Dice el conocido refrán "el que calla …..otorga",  aunque dirán algunos defensores de lo indefendible "no siempre". Dicho esto, y transcurrido meses desde que explotó el caso Odebrecht y las investigaciones que lleva a cabo la Procuraduría, donde todos los interrogados salen con caras y sonrisas de haber visto un show de stripper y no de haber respondido por varias horas preguntas sobre un caso tan serio como este, el pueblo mira con espanto el silencio e indiferencia de un gobierno metido hasta el tuétano en ese lodo corrupto y millonario. 

El Presidente Medina eternamente esquivo, silencioso y escueto cuando de temas calientes se trata, no dice nada al respecto. Nosotros, el pueblo, comentamos, miramos con asombro su actitud y el de sus ministros cada vez que les toca decir algo, poco o mucho, sobre un caso que empaña reputaciones políticas a lo largo y ancho del continente.

De hecho, ya el Presidente de la famosa constructora Odebrecht, Marcelo Odebrecht comenzó a declarar para poder reducir su condena de 19 años y tener prisión domiciliaria en su casa. Ese señor que varias veces vino al país junto a Joao, quien a la sazón tenía despacho propio en Palacio, y es de todos conocido, dijo que "el centro de operaciones de sobornos y de todas las operaciones ilícitas de esa compañía fueron trasladadas a República Dominicana, debido a la seguridad que ofrecía el país en temas de impunidad y corrupción". Así de claro, así de alto!

Por supuesto, que tenía razón Marcelo Odebrecht. Nosotros somos el paraíso (y no precisamente en playas y hoteles) por excelencia de la impunidad garantizada por todos los gobiernos desde Trujillo.  El gobierno de ahora fue su gran aliado. Las declaraciones de este hombre son tremendas y no dejan lugar a dudas. Las declaraciones del otrora publicista  Joao y esposa solo confirmaran lo que intuimos.

Entonces, yo pregunto, ¿qué más necesita el Procurador para iniciar las imputaciones que todos deseamos ver?, Imputaciones y cárcel que van desde el Congreso (aprobaron todos tipo de fechorías en contratos y sobrevaluaciones), al arcángel Rondón, ministros hasta llegar al Palacio.  ¿este país tendrá el privilegio de ver eso? Ingenua yo!! 

Lo triste y terrible del caso Odebrecht es que conociendo el amarre y  compromiso que tiene el  Ministerio Público al Poder Ejecutivo, solo nos quedará observar con real envidia la aplicación de la justicia en Brasil y otros países.  Además, ya todos cobraron.  Lo contrario sería un milagro……..