Dado que la República Dominicana, se encuentra en el trayecto de los huracanes, es muy común el desagüe o desfogue de las presas hidroeléctricas -verbigracia la Presa de Tavera en la actualidad. El desfogue es un gran dilema para las autoridades ¿Porque? En primer lugar, el volumen y altura del nivel del agua, se necesita para la generación de energía hidroeléctrica y para los usos humanos e industriales, por lo que sería un contrasentido “botar” en agua. Entonces, el desfogue es una medida preventiva para evitar o reducir al mínimo pérdidas humanas y materiales, en caso de un rompimiento de las estructuras civiles, que la sostienen. El desfogue, es una práctica rutinaria y mandatoria en tiempos lluviosos, por razones de seguridad pública y que debe ser ejecutado de forma oportuna por los técnicos responsables de la operación de presas.

En términos reales, al gobierno dominicano -dirigido, controlado y saqueado por el PLD-, se requiere, se necesita, se debe, se obliga, se implora y se conmina por el pueblo, a producir un “desfogue” preventivo, mitigante y culposo de sus conductas de corrupción e impunidad, antes de que las estructuras y fuerzas sociales, económicas, culturales y políticas, desatan el caos, produciendo un rompimiento de la paz social, que conlleva a pérdidas humanas y materiales inimaginables, que debemos evitar. La suprema autoridad está en manos del presidente Medina, similarmente como debe hacerse con las presas hidroeléctricas.

El gobierno del presidente Danilo Medina, diferente a una obra hidráulica que recibe grandes caudales de agua, que obligan a un desfogue, recibe y acumula factores negativos generados por su impericia administrativa, falta de autoridad y carácter para inyectar sangre nueva y oxigenar su gobierno. Estos factores negativos se resumen en: delincuencia, drogadicción, salud deficiente, pesima educacion, malos servicios de agua, luz, transporte, basura, cañadas inmundas, altos niveles de pobreza, alta deuda externa, cansancio de ver las mismas caras y los mismos ladrones de siempre, que se suma al hastío colectivo con el gobierno, por la generalizada corrupción sin castigo, donde las excusas sobran.

Resulta obvio, que el presidente Medina dada su poca o ninguna credibilidad, puede y debe ordenar un “desfogue” de su administración accediendo a los claros y contundentes planteamientos del “Manifiesto del Cibao” presentado en la extraordinaria marcha del pasado domingo 26 de marzo del 2017, en Santiago, para que los débiles “muros” que sostienen su régimen, no colapsen, arrastrandonos a todos…

Es lamentable, que la sensatez se encuentre de vacaciones en el PLD de Juan Bosch, donde las voces de los que aún no se sienten manchados por la corrupción, no den un paso al frente, renunciando, denunciando y tratando de defender de algún chin de vergüenza que pudiera quedar en pocos de sus miembros. Total, ya los escondites y madrigueras del pasado, dejaron de existir…