Recientemente, la firma AES Dominicana, emitió una nota de prensa en donde señalaba que “la empresa TOTAL, uno de los proveedores de gas natural para la República Dominicana, le notificó un "evento de fuerza mayor" que le impide entregar "ciertos volúmenes del combustible pautados para el mes de agosto del año en curso".(Suplidor de gas con problemas para abastecer a AES Dominicana | Acento).
En los últimos años, la presencia del gas natural en la matriz de generación eléctrica del Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI), se ha incrementado de manera vertiginosa, situándose en la actualidad, como el principal combustible de generación térmica y de generación en sentido general.
El Cuadro 1 muestra la capacidad instalada nominal en centrales de generación existente en el 2020, clasificado según el tipo de combustible, mientras que el Cuadro 2, Figura 1 y la Figura 2, muestran la capacidad instalada según el tipo de combustible y el Cuadro 3, la Figura 3 y la Figura 4, muestran la capacidad instalada según el tipo de fuente de generación.
Figura 1
CAPACIDAD INSTALADA (MW) SENI SEGÚN TIPO DE COMBUSTIBLE 2020
Figura 2
CAPACIDAD INSTALADA SENI SEGÚN TIPO DE COMBUSTIBLE 2020
Figura 3
CAPACIDAD INSTALADA (MW) SENI SEGÚN FUENTE DE GENERACION 2020
Figura 4
CAPACIDAD INSTALADA SENI SEGÚN FUENTE DE GENERACION 2020
Como puede apreciarse en los Cuadros anteriores, en el 2020, la generación de energía en base a gas natural, en términos de capacidad instalada, ocupa el primer lugar entre todos los combustibles y fuentes de generación, situándose alrededor del treinta y seis por ciento (36%) de la capacidad instalada total, sin incluir los ciento ochenta y cinco (185) megavatios (Mw) de la central San Felipe, la cual posee un contrato firmado con la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), de conversión de dicha planta para operar a gas natural.
En términos de energía generada, según el Informe Anual de Operaciones y Transacciones Económicas del Año 2020, elaborado por el Organismo Coordinador del Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (OC), la generación a base de gas natural represento alrededor del treinta y tres por ciento (33%) del total generado, superado solamente por la generación a base de carbón, que se situó en el orden del treinta y cinco por ciento (35%).
Hay que recordar y precisar, que en el 2020, la mayoría de las centrales térmicas que habían decidido convertirse a gas natural, aún no habían finalizado su proceso, el cual para la gran mayoría, concluyo entre finales del 2020 y principios del 2021. Por lo menos queda pendiente la conversión a gas natural de las centrales Sultana del Este, Los Orígenes y San Felipe.
Para el 2021, con las centrales convertidas a gas natural, más la entrada de los ciento cincuenta (150) megavatios a gas natural de Estrella Del Mar III, se espera y se proyecta, que la generación a base de gas natural, se sitúe alrededor del cincuenta por ciento (50%) del total de la energía estimada a ser generada en el 2021.
De los mil setecientos ochenta (1,780) megavatios (Mw) de capacidad instalada operando a gas natural, unos mil doce (1,012) megavatios (Mw), corresponden a centrales que solo pueden operar a gas natural (DPP, Andrés, Cogentrix, San Lorenzo). Del resto que pueden operar con gas natural o fuel oíl 6, los ciento ocho (108) megavatios (Mw) de Seaboard, que corresponden a Estrella del Mar II, no pueden operar utilizando fuel oíl 6, debido a una resolución emitida este año por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, prohibiendo que dicha central térmica opere con fuel oíl 6 o cualquier derivado de petróleo.
El Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI) que en el año 2000, el noventa por ciento (90%) de su generación eléctrica era producida por derivados del petróleo, en el 2020, los derivados del petróleo pasaron a representar alrededor del diecisiete (17%).
