Se puede decir que la fórmula de elección presidencial, que teníamos en la Constitución del 25 de julio de 2002, en su artículo 49: “…El Presidente de la República podrá optar por un segundo y único período constitucional consecutivo, no pudiendo postularse jamás al mismo cargo, ni a la Vicepresidencia de la República”, se inscribe dentro de los países, que de manera general, permiten la reelección presidencial inmediata, pero prohíben la reelección presidencial indefinida.
Entre ellos están Alemania, Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, EEUU, Rusia, Finlandia, Francia, Grecia y Portugal.
La mayoría limitan la elección del Presidente a sólo dos veces, pero en ninguno de los casos tienen la misma redacción que lo establecido en la Constitución dominicana de 2002.
La de EEUU, que es la que de manera errónea, políticos, intelectuales, académicos, comunicadores, periodistas y analistas dominicanos, dicen que es la misma que tuvimos en 2002 y que debemos tener en adelante, para nada plantea lo mismo.
Lo que dice la Enmienda 22 de la Constitución de los EEUU, del 27 de febrero de 1951 en la Sección 1, es que “No se elegirá a la misma persona para el cargo de Presidente más de dos veces”. En ningún caso habla de que la postulación debe ser consecutiva y mucho menos dice que no puede presentarse nunca más, como la nuestra.
Queda claro entonces que en la RD nunca hemos tenido la forma de elección presidencial de los EEUU, que lo que tuvimos en el artículo 49 de la Constitución de 2002 fue una fórmula única
El modelo de EEUU significa que no importa las veces que se postule y pierda, que bien podría postularse de manera consecutiva o no, lo importante es que sólo podrá ser electo dos veces, así no sea consecutiva, así se haya postulado todas las veces que pueda, antes de lograrlo.
Por ejemplo, de acuerdo a esa Constitución, Jimmy Carter y George H. W. Bush, podrían ser candidatos nuevamente, postularse a la presidencia, porque sólo han sido elegidos una vez, pero no lo hacen porque tienen otra cultura política.
En dado caso, lo que están defendiendo los funcionarios Ramón Ventura Camejo, Gedeón Santos, los senadores Rubén Darío Cruz de Hato Mayor y Euclides Sánchez de la Vega, empresarios del Cibao, y todo el que prefiere los dos períodos consecutivos y nunca más, no es el llamado modelo estadounidense (mal llamado norteamericano), sino al modelo “Hipólito Mejía”, que fue el Presidente de la República Dominicana que promovió esa reforma a la Constitución, con el objetivo precisamente de reformar ese artículo 49 que le prohibía postularse para las elecciones de 2004.
Es el modelo Hipólito, porque no hay otra Constitución que tenga esa redacción que obliga a presentarse de manera consecutiva al período siguiente y gane o pierda, no puede presentarse nunca más ni siquiera a la Vicepresidencia de la República. Estoy de acuerdo con los que defienden volver a ese modelo y estoy de acuerdo con sus argumentos, con lo que no estoy de acuerdo es con la actitud oportunista que exhiben.
¿Por qué no defendieron esta posición cuando se estaba reformando la Constitución de la que resultó la actual del 26 de enero de 2010? Era mucho más fácil en ese momento convencer al pueblo, a la opinión pública, sólo bastaba tomar los resultados de la Consulta Popular convocada por el Presidente de la República, a la sazón, Leonel Fernández, entre octubre de 2006 y febrero de 2007, cuyos resultados reflejaron que el 48.3%, de los consultados sobre el tema de la elección presidencial entendían que debía quedarse como estaba.
Al final se impuso el modelo que fue apoyado sólo por un 13.9% de los consultados. En ese momento, armados con la voluntad popular mayoritaria, se debió pedir, dejar ese artículo 49 como estaba y no permitir que se impusiera lo establecido en el artículo 124 de la Constitución actual, “elegido cada cuatro años por voto directo y no podrá ser electo para el período constitucional siguiente”.
Si lo hubiesen hecho en ese momento, la realidad de hoy fuera totalmente diferente. Danilo podría presentarse sin problemas para su segundo período consecutivo, y en el PLD para 2020 sin Leonel ni Danilo, se iniciaría la era de un nuevo liderazgo, oportunidad para hombres y mujeres de ese partido como muchos méritos, como son los precandidatos de este proceso, Reinaldo Pared. Francisco Javier, Temístocles Montas y Radhamés Segura, así como otros, también con las condiciones, Francisco Domínguez Brito, Margarita Cedeño, Cristina Lizardo, Carlos Amarante Baret, Gedeón Santos, Gonzalo Castillo, entre otros.
Para el PRD la situación hubiese sido mucho mejor, porque Miguel Vargas Maldonado hubiese sido candidato seguro en 2012 y quizás hoy Presidente, además, aunque perdiera es casi seguro que el Partido no estaría dividido, porque Hipólito Mejía, que ha sido la piedra en el zapato, estaba liquidado.
Queda claro entonces que en la RD nunca hemos tenido la forma de elección presidencial de los EEUU, que lo que tuvimos en el artículo 49 de la Constitución de 2002 fue una fórmula única, el cual en dado caso deberíamos llamar “modelo Hipólito”. También está claro que solicitar volver a ese modelo, es anacrónico y oportunista, porque los mismos que hoy lo solicitan tuvieron una gran oportunidad en su momento y no lo hicieron.
Mi humilde punto de vista es que la Constitución dominicana debe reformarse, pero de manera integral y completa, que este no es el momento para hacerlo y tampoco le conviene al presidente Danilo Medina imponerla.