Anteayer 9 de abril se conmemoró un año más de la muerte del maestro Frank Lloyd Wright (Richland Center, Wisconsin; 8 de junio de 1867 – Phoenix, 9 de abril de 1959). Hoy, desde nuestra columna semanal, queremos hacer nuestro particular homenaje compartiendo algunos datos interesantes sobre parte de su ejercicio profesional, quizás, no tan conocido. Entre 1911 y 1917, Frank Lloyd Wright diseñó un tipo muy diferente de viviendas denominadas American System-Built Houses, con un espíritu  más de diseño personalizado que de producción de prototipos o modelos de repetición.  Conservando la técnica de la industrialización de los elementos, Wright planteaba, en asociación con la Richard Company de Milwaukee, casas que aprovecharan este potencial de la producción en fábrica, pero dotando a cada modelo de identidad propia a través del diseño. El planteamiento consistía en reducir el tiempo de construcción mediante la producción sistematizada y en cadena de montaje de componentes como los bastidores de madera, elementos estructurales, cerramientos verticales y horizontales, molduras, revestimientos y carpinterías. El resultado deseado era la reducción no solo del tiempo, sino de los costes de mano de obra y materiales ofreciendo, además de las ventajas inherentes a la industrialización, una alternativa fresca a las casas prefabricadas en el mercado.  Con este proyecto de las American System-Built Houses, el maestro hacía coexistir dos aspectos aparentemente contradictorios hasta ese momento: 1) la optimización de la construcción mediante los procesos de industrialización y la producción en serie y 2) un diseño individualizado para cada proyecto. Esta iniciativa empresarial que no tuvo el éxito deseado queda documentada en los más de 960 planos y dibujos de los múltiples  diseños de las casas de la pradera de producción industrial del maestro Fran Lloyd Wright que se conservan en la Fundación que lleva su nombre.

Este gran impacto de las viviendas prefabricadas encontró gran parte de su inspiración en el ejemplo de la cadena de montaje del modelo de automóvil Ford T de Henry Ford. Ciertamente todo este movimiento sirvió de motivación a los exponentes de la arquitectura mundial en Estados Unidos y Europa y en esta última sobre todo pasada la primera Guerra Mundial.

Gracias Maestro Wright…Gracias por Fallingwater House, por el Guggenheim Museum, por la Johnson Wax , por Taliesin West. La historia de la arquitectura del Siglo XX lleva también su nombre. Nuestra admiración total es nuestro homenaje.

Hasta la próxima.