Tomando en cuenta la profusión de medicamentos genéricos que consume el dominicano me actualicé sobre el tema ; consciente de que estos son una bendición peligrosa, y que el engaño al consumidor ha sido continuo en nuestra colectividad- a pesar de la Ley 358-05, Proconsumidor, y entidades similares. Consumimos productos malos , a sobreprecio, y desprovistos del adecuado control de calidad . Temo, quizás prejuiciado, que estos productos sin marcas anden también manga por hombro.
Insisto en que los medicamentos genéricos pueden ser bendiciones: si la molécula activa es autentica, son tan eficaces como la original a un precio 80% menor. El peligro surge cuando se convierten en un fabuloso negocio; negocio que ahora necesita distribuir generosas coimas para poder adulterar los compuestos sin consecuencias legales, y multiplicar al máximo sus ganancias. La prevención de ese peligro radica en aplicar rigurosos controles de calidad.
Entiendo, que la mayoría de los genéricos distribuidos en el país son importados de la India. No hay nada malo en ello. Sin embargo, debería ser una obligación de proveedores y consumidores saber lo que sucede en la industria farmacéutica de ese y de otros países exportadores, de lo contrario, el riesgo es grande.
En los últimos cuarenta años, el gobierno Indio, corrupto como el nuestro, ha distribuido alegremente 5,000 licencias para fabricar genéricos, basadas en favores políticos y sobornos. Allí, apenas se aplica el 1% de los estándares exigidos por la FDA norteamericana. Tan alarmante situación ocasionó que el congreso norteamericano promulgara en 2012 una ley exigiendo la inspección directa de las fabricas. Crearon un cuerpo de inspectores que viaja y examina cada manufacturero. Así, en el 2014, prohibieron la importación de fármacos de numerosos fabricantes indios, y de otros países también . Gracias a la rigurosidad de la FDA, ahora les llegan excelentes medicinas. Hoy, el 40% de los medicamentos consumidos en USA son de fabricación extranjera.
? Aplica similar rigurosidad la Secretaria de salud? ? Qué estándares exige, y cómo los comprueba? ? Saben con exactitud de donde provienen esos fármacos? ?Vigila el Colegio Médico lo que recetan sus afiliados? También es válido preguntar si lo hacen la Asociación de Farmacia, proconsumidor , o grupos independientes. Podría atreverme a decir que nadie se ocupa de eso, o no pueden ni tienen la capacidad técnica para hacerlo. O, simplemente, no les interesa hacerlo.
En un país donde las autoridades sanitarias no pueden controlar el horrendo crimen de los medicamentos falsos ni sus industrias clandestinas, resulta cuesta arriba suponer que estamos consumiendo genéricos de calidad. Es más lógico suponer, que el enfermo recibe un producto que no ha sido examinado en detalle. "El diablo se esconde en el detalle", y el detalle no es una de nuestra virtudes. Además, el diablo anda suelto cabalgando en el monstruo de la corrupción.
Ashok Panagariya , Profesor emérito de la Universidad de de Rajasthan escribe acerca del desmadre de la fabricación de genérico en su país: " Todo lo que pueda contribuir a la salud de los más pobres debe ser bienvenido, pero no para la mera propaganda política, pues se pone en juego la salud y la sobrevivencia de mucha gente, que , al final, es la que recibirá el gran impacto de la irresponsabilidad de un medicamento ineficiente y hasta toxico, en algunos casos."