Transcurrió el año 1988 en los afanes de la Comisión de Educación Primaria de APEC de hacer contactos con diversos sectores para conocer la problemática de la escuela dominicana y emprender las primeras acciones, y ya era evidente que la tarea por delante desbordaba la capacidad de ese pequeño grupo de voluntarios.
Con el fin de ponderar la situación e intercambiar ideas sobre la educación a mediados de enero 1989 el Ing. Gustavo Tavares Espaillat invita a un almuerzo en su casa a Monseñor Agripino Núñez Collado, el Ing. Tomás Pastoriza Espaillat, y el Lic. Pedro Pichardo, así como a los principales directivos de APEC y su directora ejecutiva en ese momento, Jacqueline Malagón*. El tema era cómo proseguir con la inquietud inicial sobre el deterioro de la educación básica para verdaderamente poder incidir en su mejoría. La intervención del entonces Secretario de Estado de Educación, Bellass Artes y Cultos, don Pedro Pichardo, fue contundente al expresar que en definitiva el Estado solo no podía hacerle frente a la magnitud del reto por delante, y que se necesitaba una fuerte organización de la sociedad civil enfocada en impulsar la reforma necesaria y apoyar a la SEEBAC. Recuerdo vívidamente a don Pedro explicando que una de las principales funciones de la nueva organización podría ser servir de una especie de “sociedad de padres y amigos” del sistema educativo nacional. Todos consintieron en esta sugerencia.
Si bien fue fácil acordar la necesidad de incorporar una nueva institución para la tarea identificada, fue más difícil acordar la forma, el nombre y la integración de la primera directiva. Su afiliación a APEC, de donde evidentemente nacía, su cabeza visible para liderar el esfuerzo, así como su apelativo fueron motivos de apasionada pero siempre cordial discusión entre los asistentes. Algunos pensaban inicialmente que la nueva institución debía ser una más de las instituciones de APEC como la Universidad APEC, FUNDAPEC y CENAPEC, porque de hecho se había concebido en Acción Pro Educación y Cultura. Por otro lado se argumentaba que las demás instituciones surgidas de APEC se dedicaban a proveer servicios educativos a la población, pero que la nueva no tenía esa intención, y por tanto era de otra naturaleza. Además, pesaba mucho el hecho de que por el ambicioso alcance de su misión, se necesitaba ampliar la base de su membresía para aunar esfuerzos con universidades y centros de investigaciones, colegios, iglesias, y otras instituciones que quizás sentirían celos en hacerlo en el seno del Grupo APEC. Precisamente por eso se había invitado tanto al Rector de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, Monseñor Agripino Núñez Collado, como a uno de los integrantes de su Consejo de Directores, don Tomás Pastoriza, a participar en la reunión “lluvia de ideas” para ir integrando otras instituciones e individuos dispuestos a trabajar para fomentar mejores oportunidades de aprendizaje para todos los dominicanos.
Por otro lado en cuanto al nombre, curiosamente fue el Ing. Pastoriza quien más insistió en bautizarla con el nombre de Acción para la Educación Básica. Sus argumentos eran que no le gustaban los apelativos “fundación” ni “fondo”, porque transmiten la idea de que tiene patrimonio y se dedica a canalizar recursos, y este no sería el caso de EDUCA. Tampoco simpatizaba con ponerle un nombre como EDUCARE o EDUCA que habían sido sugeridos por el Ing. Tavares, por entender que estos no describen el accionar de la institución, que en un inicio necesitaría explicar bien sus intenciones y estrategia a la comunidad. A pesar de haber sido el Ing. Pastoriza uno de los fundadores de la Asociación para el Desarrollo de Santiago, prefería el sentido de energía y dirección de “Acción”. Además, así se mantendría en su nombre formal un reconocimiento a su origen en APEC. También hubo una breve discusión sobre si hablar de educación “primaria” o “básica”. La comisión designada por el Consejo de Directores de APEC era de “primaria”, pero en el transcurso de sus trabajos se había concluido que era necesario mejorar todo el sistema educativo bajo la responsabilidad de la SEEBAC, incluyendo la alfabetización y educación de adultos, la educación media o secundaria, así como la formación de maestros de primaria, que todavía se realizaba en las escuelas normales del sistema. También se sabía que era crucial expandir y mejorar la educación inicial. Por tanto adoptamos “educación básica” como el ámbito de acción de EDUCA, y parte integral de su nombre original.
