Una lectura de la visita de un “futurólogo” italiano a los salones del Palacio Nacional, me recordó la visita de otro intelectual “archifamoso”, Alain Touraine, invitado por el entonces presidente Leonel Fernández; ahora, el actual presidente Danilo Medina, nos trae para ilustrar a la élite gobernante del futuro promisorio gracias a la tecnología, a Vito di Bari.
El Dr. Di Bari es egresado de la Universidad de Bari, Italia, ejerciendo la docencia en el Politécnico de Milán y, también en la prestigiosa Universidad Bocconi. En 1999 pasó a ocupar la posición de Director Ejecutivo IMI en la UNESCO, en el 2004, Director Científico del laboratorio de innovación LabNext, de Milán. Escribió en el 2007, el “Manifiesto de la Ciudad Neofuturista” una visión provocada el informe de Gro Harlem Brundtland para las Naciones Unidas con el título, “Nuestro Futuro Común”. Reconozco la valía de sus currículos académico y laboral. Pasemos a entender que es la futurología.
Según Wikipedia, “Estudios del Futuro (También llamado futurología) es el estudio de los futuros posible, probable y preferible, así como las visiones del mundo y mitos debajo de ellos. Existe un debate acerca de si esta disciplina es un arte o una ciencia. En general, puede ser considerada como una rama de las ciencias sociales y paralela al área de la historia (la historia estudia el pasado, los estudios del futuro consideran el futuro). Los Estudios del Futuro (coloquialmente llamados “futuros” por muchos de los profesionales de esta disciplina) buscan entender qué cosas posiblemente continuarán y cuáles pueden plausiblemente cambiar. Así pues, parte de esta disciplina busca un entendimiento sistémico basado en el reconocimiento de patrones en el pasado y presente para determinar la posibilidad de futuros eventos y tendencias. Diferente a las ciencias naturales, donde sistemas más delimitados y específicos son estudiados, los Estudios del Futuro hacen referencia a un mucho más grande y complejo sistema global. La metodología y conocimiento han sido menos demostrados en comparación a las ciencias naturales o incluso las ciencias sociales como sociología, economía y ciencias políticas”.

“Tal como se practica actualmente los futuristas o futurólogos especulan sobre el futuro con base en analogías, creatividad e imaginación, más que en modelos formales preestablecidos, ya que se considera que en líneas generales no se conocen modelos matemáticos capaces de pronosticar con precisión la evolución de la tecnología o la estructura de las sociedades humanas”.
Un sistema es perfectamente predictible cuando se cumple tres propiedades importantes:
- El sistema es determinista y se rige por leyes fijas y conocidas, experimentalmente bien comprobadas.
- El sistema es estructuralmente estable, a lo largo de su evolución la aparición de elementos poco conocidos en el momento de establecer las leyes de comportamiento no alterarán de manera significativa como responde el sistema.
- El sistema no es caótico, los sistemas caóticos son sistemas deterministas, estructuralmente estables pero tienen una serie de alta dependencia de las condiciones iniciales, por lo que un conocimiento imperfecto del estado del sistema en la actualidad, hace que cualquier intento de inferir su estado en el futuro acumule errores notables hasta hacer que las predicciones queden completamente falseadas por dichos errores.
Entonces, “cuando un sistema no es determinista o es caótico, muchas veces sucede que si bien la aparición de ciertos hechos concretos no es predecible, sí pueden darse probabilidades razonables de dichos eventos. Esos sistemas si bien no son perfectamente predecibles pueden llegar a ser estadísticamente predecibles”. A partir de la falta de certeza, me cuestiono si la afirmación de Di Bari: Seremos una potencia tecnológica en seis años, tiene visos de ser contingente (si tiene una probabilidad alta de suceder o, en otras palabras, el riesgo es mínimo de que no suceda).
La nota de prensa del Palacio Nacional dice: El experto en innovación tecnológica Vito Di Bari aseguró hoy que República Dominicana tiene la oportunidad y las condiciones para crear un “Dominican Valley”.
“Ese es mi sueño”, dijo el futurista de origen italiano al expresar su deseo de que en República Dominicana se produzca un significativo y rápido aumento de la cantidad de empleos relacionados con la tecnología, tal y como ocurrió en Silicón Valley, región ubicada al sur de San Francisco, Estados Unidos.
