Mucho se ha comentado a nivel nacional sobre la crisis por la que pasa el Ministerio de Cultura. Al margen de lo que está sucediendo o el porqué, la palabra o más bien el título de “Gestor Cultural”, ha salido a relucir, porque son muchos lo que se hacen llamar así y ya no sólo se limita al sector público, sino que personas ajenas al Estado, se han autonombrado con dicha distinción.

Pero, ¿qué es en realidad o qué es lo que se supone que hace un gestor cultural? Indagando y buscando respuestas, observamos que mucho se ha escrito concerniente al tema y que existen programas de maestrías, hasta doctorados en gestión cultural. Y la verdad es que aún en países que han desarrollado programas, tanto de formación de gestores culturales, como de gestión cultural, el problema de la profesionalización en este campo está sin resolver.

Comenzando con la función que se supone debe realizar un gestor cultural. Para algunos, es alguien que promueve, incentiva, diseña y realiza proyectos culturales. Para otros, es aquel que se encarga de la gestión de una entidad cultural como, un teatro, una orquesta, una sala de conciertos, una galería de arte o cualquier espacio de arte. Están los que dicen que el gestor abarca todo las actividades expuestas anteriormente y los que se oponen a la utilización del término, porque al emplear  la palabra gestión, transforma las prácticas culturales en actividades económicas.

Al margen de toda definición o corriente de pensamiento, aquí en la República Dominicana estamos también inmersos en la confusión de papeles y de la verdadera tarea de un gestor cultural. Un gestor cultural es quien crea espacios de producción artísticas y culturales. Es aquel que incentiva y promueve un desarrollo artístico-cultural en un universo, sin importar lo socio-económico de éste.

Si usted da clases, usted es profesor. Si usted promueve un artista, usted es su representante o manager. Si usted no crea espacios y aún los cree, pero los resultados no son los esperados, no importa el sueldo que usted devengue, no importa los trabajos que usted le consiga a su representado, usted no es un gestor cultural.