Raros son, los jóvenes politicos, que niegan la necesidad de reducir la huella ecológica de su país, que no cuestionan el consumo excesivo de sus sociedades  o que no  rechazan  la polución marina producida por sus desechos industriales, que no defiendan el discurso de Al Gore, y que no han firmado algún manifiesto defendiendo esas exigencias. El presidente Macrón es de esos jóvenes presidentes que asume el discurso de los Acuerdos de Paris, en torno al Planeta y que a nivel interno, en Francia, tuvo que ser coherente con esa posición: cedio frente a la  lucha de los ecologistas opuestos a la construcción de un aeropuerto en tierras agrícolas ricas y productivas que ocuparon por más de 30 años.

1 – HISTORIA DEL CONFLICTO DE NOTRE DAME DES LANDES al oeste de Francia.

El conflicto  se inició en los años 60, cuando por primera vez se anunció la construcción de un aeropuerto,   cerca de Nantes, que en ese entonces buscaba convertirse en el tercero más concurrido de Francia, con una inversión de 580 millones de euros.

En 1974, se apartaron los terrenos agrícolas al sur del pueblo de Notre-Dame-des-Landes,  se declararon como zona de planificación prioritaria (ZAD). El proyecto se mantuvo dormido hasta el 2000 pero renació de los escritorios y en el 2009, un grupo de ecologistas ocupo esas 1.600 hectáreas para impedir el proyecto,  preservar las tierras y el derecho a cultivarlas. Las autoridades  los enfrentaron, intentaron desalojarlos  varias veces pero a principio del 2018, el gobierno del Presidente Macron anuncia que no hara  el aeropuerto porque “dividió a la población”,  la decisión implica la devolución de las tierras expropiadas a los agricultores.

LO SINGULAR DE LA SITUACION….

Macrón  dio la razón a los ecologistas, a pesar, del resultado del referéndum celebrado en el 2016, por la población -Notre-Dame-des-Landes-  en el que el 55 %  había aprobado la construcción de ese aeropuerto, ¿Cómo interpretar esa decisión? ¿Porque recordamos esa  historia que duro  más de 40 años???

EL PROYECTO DE LA MONTANA DE ORO EN GUYANA: Macron frente a su coherencia

Contamos la historia de esa lucha histórica, porque el Presidente Macron, de Francia,  democrática y de vanguardia en la lucha por la preservación del Planeta Tierra, Francia, anfitrión de la COP 21 en 2015, se encuentra en una encrucijada.

Francia y su gobierno, que se comprometió́ a tomar medidas concretas contra el calentamiento global mediante la promoción de actividades económicas que respeten los imperativos del desarrollo sostenible, se apresta a implementar en su territorio de ultra-mar, Guyana, una mega-mina industrial de oro, la cual amenaza  fuertemente el medio ambiente y la salud humana.  Francia no tiene ni un código legal minero vinculante sobre estos aspectos, ni un organismo institucional de control y monitoreo dedicado a enfrentar  esa  nueva realidad y  que bien podría ver el gobierno del Presidente Macron,  enfrentado a una nueva lucha social, hasta con  su propio  electorado.

En Guyana se pone, de nuevo,  a prueba la coherencia del gobierno frances:

  • 1º porque organiza de nuevo un referéndum para que la población se pronuncie a favor o no de esa explotación minera pero vimos que no tomo en cuenta los resultados del referéndum,  en el caso arriba mencionado y 
  •   al mismo tiempo, anuncia que dio el permiso a esa explotación minera a una mega empresa multinacional constituida entre Rusia y Canada para la explotación del oro en una  inmensa  parte de su territorio ultra mar, unos miles de km2 de bosque tropical para la explotación de lo que sera la mas grande mina de oro en el continente latinoamericano llamada  “La Montagne d ‘ Or” “Montana de oro”   que como en Pueblo Viejo,  removerá 54 millones de toneladas de material tierra-bosque para producir 1,6 gramos de oro por tonelada! Un verdadero proyecto monstruoso, que el continente y los ecologistas del mundo debemos rechazar por sus desproporcionadas dimensiones, por los impactos que generara, por sus nefastas consecuencias sobre el efecto invernadero, el cambio climático y la biodiversidad, sin dejar de mencionar  a la población que recibirá tan pobres beneficios:

700 empleos a esos franceses de ultra mar consumidos por la pobreza y el desempleo y a quienes se le ha dado, como en el caso del aeropuerto, la “responsabilidad cívica” a partir de un referéndum, de decidir si quieren o no, una minera en su bello entorno tropical, entre áreas protegidas, en plena selva amazónica,! si quieren o no trabajar a esas condiciones!.

DERECHO CONSTITUCIONAL versus DERECHO A LA VIDA

Esa actitud es la que promueve, ese joven presidente francés, que se define como ecologista en Francia pero no en Guyana. Que es  demócrata al punto que organiza una consulta, pero que no respeta sus resultados porque es pendiente de factores exógenos. Sabemos, lo pernicioso que es, organizar una consulta en un  país, devastado por el desempleo, el abandono y sometido a la manipulación de  los políticos y de ciertos medios: en esas condiciones, solo las alertas ecologistas podrán armar a la población de argumentos que le haga rechazar ese proyecto por los daños que provocaría esa explotación minera en un continente en lucha contra las decisiones de sus políticos, contra la destrucción de la Patagonia, de la Amazonia, esos reservorios ambientales del Planeta Tierra.

LA RESISTENCIA NACIONAL E  INTERNACIONAL

El 22 de febrero 2018, el colectivo “Or de Question” de Guayana Francesa, con el apoyo de seis ONG francesas, decía “no a la mega-mina industrial de oro en Guyana”. Desde entonces, fueron más de 120.000 personas que han apoyado de forma individual la petición que circula en el mundo. La sociedad civil internacional está  movilizada y hoy en dia, cuenta con 105 organizaciones de 25 países diferentes quienes requieren del gobierno francés la parada inmediata del proyecto “Montagne d’or” (Montaña de oro) llevado por  el consorcio Columbus y Nordgold, y una moratoria para cualquier proyecto de mega-mina industrial de oro en esta región.

  • El  movimiento ambiental nacional e internacional pide al Presidente Macron y al mundo: protección del medio ambiente, de los derechos humanos, respeto a las poblaciones indígenas, a la agricultura y a la soberanía alimentaria … Todos esos grupos son reconocidos por su trabajo en Francia y  sobre todo en América Latina y  en los países vecinos de Guayana Francesa, donde varias mega-minas de oro se encuentran al centro de graves conflictos humanos y sociales. Entre ellos,  Bolivia quien les ha prohibido, Uruguay quien está solicitando una moratoria de la mega-minería metálica y el Salvador quien acaba de votar la prohibición de cualquier nuevo proyecto minero en su territorio.

¿ Qué credibilidad tendría Francia para dar lecciones de ética y de ecología a los países en desarrollo, en particular los de America del Sur, quienes, con sus economías frágilizadas por proyectos similares,  tienen el valor de enfrentarse a las multinacionales mineras para garantizar el derecho a la tierra ancestral de sus poblaciones originarias, el  acceso al agua y al suelo no contaminados para su población, cuando pretende abrir una mega-mina de oro gigantesca en el corazón de la Amazonia, pulmón del planeta ?