La reelección del presidente Danilo Medina vuelve a enfrentar a los peledeístas.

No es nada nuevo que desde 1999 el partido morado exhiba, para cada torneo electoral, conflictos internos. Sucedió en 1999, en el proceso primarista, cuando Danilo Medina despojó a Jaime David Fernández Mirabal de la candidatura a primer mandatario de la nación (certamen 2000); en 2007, para las primarias en las que Leonel Fernández aplastó a Medina como aspirante a ocupar la jefatura del Estado (elecciones 2008); y en 2015, ocho años después, cuando desde el poder el presidente Medina modificó la Constitución para humillar al Sr. Fernández y repostularse (comicios 2016).

Este cuarto 'round' comienza luego de lo que dijera Roberto Rodríguez Marchena, director de Información, Prensa y Publicidad de la Presidencia y del Centro de Información Gubernamental (CIG): “la gente es la que quiere (que Danilo, NH) se quede en el poder más allá de 2020", declaraciones que traen al ruedo político una nueva modificación a la Constitución [a menos que, como dijera el Dr. Jorge Subero Isa, "…el Tribunal Constitucional lo permitiera sin reformar la Carta Magna amparándose en el principio de igualdad de oportunidades", (lo que, NH) "sería posible porque actualmente la Constitución sólo establece la limitación para repetir en el cargo al Presidente de la República…"].

Franklin Almeyda reprochó a Marchena diciendo que "no es vocero del PLD y debería limitarse a hablar por la Presidencia". La respuesta en su cuenta de Twitter fue: “@RodrigMarchena Ud no es vocero del @PLDenlinea; hablé Ud por @PresidenciaRD La reelección es un tema de otros poderes del Estado y en todo caso partidario”. Luego señaló que su tuit había sido borrado: “¿Es censura? ¿Ya vamos en ese nivel de intolerancia? Cuànto vale la tranquilidad? Tú cheque sito @RobertoRodriguezMarchena #TumbaPolvoPorUnChequesito”.*

Tanta vileza hay en la acción de hacer del gobierno un Comité de Base del PLD como en la remuneración que con el dinero del pueblo reciben, por su actividad en favor del partido, los "compañeros" morados

En palabras más elocuentes, eliminando la simbología que caracteriza a Twitter, Franklin Almeyda le ha dicho a Roberto Rodríguez Marchena que desde el gobierno está haciendo planteamientos que sólo competen al partido (lo cual es correcto, no obstante las administraciones peledeístas se hayan caracterizado por "confundir" partido y gobierno; no hay una línea que separe las acciones de ambos). Marchena le ha señalado a Almeyda que está cobrando RD$250,000.00 mensuales sin trabajar [pertinente denuncia ya que el dinero que el exrector de la UASD recibe "sin trabajar" procede de las arcas del Estado, igual que el que reciben, sin doblar el lomo, cientos de miles de peledeístas más (al margen de la tendencia a la que pertenezcan dentro del PLD)].

La depravación ha llegado tan lejos que quienes están administrando el país no se esfuerzan ya en cubrir las apariencias. Tanta vileza hay en la acción de hacer del gobierno un Comité de Base del PLD como en la remuneración que con el dinero del pueblo reciben, por su actividad en favor del partido, los "compañeros" morados.

Al señalar que Franklin Almeyda cobra 3 millones de pesos al año, Marchena está acusando abiertamente a Danilo Medina de ser el responsable de la corrupción que impera en el país; es un razonamiento lógico y simple: el jefe del Estado es el Presidente, y es él quien autoriza al Sr. Almeyda a devengar 250 mil pesos mensuales, por hacer nada, para que viva como un noble de la corte imperial española del siglo XVI [debe constar que son más de 3 millones de pesos al año que le chupa al erario; habría que incluir el sueldo extra (la regalía), las dietas, las canastas, los vehículos, la gasolina, el celular, etc., etc., etc.].

"Sin honrar el salario" (¡hermosa definición que la "prensa" da al pillaje!), Franklin Almeyda ha cobrado más de 15 millones de pesos en el gobierno de Danilo Medina, cuyo principal compromiso deber ser destinar los recursos del fisco a satisfacer las necesidades del pueblo, no usurparlos para mantener los "políticos profesionales" de su parcela. ¿Es esto a lo que se refería el conceptualizador de Leonel Fernández cuando hizo consignar en la Constitución el "Estado Social y Democrático de Derecho"? ¿No se convierte lo que tanto él como el presidente Medina han hecho en una flagrante, abominable y punible violación a los derechos del pueblo (robarle la salud, la seguridad, el empleo, la educación y la vivienda)? ¿Puede la masa pobre, que es el sector más amplio de la sociedad, con este saqueo, obtener los medios que le permitan "perfeccionarse de forma igualitaria, equitativa y progresiva, dentro de un marco de libertad individual y de justicia social, compatibles con el orden público, el bienestar general y los derechos de todos y todas"?

¡Basta de tanto latrocinio y tanta burla! Franklin dice que no cobra sin trabajar: “quien le renuncie a un Presidente, está rompiendo políticamente con él”. Son sus palabras. No hay fullería en la que incurran los peledeístas que estos no encuentren "la debida" respuesta. Como no puede renunciarle al Presidente, porque rompe "políticamente con él", entonces debe cobrar más de 3 millones anuales por vacacionar… Dice él que trabaja; que su función es estar atado políticamente al Presidente. ¡Cuánto descaro!

El denominador común de los cuatro enfrentamientos ha sido una persona que se haría llamar, por sus propias palabras, inescrupulosa (usando la descripción que diera acerca de buscar la reelección "en un país como la República Dominicana")… Entre Franklin Almeyda y Danilo Medina es imposible señalar al más ruin, pero hay un refrán que tendría que instituirse como mandato popular: ¡Cuando el perro ladra se castiga al amo!

¡Qué pena que no haya oposición ni coronel que se quiera casar con la gloria para acabar con tanta degradación! Hemos criticado los asesinatos de Stalin con firmeza y determinación, pero algún día, quizás algún día, llegaremos a asimilarlos.

Nemen Hazim

14 de marzo de 2018

Carolina, Puerto Rico

*[Nota: Los tuits han sido copiados fielmente. Reflejan las faltas ortográficas de un director de "Información, Prensa y Publicidad de la Presidencia y del Centro de Información Gubernamental (CIG)" y de un antiguo "Rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (’la más antigua Universidad de América' y 'la más alta casa de estudios')". Esto explica la decadencia de la sociedad dominicana.]