El sábado 22 de febrero pasado salieron a la luz los resultados de una encuesta independiente solicitada por El Arca Internacional sobre la conducta sexual de Jean Vanier, el fundador de esta federación de comunidades donde viven juntas personas con y sin discapacidad.

Esta encuesta fue solicitada por El Arca porque en el año 2016 hubo una mujer que contó su experiencia de falta de equilibrio en la relación psicológica y sexual que ellos mantuvieron.  La investigación arrojó informaciones muy dolorosas, entre ellas, el hecho de que seis mujeres adultas, que no se conocían entre ellas y en pleno uso de sus facultades, vivieron este tipo de situación de dominación psicológica y sexual a manos de este hombre que era, al momento de su muerte, un ícono de la caridad y la gentileza. 

Las investigaciones reflejaron también, que Jean Vanier ocultó que sabía que Thomas Philippe, el sacerdote con quien trabajó a principios de los años sesenta en la creación de las comunidades El Arca, había mantenido diez años antes un comportamiento inadecuado.  Es decir, que en la época de creación de El Arca, Jean Vanier hizo mucho por rehabilitar la proyección y el poder público del padre Thomas Philippe, quien ya había sido sancionado canónicamente por su comportamiento. 

En esa conducta, Jean Vanier no estaba solo.  Hace sesenta años era común tratar de ocultar los momentos menos honrosos de muchos hombres, llegando a descuidar la mitigación del abuso en las víctimas y, lo que es igualmente grave, no creando las condiciones para disuadir este tipo de comportamiento.

Hoy día, con el deseo de responder a estos dos puntos: disuadir el abuso y responder al dolor del abusado, se están comunicando abiertamente estos hechos puesto que los principios en los cuales se basan las comunidades Arca son la confianza y el perdón, dando por sentado que esta confianza se gana siendo veraz y que perdonar implica la voluntad de trascender el dolor, no de ignorarlo u ocultarlo. 

Es un camino exigente que demanda ser fuertes y lúcidos.  De entrada, el director de la federación, Stéphan Posner, se planteaba tres preguntas. Primero, saber si en algún momento hubo prácticas de este tipo con personas en estado de discapacidad. No ha habido ningún indicio en ese sentido.  Segundo, saber si Vanier o Thomas influyeron para que alguna otra persona tuviera un comportamiento dominación psicológica y sexual de terceros. Al momento actual, nada lo señala. Finalmente, saber si otros colaboradores, al interno de El Arca, estuvieron al tanto de estas prácticas y las mantuvieron ocultas. Hasta el presente no se han presentado situaciones que lo sugieran y, de hecho, en el 2014, tan pronto se recibieron las declaraciones citadas al principio de este artículo, la respuesta fue de tomarse en serio las denuncias recibidas y ahora mismo estas se hacen públicas tanto para vivir dentro de la veracidad como para prevenir hechos de esta naturaleza.   Se están revisando también los procedimientos de acogida en todas las comunidades Arca a través del mundo.