La preminencia y preponderancia de los derivados del petróleo en la generación de energía que existía en el pasado, ha sido sustituida y reemplazada por la preminencia y preponderancia del gas natural, situación que hace, que el sistema de generación nacional sea muy vulnerable y sensible, a cualquier variación de precios y/o eventos, que pongan en riesgo, el suministro del gas natural, tal y como esta ocurriendo en la actualidad con el anuncio realizado por AES Dominicana.
Esta situación que en la actualidad se experimenta con el suministro del gas natural, tal y como ha sido descrito por AES Dominicana, es una situación que escapa del control de los suplidores, por ser un evento de fuerza mayor.
Este evento fortuito, fuera de control de los suplidores, es una señal clara, precisa y contundente, de que los funcionarios y autoridades del sector eléctrico, no pueden decidir de manera unilateral, antojadiza, caprichosa y arbitraria, una licitación tan restrictiva, como la licitación de Manzanillo, plagada y llena de tantas barreras de entrada, incluyendo que solamente pueden participar ofertas a base de un solo combustible, el gas natural
Los hechos recientes, ratifican y confirman el error que significa, actuar con la sin razón, la irracionalidad, insensatez, tozudez, terquedad, con que han actuado y actúan los funcionarios y autoridades del sector eléctrico, de seguir empecinados, obcecados, obstinados, obsesionados, con un proceso de licitación como el de Manzanillo, caracterizado por las restricciones, por las barreras de entrada colocadas, las cuales además de ser injustificables e indefendibles, reducen drásticamente la cantidad de los potenciales oferentes, como ha quedado demostrado y evidenciado en los hechos, en adición de colocar al sistema eléctrico nacional, en un riesgo y vulnerabilidad mayor, al aumentar de manera considerable, la dependencia del parque de generación eléctrica a un solo tipo de combustible, como sería el gas natural.
No se conoce de la existencia, de ningún estudio técnico-económico, que recomiende la convocatoria de una licitación en las condiciones de restricciones y barreras de entrada, como la que se establecieron de manera arbitraria, unilateral, caprichosa y antojadiza, en la licitación de Manzanillo, la cual implica la instalación de unos ochocientos (800) megavatios (Mw) de generación térmica nueva, a base exclusivamente de gas natural.
El objetivo de toda licitación de compra de energía y potencia, es garantizar el mayor clima de competencia, que permita atraer nuevos actores al mercado eléctrico nacional, con lo cual se fomentaría y estimularía, una mayor competencia y en consecuencia, los precios de energía más bajos posibles a las distribuidoras y consumidores. Este objetivo no se cumple con los términos y condiciones restrictivas y barreras de entrada, de la licitación de Manzanillo.
Los procesos de licitación deben ser abiertos, sin ningún tipo de restricciones, salvo el cumplimiento de las normas ambientales y de emisiones de partículas. Esa es la única garantía de tener la posibilidad de que dichas licitaciones sean transparentes, competitivas y con una gran participación de oferentes, que garanticen las mejores ofertas y precios posibles, para beneficio de las distribuidoras y los clientes del sector eléctrico.
Desde el momento que los potenciales participantes en la referida licitación de Manzanillo, se redujeron de sesenta (60) a dieciséis (16), fue la señal clara, inequívoca y contundente, del fracaso del proceso de licitación, de que el mercado y los potenciales nuevos inversionistas, estaban enviando a las autoridades y funcionarios del sector eléctrico, una señal precisa, clara, contundente, sin dudas, de que las restricciones y barreras de entrada, colocadas de manera arbitraria, antojadiza, 0caprichosa y medalaganaria, no generaban la confianza deseada y esperada entre los potenciales licitantes. En consecuencia, esa señal inequívoca, debió ser captada por los funcionarios del sector eléctrico, cancelando la presente licitación y convocando un nuevo proceso, que despertara de nuevo el interés en las sesenta (60) empresas que inicialmente mostraron intención de participar en la referida licitación.
