UNO

¡Éste es un país del carajo!

El Gobernador del Banco Central, un frío tecnócrata que se especializa en ofrecer grandes dosis de buenas noticias, anunció que la República Dominicana había alcanzado un 7.5% de crecimiento en el año 2014. Y yo ni me inmuté. Ya nada de lo que él diga me inmuta.  Es por él que  sé que nuestra economía es superior a la de China, y que nuestras mercancías han inundado el mundo. Es él quien nos ha enseñado que Alemania es una “chivita jarta de jobo”, y que toda la productividad del aparato industrial  norteamericano es un “peo de burro” al lado de la vertiginosidad de nuestro tinglado de producción. “El mentiroso mejor pagado de la bolita del mundo” tiene muchos millones de “ra$ones” para dibujar  en todos los gobiernos (lo hacía con el mismo desparpajo en los gobiernos de Leonel Fernández) un panorama halagüeño  de la realidad dominicana, salvando el modelo económico, y dejando intacta la inequidad y la injusticia que revelan la crudeza de los datos económicos.

La Comisión Económica para América Latina y el caribe, la conocida CEPAL; acaba de publicar su informe sobre la reducción de la pobreza; y si le colocamos como telón de fondo los datos de crecimiento económico en la República Dominicana durante los últimos quince años, nos insurreccionaríamos contra el futuro truncado que  “El mentiroso mejor pagado de la bolita del mundo” siempre nos oculta. Porque, ocurre que sí, hay un crecimiento sin desarrollo, hay una constante ascensional de la riqueza; pero lo que revela el Informe de la CEPAL es que somos el país con la segunda tasa de pobreza en el continente, y nuestros niveles de indigencia permanecen como una realidad vegetativa a la que no se toca. El nivel de pobreza promedio en el Continente es del 28%, mientras que el nuestro alcanza un 40%. El Informe lo dice sesgando una franja de indigencia extrema, a la que el 7.5% del gobernador le pasa por encima; y clavando una estaca fría en esa noción del desarrollo en la que se ha revolcado ese frío tecnócrata que se culipandea cuando anuncia que hemos crecido más que China, Alemania o Estados Unidos.

¡Este es un país del carajo!

DOS

El Informe de la CEPAL es también un pequeño epitafio a todos esos programas remediales de carácter clientelar, que han erigido los gobernantes de los últimos quince años para legitimarse. ¿Qué son, a la luz de este lnforme, los programas asistenciales, Solidaridad, el bono-luz, el bono-gas, y un largo ectcétera?  Son, sin ninguna duda, frigoríficos para almacenar pobres. Instrumentalización de la pobreza, construcción del inmovilismo social. La ecuación arbitraria entre crecimiento y reducción de la pobreza, referida en el Informe para nuestro país, despliega una sociedad frisada en la cual nada ha ocurrido en término de movilidad social. La gruesa costra de la pobreza extrema está intacta, y ahora sabemos con datos suficientes, que si el clientelismo existe, es por la negación de los derechos sociales de los ciudadanos. Y que ese fardo clientelar es el modo como la práctica política dominicana ha contribuido con la agudización de la miseria. De manera que los “filántropos” del gobierno no pueden ya esgrimir el argumento del combate a la pobreza, y el exótico Gobernador del Banco Central debería hablarnos de qué tipo de crecimiento se trata. Además, es aterradora la estación de la vida para quienes nacen en éste círculo infernal de la pobreza en nuestro país, porque lo que se infiere del informe es que equivale a una condena, y son mínimas las posibilidades de ascenso social.

Tampoco debería conmovernos Margarita Cedeño de Fernández, cuando entrega una canastilla a una parturienta, y le ruedan dos gruesas lágrimas de cera por el maquillaje. Ni Leonel, ni Hipólito, ni Miguelito, entregando canastas navideñas con una sonrisa de felicidad. Ni Danilo “apechao” con los productores cuando les suelta un chequecito de préstamo. ¡Que se lean éste Informe! Que sientan la vergüenza de palpar con datos crudos la realidad que ellos mismos han  ayudado a crear.

TRES

¡Este es un país del carajo!