Al final todos abrazaron con entusiasmo el modelo de una institución completamente autónoma y se consensuó bautizar la nueva organización con el nombre de Acción para la Educación Básica y el mote de “EDUCA”, que es el apelativo que ha prevalecido a través del tiempo. Solo faltaba acordar la integración de la primera directiva. El Ing. Tavares propuso a Monseñor Núñez Collado para la Presidencia, siguiendo el exitoso modelo de la Sociedad Dominicana de Bibliófilos, que había iniciado sus labores presidida por don Enrique Apolinar Henríquez en 1974, a insistencia de Ing. Tavares por considerarlo una figura más apropiada para esa institución que el suyo propio. En este punto también hubo que negociar, porque Monseñor Núñez Collado insistía en que fuese el Ing. Tavares esgrimiendo diversos argumentos. Finalmente el acuerdo salomónico fue que el Rector de la PUCMM ostentara la Presidencia Honorifica, a cambio de que el Ing. Tavares presidiera la organización formalmente. Las vicepresidencias fueron ocupadas por el Lic. Luis Taveras y el Sr. Ernesto Vitienes Colubi, la secretaría por el Dr. Luis Heredia Bonetti, y la dirección ejecutiva por Jacqueline Malagón concomitantemente con la de APEC, de nuevo resaltando los vínculos a pesar de su completa autonomía legal.
Como se hiciera costumbre a partir de ese momento, el bufete del Dr. Heredia Bonetti se encargó “pro bono” de redactar los estatutos y demás documentos necesarios para la incorporación de la nueva institución, y el 7 de marzo 1989 en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, Recinto Santo Tomas de Aquino, firmamos el Acta de Constitución de Acción para la Educación Básica, Inc. (EDUCA) así como los Estatutos un grupo ampliado de fundadores, incluyendo prestantes educadores que habían colaborado en la Comisión de Educación Primaria de APEC. Su objeto y atribuciones fueron declarados concisamente en el artículo 3 de los estatutos:
EDUCA tiene por objeto principal promover y apoyar la educación básica en general, mediante el fomento de la capacitación de los maestros, la reintroducción de su liderazgo en los centros docentes, el mejoramiento de las compensaciones salariales, condiciones de trabajo y planes de retiro; la mejoría de las facilidades físicas de las escuelas y equipos, y la instalación de canchas deportivas y bibliotecas, así como también mediante la integración militante de la familia y el sector empresarial privado al proceso educativo.
Con los matices y los énfasis que los tiempos y las directivas que se han sucedido le han impreso, ese ha sido el norte constante de EDUCA en la epopeya de 25 años desde su fundación. Apoyo a las escuelas y al maestro en el aula, dignificación del maestro y la mejora de su desempeño concomitante con mejores condiciones de trabajo: todos esfuerzos para mejorar las oportunidades de aprendizaje de todos los dominicanos como medio de fomentar un mejor país. **
*De la Directiva de APEC asistieron al almuerzo el Dr. Luis Heredia Bonetti (Pasado Presidente), Lic. Luis Taveras (Presidente) y Lic. Ernesto Vitienes Colubi (Primer VP y futuro presidente). Juan Tomás Tavares Kelner asistió como integrante de la Comisión de Educación Primaria de APEC, además del anfitrión, Ing. Gustavo Tavares Espaillat. No hemos podido verificar si el Dr. Nicolás Pichardo también participó en esta reunión.
**Por suerte los primeros pasos de EDUCA fueron reconstruidos por la Dra. Linda Patricia Larach en el Capítulo 5 de su tesis doctoral para Columbia University y publicado en 2008 como Business as Educational Policy Actors: A Case Study of EDUCA, publicación que se puede leer libremente en: