Los políticos tratan a los

Militares, como si fueran

Vulgares putas.

Querer muchas cosas o querer pocas da lo mismo, la cuestión es querer algo para en realidad darle valor al por qué de la vida. Estar muriendo en una cama como algo natural y sin embargo estar en paz debe de ser la mejor muerte. El sentir que quiso algo aunque ese algo sea el que lo tenga al borde de la muerte. Pero ese querer, ese algo no puede ser material porque amargaría el momento, a sabiendas que se quedara todo  pero, el cumplimiento de los principios morales, éticos y hasta patrióticos no se quedan, se van de manera sigilosa y sin ser vista junto con nosotros, así como se nos va la vida.

Esta es la tercera entrega tratando lo mismo sobre el gran problema nacional, patriótico y de seguridad para la existencia de la propia Nación, es decir, el tema militar principalmente, y que no necesariamente lo aparta del problema policial. Porque me viene en ganas decir, que mis creencias valen más que todas aquellas que me digan que no son ciertas. Y no es que exista prepotencia  alguna, sino que las mismos son producto de vivencias, no de lo que algún bibliógrafo o historiador le dé la gana en escribir y yo deba creer, sino porque no soy ciego, sordo ni mudo y aun vivamos en una cleptocracia o dictadura democrática, aun así no me pueden hacer callar y mucho menos si alguien habla de su congreso; su pueblo; sus alcaldes o su combinación de partidos, porque asimismo yo también puedo hablar de mis creencias.

Una de ellas tiene que ver de una u otra manera, en que ningún político Presidente se ha preocupado o le ha importado un bledo la institucionalidad de las Fuerzas Armadas o la Policía Nacional y que solo la utilizan para sus intereses políticos del momento, más bien, como una simple, vulgar y sucia sábana  blanca flotando pendiendo de un hilo, para asustar a los pendejos.

Porque los políticos han convertido a los militares y desde siempre, en marionetas de sus declarados u ocultos deseos, los han convertido en esclavos sin voz ni voto, porque en verdad le temen más al voto que no puedan comprar que al fusil que pueden anular. E inclusive en algo mucho más peor y cobarde, porque muchos de estos reniegan de la violencia, sea real o falsa percepción, y lo hacen en realidad porque otros la están haciendo por ellos.

Sus representantes, es decir, los Jefes Espalderos, presentan a las FF.AA y la P.N, con un vestuario de fantasía, pero pasado de moda hace siglos, lo cual los deja al desnudo en su tozudez de no admitir la verdad. Y esa dolorosa verdad es que estas instituciones son la cenicienta del Estado Dominicano. Su decadencia efectiva se manifiesta hasta en los desfiles carnavalescos que realizan, donde gastan los millones que le son asignados para ese determinado show de mal gusto y hasta de vergüenza para todos aquellos militares profesionales que en realidad conocen lo que es un desfile militar y no la cosa que se está haciendo como parte general del carnaval. Pero no pueden hablar, no pueden exigir como cualquier funcionario civil o político y gritar que ese tipo de aporte solo aparece para cuando los políticos les interesan comprarle un vestuario para ese acto.

Es algo parecido a lo que acontece con las aeronaves militares, que en ocasiones solo aparece uno en condiciones y es para llevar los periodistas y funcionarios que acompañan al “Comandante”, que no se preocupa por aplicar una de las reglas del Don de Mando… ¡Preocuparse por el bienestar de sus hombres! Esa es la razón por la cual, el helicóptero que utilizaba un ex-Presidente vio sus mejores días abandonado en un hangar porque a la institución apenas le asignan en el  presupuesto general para carga fija, algo así para llegar un poco más allá del medio año. Y de la eficiencia para lo que deben de hacer es mejor ni hablar, solo como ejemplo: una avioneta cruza tres o cuatro veces sobrevolando el Palacio Nacional y en todo ese tiempo no apareció ni uno de esos que tienen nuestros cielos blindados, es decir, los “Super Truhanes”. ¡J..er! ¡Si señor! Me volví a quedar sin espacio.