“Hay que hacer el ejercicio sincero de buscar las palabras”

GONZALO MALLARINO

Gonzalo Mallarino, poeta, cuentista y novelista colombiano, quien fue parte de los escritores invitados al Hay Festival de Cartagena de Indias, ha publicado once obras literarias, entre las cuales se destacan las novelas Trilogía de Bogotá y Canción de dos mujeres, esta última publicada recientemente por la editora Alfaguara.

El auditorio del Centro de Cooperación Española estaba lleno de lectores, periodistas y escritores. Me sentí privilegiada de ser parte de esa importante audiencia. Yo ocupaba una de los asientos de la primera fila y desde ahí pude observar los gestos de Gonzalo Mallarino, sus hombros encorvados, su barba perfecta, su sonrisa a veces burlona y a pesar de eso, su mirada nostálgica.

Vestía un traje impecablemente elegante, como el del exitoso economista que fue una vez pero sin abandonar las palabras, la vehemencia y la sensibilidad del poeta y escritor que hoy es.

Gonzalo nos habló del lenguaje, de su desarrollo, y de los instrumentos necesarios para que el discurso sea utilizado como búsqueda permanente de justicia. Nos habló de las palabras con que el lector se identifica y entra en contacto con el tema de la historia o con el poema. Nos habló de la importancia de encontrar una voz, un ámbito lingüístico y una relación lógica del escritor con el lector.

“Hay que bracear para escribir. Yo no creo que uno esté tan en control del ejercicio de escribir”, nos dice Gonzalo. Para él lo importante es encontrar esos espacios en los que los cromatismos ocupan las páginas sin que nos preocupe si es poesía, si es cuento o si es novela.

Es uno de los argumentos que él utiliza para explicar que el universo literario está en el mundo de cada escritor, y que además la desclasificación de los géneros es la manera más sana y sabia para abordarlo, porque “lo innombrable, lo oscuro, lo ignoto, es la creación artística. El género no importa.”

El ejercicio escritural tiene que ver con aprender a desprenderse del veto. Oír tu propia voz. Despojarte de lo externo y huir de uno mismo. Hay que decir lo que no es obvio, escribir sobre ese mundo intocable, doloroso y agónico que nos pueda llevar a la buena narración.

Hay que evitar que la memoria le otorgue espacio al olvido. Lo que hace que la creación literaria sea hermosa es justamente haber encontrado esa voz escondida de la que nos habla Gonzalo, esa voz atrapada y secuestrada; solo es posible hablar con profundidad sobre lo que está dentro de uno, lo demás son adornos.

En las novelas de Gonzalo Mallarino siempre está presente la prosa y la poesía. Ellas conviven y comparten un mismo espacio literario.

A través de sus palabras he aprendido que la melodía, el ritmo y la poesía solo se encuentran en el silencio que nos acompaña internamente. Se descubren en esa luz que tenemos dentro. El interruptor está en el alma. No lo apaguemos nunca.