Hace 12 años estuve estudiando administración de proyectos culturales, como herramienta para el gerenciamiento de mis proyectos cinematográficos.

Fui una especie de estudiante libre y dilataba horas en la Fundación Getulio Vargas de Rio de Janeiro, justo al lado de donde residí durante 5 años.

Descubrí que no vasta disponer de conocimientos, habilidades y técnicas para el logro de objetivos predefinidos. No. Porque el individuo que gerencia la cultura debe estar primeramente alfabetizado en lo cultural, debe ser un individuo que haya superado o esté en el proceso de superar los vicios y la enajenación del contexto en que vive.

Un individuo exógeno del ambiente cultural, nunca emprendería con éxito el gerenciamiento de la cultura. Los resultados son elocuentes.

Pero por encima de todo, además de ese proceso de desintoxicación del status quo cultural, debe ser un revolucionario, un humanista, un innovador y un conciliador para llevar a cabo tareas y administrar egos.

Encontrar gerentes para la cultura, así como para proyectos cinematográficos, es un premio. El país ha perdido mucho tiempo con “enganchados” a políticos y luego a gerentes, y nos hacen perder un tiempo precioso. Es decir, le hacen perder un tiempo irreparable al país.

Porque en lo que a mi respeta, hace tiempo que me alejé de esos ambientes inicuos y anodinos de la administración pública dirigida por alcornoques.

He tenido resultados para mí y para el país. Estoy gerenciando mis propios proyectos, ahora en un camino nuevo, alejado de los inconvenientes vicios de pequeños burgueses.

La maraña de economía extractiva, industrial y aleteos pos industriales, aconsejan exonerarse de ese contexto si se quiere una vida sana y productiva.