El tema de la migración ilegal haitiana en este país ha creado muchas fisuras, de hecho se estima que si existe un tema que es capaz de unir a todos los dominicanos ese es el tema haitiano. Siempre me había preguntado cómo se daba el tráfico de un haitiano ilegal cuando existen tantas paradas y chequeos militares y había concluido que era imposible que esto sucediera sin complicidad en todos los órdenes, tesis que comprobé cuando regresaba de una provincia del sur profundo y como dice un merengue de Ramón Orlando, esto fue lo que ví.
Regresaba de Neyba, provincia que queda al sur de la República Dominicana, y en el autobús venían unos seis haitianos. En el asiento delante del mío venía uno de ellos con quien el cobrador sostenía la siguiente conversación "oye lo que hay, yo tengo mis contactos en la capital, yo me comprometo a dejarte en un lugar seguro, después de ahí ya ustedes se las ingenian, solamente tienen que darme dos mil pesos cada uno".
Dos mil pesos es equivalente a 42 dólares con cincuenta centavos. En cada punto de chequeo militar el cobrador se desmontaba y le decía al militar "comando todo está en orden" pasándole cierta cantidad de dinero que intentaba ser discreta, pero el gesto era evidente.
Luego continuaba su conversación con el haitiano "mira hay otros que te cobran hasta cinco mil pesos por llevarlo a la capital, pero lo dejan botao y después no saben qué hacer, sin embargo yo nada más te estoy cobrando dos mil y te dejo en un lugar seguro, te dejo ubicao porque yo tengo mis contactos en la capital, ustedes son los que saben, pero el dinero tienen que dármelo ahora a mí porque yo tengo que darle lo suyo a mis contactos allá".
Creo que debí grabar todo eso para tener las evidencias de cómo sucede el tráfico de personas. Ese cobrador posiblemente terminara ganándose doce mil pesos extras entre él y el chofer y quizás algo menos si asumimos que sea cierto lo de los contactos en la capital.
Llamó mi atención de que el cobrador repetía muchas veces que tenía su contacto y que lo dejaba ubicao en un lugar seguro. Y tanto que se habla de traición a la patria y a la soberanía de quienes asumen una postura de respeto de los derechos humanos porque la trata de personas es condenada en todo el mundo. Pero como vemos la entrada ilegal es una cadena de complicidades muy extensa que no se resuelve compartiendo videos que inducen al odio o con el discurso trasnochado de la soberanía, se resuelve enfrentando las raíces, no las ramas, enfrentando las causas, no las consecuencias, o ambas y las raíces son estas que acabo de narrar visto y oido por estos ojos y estas orejas que se los han de tragar la tierra.