Al Estado, como el más alto nivel de organización de la sociedad, le corresponde promover empleos de calidad  como el medio más idóneo para contribuir con  la dignidad humana.  La dignidad humana, en ese contexto, equivale a la capacidad de la persona  de comprar alimentos, disponer de una vivienda, de servicios de salud y educación, así como de esparcimiento o diversión, entre otras facilidades.

De acuerdo a la clasificación o categorización que prevalece, el sector formal comprende a todos los ocupados asalariados que laboran en establecimientos de 5 o más empleados y que incluye además a patronos, profesionales, intelectuales, gerentes y administradores. Mientras que el sector informal lo constituye  todos los ocupados asalariados que trabajan en establecimientos de menos de cinco empleados además de trabajadores por cuenta propia que pertenezcan a los  grupos ocupacionales de agricultores, artesanos, operarios, comerciantes y trabajadores no calificados.  El sector informal generalmente no paga impuestos directos y se encuentra al margen de la Seguridad Social con todas sus implicaciones.

Se entendía que los  salarios o cualquier otra forma de ingreso del sector informal eran inferiores a los del sector formal; mas estudios recientes del Banco Central demuestran que para  la mayoría de los empleos los salarios del sector informal son superiores a los del sector formal, a excepción de los patronos, profesionales, intelectuales, gerentes y  administradores.  Además que de acuerdo a cifras oficiales de los aproximadamente  4 millones de ocupados en la  República Dominicana, 44 de cada 100 están en el sector formal y 56 en el sector informal.

Tomando en cuenta la diferencia de ingresos o salarios entre el sector informal y formal ya comentada, sucede que estudios del salario mínimo del sector formal muestran que junto a México, la RD es el país que menos ha evolucionado al respecto al grado tal que tomando en cuenta tanto el sector privado como público se presenta una reducción del salario mínimo real   entre un 8 y un 44% en relación  a los niveles vigentes en el 1979. Lo cual explica entre otros factores por qué el crecimiento económico tiene tan poco impacto en el país  en la reducción de la  pobreza y la inequidad.

La realidad que reflejan los estudios indica que hay que replantearse la dicotomía entre la informalidad y formalidad laboral.  Lo que significa considerar entre otros múltiples factores entre ellos, el impacto en el mercado de trabajo  de las migraciones e inmigraciones. La disyuntiva entre la informalidad y formalidad del mercado laboral en la República Dominicana, debe replantearse y priorizarse  en aras del  auténtico desarrollo nacional.