En Panamá, en las dos (2) ultimas licitaciones para la contratación de potencia y energía de largo plazo, en cada licitación presentaron unas treinta (30) ofertas diferentes, en base a diferentes combustibles y tecnología (gas natural, gas propano, carbón, derivados del petróleo), lo que garantizo una real competencia, con lo que en base a esa gran competencia, se garantizaba el mejor precio posible a las distribuidoras y en consecuencia a los consumidores. Las ofertas recibidas en base a generación utilizando gas propano, tuvieron una diferencia de menos de un (1) centavo de dólar por kilovatio hora, con relación a las ofertas en base a gas natural.
Si en Panamá, en cada proceso de licitación presentaron alrededor de treinta (30) ofertas diferentes, siendo cada proceso exitoso, en República Dominicana, donde posiblemente de las doce (12) empresas clasificadas para presentar ofertas, menos de esa cantidad realmente lo hagan, ¿podríamos asegurar y afirmar que en la Republica Dominicana estamos ante un proceso competitivo, que garantizara el mejor precio a las distribuidoras y por ende a los consumidores?
La licitación de Manzanillo, cierra de entrada, de antemano, de manera premeditada, antojadiza, caprichosa, categórica, absoluta y contundente, toda posibilidad, de que pueda participar en la referida licitación, cualquier otra tecnología de generación que utilice un tipo de combustible diferente al gas natural, de que dicha central pudiera ser instalada en otra localidad diferente a Manzanillo, con la posibilidad de ofertar, un precio de energía competitivo y quizás, hasta más bajo, que el potencial precio de energía asociado a la central a gas natural a ser instalada en Manzanillo.
Con esta decisión arbitraria, antojadiza, unilateral y sin justificación, de las autoridades del sector eléctrico con relación a la licitación de Manzanillo, lo que está sucediendo en la realidad y de hecho, es que el sistema eléctrico nacional en términos de generación térmica, se está haciendo cada vez más, dependiente del gas natural, con lo cual la vulnerabilidad y riesgo aumentan significativamente, ante hechos como el que acontece en la actualidad, con el suministro del gas natural, según lo denunciado por AES Dominicana. La situación que acontece en la actualidad, puede repetirse de nuevo en cualquier momento.
Lo correcto, razonable, sensato y racional, es que las autoridades del sector eléctrico, cancelen de inmediato, la licitación en curso, eliminen todas las trabas y restricciones de entrada que han colocado para la licitación de nueva generación térmica (cobro de cinco (5) mil dólares por los documentos de la licitación, solo gas natural, solo se pueden instalar en Manzanillo),
Una vez cancelada la licitación de Manzanillo, se debería convocar una nueva licitación, sin restricciones ni barreras de entrada, que no se cobre por los documentos, especificaciones técnicas y pliego de cargos de la licitación, con lo cual se garantiza la trasparencia del proceso a través del control y auditoria social, dejando la decisión de la tecnología, tipo de combustible y localización de las centrales, al criterio de cada oferente.
Con esta decisión de cancelación del proceso de licitación en curso, se garantizará una mayor participación de oferentes y en consecuencia un proceso más competitivo que necesariamente producirá precios más bajos que en definitiva beneficiaran a las distribuidoras y a los consumidores.
Hay que tener presente, que fruto de la licitación de Manzanillo, las distribuidoras estarán atadas con contratos de compra de energía u potencia por quince (15) años. Mas vale precaver que tener que remediar.
No es lo mismo, que en un proceso de licitación abierto, sin restricciones ni barreras de entrada, que cuente con la participación de muchos oferentes, el ganador de la licitación, sea una empresa que presente su oferta en base a gas natural, compitiendo en igualdad de condiciones, con otros combustibles y tecnologías, que el ganador resulte de un proceso de licitación restringida, en base a barreras de entrada colocadas de manera arbitraria, antojadiza, caprichosa, unilateral, medalaganariamente, sin justificación alguna, como ocurre en la actual licitación de Manzanillo, el cual es un proceso con poca participación de oferentes, debido a que no se permite la competencia en base a diferentes tipos de combustibles, tecnologías y localización de las centrales de generación.
