Preámbulo
De los cuatro hijos procreados por la ilustre pareja formada por Salomé Ureña de Henríquez y Francisco Henríquez y Carvajal, tres son muy conocidos y respetados en el mundo de las letras hispanoamericanas: Pedro, Max y Camila Henríquez Ureña. En cambio, no ha sucedido así con el primogénito de esa honorable familia: Francisco Noel Henríquez Ureña, cuyo nacimiento aconteció el 3 de diciembre de 1882 en la ciudad de Santo Domingo, específicamente en la casa marcada con el número 13 de la calle San José (hoy calle 19 de Marzo No. 254) esquina calle La Cruz (hoy calle Salomé Ureña en honor a su madre). Le llamaban Fran, aunque él firmaba sus cartas, casi siempre, así: «Frank».
En esa misma casa de dos pisos, en el primero, contrajeron matrimonio, el 11 de febrero de 1880, los progenitores de Francisco Noel. Padrinos de la boda fueron Noel Henríquez Altías, padre de Henríquez y Carvajal, y Gregoria Díaz Vda. Ureña, madre de la célebre poetisa y educadora. Entre los testigos se encontraban Federico Henríquez y Carvajal, Alejandro Woss y Gil y Emilio Prud’homme. La madre de Henríquez y Carvajal, Clotilde Carvajal de Henríquez, había fallecido en 1873; en 1875 también había fallecido el padre de Salomé, el escritor y abogado Nicolás Ureña de Mendoza. Luego del casamiento, Francisco y Salomé formaron su hogar en la casa No. 25 de la calle El Estudio, designada con el nombre del inmortal Eugenio María de Hostos el 15 de marzo de 1904.
Tenía Francisco Noel apenas un año de edad cuando sus padres decidieron mudarse, en diciembre de 1883, a la casa de dos plantas ubicada en la esquina formada por las calles La Esperanza (actual General Luperón) y Los Mártires (hoy calle Juan Pablo Duarte). En la primera planta estaba el hogar, en el segundo funcionada el Instituto de Señoritas, centro de enseñanza para mujeres fundado por Salomé Ureña el 3 de noviembre de 1881 bajo las orientaciones pedagógicas del prócer y educador puertorriqueño citado. Francisco Henríquez y Carvajal fue profesor de ese plantel. En esa casa nacieron Pedro (29 de junio de 1884) y Max (16 de noviembre de 1886). Con ambos, al igual que con su hermana Camila (9 de abril de 1894), sostendría unas armónicas relaciones.
Ahora bien, pocos son los dominicanos en el ámbito de las letras (incluso intelectuales, educadores y trabajadores de la cultura de mucha presencia en la vida cultural de República Dominicana) que tienen conciencia clara sobre quién fue Francisco Noel Henríquez Ureña. Llenar un poco —sólo un poco— ese vacío existente, por lo menos en el escenario dominicano, en lo tocante a ese miembro de la familia Henríquez Ureña es el propósito de este breve ensayo o reunión de apuntes intrahistóricos.
Francisco Noel fue el primero de la familia en mostrar vocación literaria y editorial
Francisco no fue, como sus tres hermanos, un cultivador de las letras en su adultez, pero tenía el talento para haberlo sido. Incluso, siendo muy joven escribió algunos artículos literarios en revistas y periódicos de finales del siglo XIX: la Revista Ilustrada (1898-1899) y el periódico El Ibis (1900), por ejemplo. En sus Memorias Pedro Henríquez Ureña nos informa que Francisco fundó una revista literaria que circulaba en la ciudad de Santo Domingo. Se refiere Pedro a la revista Nuevas Páginas, que comienza a circular precisamente en 1900 en la ciudad de Santo Domingo por iniciativa de Fran y del poeta Apolinar Perdomo. En ese naciente medio da a conocer, en ese mismo año, algunos trabajos en prosa. Dice el insigne humanista: «No fue el año 1900 para mí un año de producción literaria; hice algunas traducciones en verso y algunos trabajos en prosa, que publiqué en una pequeña [revista que acababa de fundar mi hermano Fran]….»1 Pedro también afirma que su hermano Frank, «con aficiones literarias mucho menores que las nuestras, fue el primero en lanzarse a una empresa ya pública».2 Se refiere, lógicamente, a las aficiones literarias de su hermano Max y de su hermana Camila. Sobre las circunstancias bajo las cuales tuvo lugar la aparición de la revista literaria Nuevas Páginas el investigador cultural Alejandro Paulino Ramos nos dice lo siguiente:
«En 1900 circuló Páginas, sustituta de la Revista Ilustrada de 1898. Páginas estaba dirigida por Manuel A. Machado y se agrupaban en torno a ella Antonio Alfau Baralt, Gastón Fernando Deligne, Américo Lugo, Hipólito Billini y Virginia E. Ortea. Para ese mismo año apareció la revista Ibis, al parecer influenciada por la lectura de las obras de Vargas Vila. A este grupo ingresaron jóvenes que habían colaborado con la Revista Ilustrada, pero que no pasaron a Páginas, entre ellos Francisco Noel Henríquez Ureña, Apolinar Perdomo, Porfirio Herrera, Mario A. Mazara y Bienvenido Iglesias. Muy pronto los de Páginas y los de Ibis se fusionaron en una sola publicación a la que llamaron Nuevas Páginas».3
En torno a la vocación literaria de su hermano mayor Max Henríquez Ureña opina así:
«[El] hijo mayor de Salomé […] empezó por escribir a los diez y ocho años, páginas de elegante factura («Redención» e «Irredenta»), publicadas en la Revista Ilustrada, que dirigió Miguel Ángel Garrido en 1899. Después abandonó para siempre la literatura, pues consagrado a la abogacía, solo produjo en materia de seguros algunos trabajos de índole jurídica, como el folleto Los robos en los ferrocarriles, que vio primero la luz en Cuba Contemporánea».4
Cuba Contemporánea fue la revista de mayor importancia en la vida cultural cubana de 1913 a 1927, período en que circuló mensualmente. Difundía información sobre la vida cubana en los ámbitos político, económico y social, pero haciendo énfasis en lo referente a la cultura y al arte. En ella escribían importantes intelectuales cubanos y extranjeros: Dulce María Borrero, Emilio Roig de Leuchsenring, Juan Marinello, Alfonso Hernández Catá, Enrique José Varona, Domingo Figarola Caneda, Miguel de Carrión y Max Henríquez Ureña, entre otros.
NOTAS:
2Loc. cit.
3Alejandro Paulino Ramos. «Revistas y Grupos Literarios en la Historia Dominicana». Internet (Miércoles, 17 de diciembre de 2008): http://historiadominicana.com.do/historia/republicana/161-revista-y-grupos-literarios-enla-historia-dominicana.html (Consulta: 14 02-13).
4En su artículo «Antecedentes familiares», publicado en el periódico Listín Diario (Santo Domingo) del 16 de agosto de 1967, en su columna «Desde mi Butaca», y firmado con el seudónimo «Hatuey».