Un raso de la policía se atrevió a hacer lo que ninguno antes: denunciar de forma pública el pírrico sueldo que devengan y lo que tienen que sortear para poder alcanzar el mes, cuando –excepcionalmente- no deciden convertirse en delincuentes.

Si hay algo de lo que la propia policía es consciente es de la forzosa situación en la que pone al agente de calle todos los días. Las altas jerarquías, por el contrario, tienen su mundo mejor resuelto. La investidura y la impunidad les han permitido generar vínculos históricos con el poder que les han sacado de la misma miseria gracias a favores no muy púdicos que digamos. ¿Cuántos mayores generales y coroneles (retirados o en servicio) no poseen villas, mansiones, carros de lujo y cuentas abultadas?

Sin embargo, el cuento es muy distinto si lo que eres es un simple raso. En palabras de Daurin Muñoz: “Con 5,800 pesos yo pago 3,000 de casa, 600 de colegio, 1,100 por una lata de leche que no dura 15 días, y los 1,100 restantes de papas, fideos y galleticas en el colmado[…]. Un policía arriesga su vida diariamente por 193 pesos, por 16 pesos la hora. ¿Es que se entiende el macuteo como un esquema de compensación? ¿Es que no se tiene derecho a comer, a vestir, a pagar un pasaje? Si hay una institución donde Trujillo vive en cuerpo y alma es en la Policía Nacional”.

Gracias Daurin por reconfirmar las razones por las que no podemos confiar ni sentirnos seguros/as con la gloriosa uniformada que tenemos, y, por supuesto, por haber dado la cara y haber puesto el dedo sobre la llaga

Al final de su sorprendente declaración, que no amerita de muchos comentarios, parece abogar por la creación de lo que sería un sindicato policial. La Constitución dominicana señala que la institución no posee facultad para deliberar, cual órgano castrense, pero ello no quita, tomando en cuenta su naturaleza civil, como también establece, que sus miembros puedan constituir asociaciones para su defensa, siendo esto un derecho fundamental.

Profesionalizar la policía implica dar paso a la posibilidad de contar con sujetos con plenos derechos, con capacidad de autocrítica y de hacer avanzar procesos internos.

Sujetos dignos, que puedan vivir una vida decente y que no tengan por obligación que mendigar o que hacerse cómplices de la criminalidad que deben prevenir.

Gracias Daurin por reconfirmar las razones por las que no podemos confiar ni sentirnos seguros/as con la gloriosa uniformada que tenemos, y, por supuesto, por haber dado la cara y haber puesto el dedo sobre la llaga. Has iniciado, tal vez sin quererlo, un camino sin retorno, pues una vez alguien alza la voz como tú lo hiciste, las demás intentarán encontrar sus vías para hacerse escuchar.

Hay muchos miedos, lo sé, y salen a relucir cada vez que se le pregunta a uno de tus compañeros si ha escuchado tu video, pero deseo que sea un tema que no se acalle por ahora y que por su persistencia en los ánimos de pie a la tan aletargada reforma integral de la Policía Nacional, que no solo es aumento salarial ni aprobación de nueva ley pero que pasa indefectiblemente por estos.