Con la licitación restringida de Manzanillo, debido a las barreras de entradas impuestas de manera arbitraria, antojadiza, caprichosa y medalaganariamente, por los funcionarios y autoridades del sector eléctrico, estamos ante un escenario de potencial precios altos, debido a los pocos oferentes potenciales que han presentado sus credenciales, con lo cual se reduce significativamente las posibilidades de una competencia real y efectiva.
En adición, la licitación de Manzanillo, es de alto riesgo y alta vulnerabilidad, debido al aumento significativo, de la dependencia del mercado eléctrico con relación al gas natural como combustible para producir electricidad. Además dicha licitación, elimina toda posibilidad de control y auditoria social, con lo cual, la transparencia del proceso, queda en duda, en cuestionamiento y en entredicho.
Instalar ochocientos (800) Megavatios de nueva generación, exclusivamente en base a gas natural, sin la posibilidad de que se genere una competencia con otros combustibles y tecnologías, significa que la energía anual generada en base a gas natural, se situaría entre el sesenta por ciento (60%) y el setenta por ciento (70%), de la energía total que se generaría anualmente, con lo que la vulnerabilidad y riesgo de apostar intencionalmente, tan fuertemente, a un solo tipo de combustible, sin ninguna sustentación técnica-económica que lo justifique, aumentarían y crecerían de manera significativa, en perjuicio de las distribuidoras, los consumidores y el país en sentido general.
El sistema eléctrico nacional debe, en la medida de lo posible, reducir y mitigar los riesgos asociados a la concentración y predominio excesivo de un combustible en el mercado de la generación térmica, la cual es la espina dorsal del sistema de generación en la Republica Dominicana y lo seguirá siendo por muchos años hacia adelante.
En la medida de lo posible, la canasta de combustibles asociados a la generación térmica debe ser lo mas diversificada posible y no se debe inducir de manera premeditada, artificial, antojadiza, arbitraria, intencional, caprichosa, unilateral, la preponderancia o preminencia de ningún tipo de combustible sobre los demás, como esta sucediendo en la actualidad con los funcionarios y autoridades del sector eléctrico.
Forzando, con restricciones de entrada, procesos de licitación para favorecer exclusivamente un solo tipo de combustible, no es la decisión correcta en el sentido de disminuir vulnerabilidades y riesgos al sistema eléctrico nacional, asociados a la generación termica.
La advertencia esta reiterada, aunque estamos convencidos de que estamos arando en el desierto, pues en este casi año de ejercicio, las autoridades y funcionarios del sector eléctrico, han demostrado y confirmado en los hechos, que viven en una burbuja, alejados y aislados de la realidad circundante, dando informaciones en notas de prensa y declaraciones públicas sobre unos supuestos logros y mejoras en el sector eléctrico, que no se corresponden con la verdad de las cifras oficiales que ellos mismos publican, conduciendo al sector eléctrico en un camino de deterioro constante de sus indicadores de gestión en términos de gastos corriente en nómina, pérdidas totales y déficit en flujo de caja de las distribuidoras, tal y como como lo demuestran, confirman y ratifican, las cifras oficiales publicadas.
El camino trillado en el último año en el sector eléctrico, solo conduce al fracaso total, como demuestran, ratifican y confirman, las cifras oficiales.
Con este aviso de AES Dominicana, con relación a las dificultades en el suministro del gas natural para fines de generación eléctrica, el sistema eléctrico ha entrado en alerta amarilla. Esperemos que no pasemos a alerta roja, lo cual dependerá de la sensatez, racionalidad y prudencia con la que actúen los funcionarios y autoridades del sector eléctrico.