El diseñador de innovación emitió esas consideraciones al dictar la conferencia: “Impacto de la tecnología y la innovación para la productividad y la creación de empleos”, que contó con la participación del presidente Danilo Medina.
La foto de la conferencia la tomé junto a la frase futurológica de Di Bari y la parafraseé del diario Digital Multimedia, y pueden encontrarlo en el siguiente enlace: https://n.com.do/2019/03/08/afirman-rd-presenta-condiciones-para-potenciar-area-tecnologica/ , pero también la encontré en un periódico establecido como El Caribe en el enlace: https://www.elcaribe.com.do/2019/03/08/panorama/pais/dice-rd-puede-ser-lider-en-tecnologia-en-6-anos/
Pero, repasando el futuro, encontramos la noticia de que una empresa de comunicaciones había organizado en el año 2018 un evento del Futuro Tecnológico para Quisqueya, con la presencia de Vito Di Bari, como se informa en el siguiente enlace: https://www.diariohispaniola.com/noticia/46551/economia/culmina-con-exito-el-clarotec-empresarial.html
Si el símil de pasar de un “Silicón Valley” a un “Dominican Valley” es tomado en cuenta por las autoridades criollas, debemos recordar que el milagro del valle californiano se debe a una universidad puntera, Stanford, que con la libertad de pensamiento y vocación investigativa, produjo los emprendimientos de los estudiantes y profesores. Por ello, sucedió en la costa oeste y no en el este de los Estados Unidos de América.
También quiero recordar otro ejemplo muy divulgado por otro presidente dominicano que viajó y visitó el Parque Industrial de Hsinchu para tratar de replicarlo (el infravalorado ITLA) y pregonar que seremos el “Taiwán del Caribe”. Pongamos al día este contexto, ya que la crisis comercial es por el avance de las redes de comunicación 5G por la República Popular China, y la reacción de Trump de torpear el predominio chino (desarrollado por la empresa Huawei) en las telecomunicaciones. Entonces, ¿Qué ha hecho el Estado dominicano para crear la infraestructura que soporte a una industria tecnológica?
Hablamos de Stanford y Silicón Valley, hablemos ahora de la otra China, es decir, Taiwán, ya que allá existen el Instituto de Investigación sobre Tecnología Industrial y el Instituto para la Industria Informática, que han producido por miles patentes que generaron las empresas que, posteriormente se mudaron a las zonas económicas especiales de la China Continental e introdujeron la industria hasta alcanzar el avance que notamos hoy. ¿Tenemos en perspectiva que la alianza con la China de Beijing nos impulsará en un Plan Estratégico para el liderazgo tecnológico que nos pronostica el Dr. Di Bari?
El Dr. Di Bari señala, con razón, los dominicanos presentes y trabajando en el Silicón Valley, pero ¿tomó cuenta que la misma experiencia la tuvo Taiwán con los chinos trabajando en empresas tecnológicas norteamericanas que fueron atraídos con incentivos y posiciones ejecutivas altas para lograr el desarrollo que muestra esa isla? Le recuerdo que en 1960, Taiwán tenía un desarrollo menor que República Dominicana, y ambas dependían de la industria azucarera y eran sociedades rurales.
Ahora bien, en futurología se usa un artificio para evitar las proyecciones irrealistas, por lo que establecen tres: una optimista, otra realista y la pesimista. Espero que el estimado de Di Bari, fuese la optimista, porque son muchos los años que serán necesarios para la construcción de mucha de la infraestructura urgente para despegar nuestra industria tecnológica. Mi esperanza ronda los 40 años que les tomó a Taiwán e Israel para situarse como líderes tecnológicos. Lamento que América Latina no tengamos esas experiencias, porque hemos sido tecno-dependientes en vez de tecno-generadores, como sospecho, quiere vendernos el señor Di Bari.
Por mi parte, espero ver ese liderazgo, aunque no sean los seis años del pronóstico de Di Bari. Igual que Di Bari, este escribidor estudió la obra de Kenneth Arrow y su manifiesto de que la economía evolucionista no aparece en su frase tan determinista. ¿Habrá que volver a sus fundamentos del segundo mejor?