I.- Las mujeres y su lucha por su emancipación

1.- La próxima Ministra de la Mujer, una vez fue señalada para ocupar el cargo  declaró: “que la República Dominicana, tiene una gran deuda social acumulada con las mujeres de todos los sectores”.

2.- Al leer lo expuesto por la señora llamada a representar a las mujeres dominicanas en el ministerio a su cargo, recuerdo que hace unos cuarenta años tuve la oportunidad de tener a mi vista el libro “La mujer y el socialismo”, de la autoría de August Bebel, uno de los fundadores de la socialdemocracia alemana, quien fue un sincero luchador contra la subestimación de la mujer.

3.- Antes de Bebel, el Primer Congreso de la Asociación Internacional de los Trabajadores, celebrado en Ginebra en septiembre de 1886, aprobó una resolución sobre la protección del trabajo femenino, rechazando la posición de los que se oponían a la participación de la mujer en la producción social. La asociación planteó “que lo que había que hacer no era prohibir el trabajo femenino, sino protegerlo”.

4.- En su obra, Bebel, se proponía el despertar de la mujer para que se incorporara a la lucha por los derechos de todas y de todos los que viven de la venta de su fuerza de trabajo a cambio de un salario,  además de superar los prejuicios que impedían a la mujer lograr la plena igualdad y también impulsar acciones por la liberación de las condiciones esclavistas de trabajo.

5.- El texto escrito por August Bebel, busca acabar con la tesis de que las mujeres solo sirven como ser sexual, no como ser social ligado a las diferentes actividades productivas.

6.- La misión histórica de la clase obrera, sostenía Bebel, consiste no solo en liberarse a sí mismo, sino liberar a todos los demás oprimidos y, por lo tanto, también a la mujer, argumentando además que solo el socialismo puede abrir a las mujeres el camino a nueva vida, lo que a mi entender se ha demostrado con el transcurrir de los años.

7.- Con certeza, Bebel ha demostrado que el problema femenino es tan solo un aspecto del problema social general generado por el capitalismo, que solo puede tener una solución definitiva con la destrucción de los contrastes sociales y la eliminación de los males derivados de ellos.

II.- El modelo económico imperante aquí, discrimina y oprime a las mujeres

8.- El modelo económico que ha imperado e impera en República Dominicana, es el que ha impedido el desarrollo y liberación de las mujeres, lo mismo que ha ocurrido en otros países con igual formación social que oprime a los seres humanos, sin distinguir entre hombres o mujeres.

9.- Los pueblos que han logrado su liberación nacional, y han tomado una ruta diferente a la que lleva al capitalismo, las mujeres desempeñan un papel de primer orden en todas las esferas de la sociedad.

10.- Las mujeres ya liberadas, modifican por completo su conciencia y conducta, cambios que se traducen en bienestar de la sociedad entera, con la apertura de nuevos horizontes que sirven de ejemplo positivo a las generaciones del futuro.

11.- Una vez las mujeres hacen realidad el ejercicio de una vida plena, la que logran por su lucha tesonera al lado de su pueblo, la comunidad humana se fortalece y ellas hacen posible el desarrollo económico, social e institucional de sus naciones.

12.- El sistema social presente en nuestro país, le desconoce a las mujeres el principio consagrado universalmente de que todas las personas sin ninguna clase de diferencia, tienen derecho a gozar los frutos del progreso socioeconómico y contribuir al mismo.

13.- Lo que pinta la realidad dominicana es que el sistema predominante  aquí discrimina a la mujer sometiéndola a todas las calamidades, lo que le hace la existencia mucho más amarga cuando son madres.

14.- Se hace una necesidad vital para las mujeres, luchar para romper las cadenas de la opresión, haciendo conciencia, como escribió Bebel de “que la situación de dependencia social de las mujeres en el capitalismo puede ser debilitada, pero no eliminada por la igualación formal de las  mujeres ante la ley y el derecho”.

15.- En una sociedad que vive sometida al poder del capital sigue existiendo un abismo insalvable entre la ley y la realidad, siguen manteniéndose la desigualdad y la discriminación. Aquí  las mujeres, al igual que los hombres votan, pero en la práctica no son iguales ciudadanos y ciudadanas.

16.- El deber manda a las mujeres y a los hombres del pueblo, comprometidos con la lucha social de cada país dominado por la minoría nacional y los intereses monopolistas extranjeros, es ponerse en tensión para bregar en todos los espacios políticos donde sea necesario accionar para romper la desigualdad social y política que traban el desarrollo material y espiritual de las masas populares, principalmente de las mujeres.

17.- La historia de nuestro país enseña que el sistema que está vigente, no ha resuelto ninguno de los grandes problemas de la vida social de las mujeres, lo que les dice que su emancipación se hace impostergable.

III.- Esperamos lo mejor de la nueva Ministra de la Mujer

18.- Muy al contrario de lo que cree y declaró la futura Ministra de la Mujer, la República Dominicana, no tiene deudas con las mujeres de los diferentes sectores del país. El sistema social es el que mantiene una cuenta histórica impagable de explotación, discriminación y desprecio, no solo con las mujeres, sino con toda la especie humana.

19.- Es de esperar que la nueva Ministra de la Mujer, haga suya la idea de que la mujer tiene el mismo derecho que el hombre a desarrollar sus fuerzas y a utilizarlas libremente. Es un ser humano lo mismo que el hombre, y a semejanza suya, debe gozar de libertad plena para disponer de sí misma.

20.- Lo ideal sería que la Ministra de la Mujer, que inicia sus funciones el próximo 16 de agosto, se olvide de que nuestro país tiene cuenta pendiente con las mujeres, y abrace la opinión  de que la causa de la dependencia de la mujer reside en las relaciones sociales asentadas en el sistema capitalista  que aniquila a los seres humanos.

21.- Para mejor comprender la situación de las mujeres y la justeza de su lucha liberadora, hay que partir, como lo hizo August Bebel, desde los tiempos de la transformación del matriarcado en patriarcado.

22.- Para entender la condición que como explotadas y esclavizadas por el sistema arrastran las mujeres, hay que analizar sus problemas sistémicos, entre los que se destacan los que envuelven el matrimonio, la descomposición de la familia, prostitución como institución social inevitable en la sociedad capitalista, así como su lucha por la igualdad real de derechos civiles y políticos.

23.- La Ministra de la Mujer, puede contar con el concurso sincero de todos los sectores de la sociedad dominicana que permanecen interesados en que aquí desaparezca real y efectivamente la desigualdad social y la limitada protección a las madres y a sus niños, y en especial a las que en el hogar hacen de padres y madres de familia.

24.- Se supone que, desde el Ministerio de la Mujer del gobierno del cambio, la mujer dominicana va a tener una representación que pondrá en ejecución proyectos que van a hacer posible que en nuestro país el movimiento femenino  sea tomado en cuenta para que las mujeres y los hombres lleguen a construir una sociedad renovada, en la cual las personas sin ninguna clase de discriminación, puedan desarrollar  sus potencialidades manuales e intelectuales. La dialéctica del desarrollo social de la época pone a las mujeres en el eje central de las transformaciones inexorables que han de conquistar los pueblos hoy oprimidos.