas manifestaciones y nuevas creaciones. Algo nuevo ha de surgir, y lo que surge es algo que no procede de Goldoni ni de Gozzi: una reviviscencia de la tragedia, encarnada en Vittorio Alfieri”. (Ibídem.)
El teatro de V. Alfieri, quien fue también poeta, cubrió un gran trecho del teatro europeo del siglo XVIII. Tanto en Italia como también en Francia, Alemania, España y Rusia este dramaturgo se representó con éxito. Sus dramas y tragedias influyeron en los nuevos dramaturgos y directores de teatro de entonces y el de nuestros días.