I.- Una explicación
1.- Da la impresión de que amplios grupos humanos del país, por la agitada vida que estamos llevando, como consecuencia de la diversidad de problemas que debemos enfrentar, no se han detenido a pensar lo que ha significado el cambio en su forma de actuar de nuestros paisanos.
2.- Porque he vivido más de ocho décadas, de manera ininterrumpida en mi país, y siempre he permanecido estrechamente vinculado con distintos sectores, clases y capas sociales, puedo decir que la gente nuestra ha cambiado en forma negativa en su conducta.
II.- Características de la nueva conducta de mi connacional de hoy
3.- Hace unos días escribí un artículo con el título: “Lamentablemente, estamos conviviendo con gente de una nueva conducta”, y en la letra b) expuse: La mejor imagen del compatriota de nuevo comportamiento, la tenemos en ese que, así por así, se ha colado entre nosotros y se caracteriza, entre otras formas de proceder, por conducir su vehículo en forma temeraria; habla mentira con suma naturalidad; es individualista, apático, sinuoso, desleal, licencioso, jactancioso, veleidoso, hipócrita y estéril. Por ser un irresponsable, se siente realizado haciendo comentarios difamatorios por las redes sociales sin identificarse.
4.- Ahora procedo a precisar lo peculiar en cada una de las figuras que indiqué en el párrafo anterior. Veamos.
5.- El que conduce en forma temeraria, porque pone en movimiento su vehículo accionando atropelladamente, es demostración de que quien ejecuta es un desaprensivo cualquiera, que irrespeta la vida de los demás. Semejante proceder lo vemos a cada momento por las calles del país.
6.- El mentiroso. Recurrir a la mentira, se ve hoy como algo normal al momento de dar una explicación. Él es el dañino que se vale del embuste para engañar. Es hoy una persona aceptada como si fuera sincera, auténtica.
7.- El individualista. El individualismo es el rasgo fundamental del egoísta, que ve la vida y el mundo partiendo de su interés particular, por lo que es opuesto al auténtico humanismo, colectivismo e internacionalismo.
8.- El apático, es ese indolente que abunda aquí; el impasible indiferente a todo, que no se conduele de nadie. Carece de todo fervor para hacer el bien. Se muestra remolón en cada ocasión.
9.- El sinuoso, es ese que a diario observamos comportarse onduloso, es el mismo que nunca dice el fin que persigue con su actitud, porque actúa muy taimado.
10.- El desleal está hoy presente en todos los espacios físicos del país, exhibiendo su ausencia de lealtad. Es traidor por formación personal, e incapaz de demostrar fidelidad, porque su razón de ser es la traición a su mejor y más cercano amigo. El canalla no tiene limitación alguna para demostrar su felonía.
11.- El licencioso. Es ese innoble de costumbres inmorales, lo tenemos presente por todas partes, y como verdadera crápula es modelo de desenfreno y puro libertinaje. Es el modelo de antisocial, depravado e impúdico.
12.- El jactancioso es la figura más despreciable que ha hecho acto de presencia en el medio social dominicano. Este prueba su petulancia y engreimiento en procura de fastidiar a cualquier ser humano de actuar modesto.
13.- El veleidoso es el ejemplo del inconsecuente que ha logrado sembrar, con sus actuaciones volubles, la forma de actuar aquellos que aquí tienen una conducta frívola, para no darle importancia a las cosas que son de interés para la sociedad.
14.- El hipócrita, con su forma de ser especial, de fingir lo que no es, o lo que no siente, llegó a la nueva sociedad dominicana y en ella se mantiene como primer ejemplo de lo que es un verdadero farsante.
15.- El infecundo. Es el último espécimen en la lista de los que representan la mejor imagen del dominicano de nuevo comportamiento, porque en su forma de ser interpreta la viva realidad del hombre o la mujer inútil, completamente seco, lo improductivo para la sociedad.
16.- Para comprender la realidad de la definición que damos como características de las personas viciadas de la nueva sociedad y conducta, es bueno que cada quien lea detenidamente lo que define individualmente a las figuras ya descritas.
III.- Demostración de la diferencia en la conducta de mis compatriotas, de ayer y de hoy
17.- A lo mejor, muchos de mis paisanos no se han dado cuenta, que sus relaciones con gente de diferentes estratos sociales, las conductas son muy dispares, y esa variedad nos dice que estamos en un ambiente yuxtapuesto, en una unión complicada e indeseada.
18.- La forma de comportarse hoy la dominicana y el dominicano, desdice por completo el trato que demostraban en el pasado. Lo que ahora prima es la animosidad sin justificación, la inquina sin motivo, en fin, se pone por delante la desafección, ante que la sana amistad.
19.- La sociedad con gracia se ha perdido, y se exhibe como normal la grosería del mal educado, que ha penetrado a todos los grupos y es tolerado con mucho gusto y aceptación. La buena educación nada vale; ella sirve como chiste al que solo conoce la incivilidad.
20.- En nuestro país la situación de desprecio a los buenos modales, ha llegado hasta el punto de confundir la decencia, la integridad y la moral, con la abundancia y riqueza de bienes, como si el lujo y la opulencia aportaran decencia a la persona humana.
21.- Ese individuo que anda por esas calles de Dios, conduciendo un lujoso y costoso vehículo, es el mismo que lo estaciona sobre la calzada, porque solo tiene dinero hecho con el narcotráfico, pero no puede tener urbanidad, que se adquiere en el hogar y en la escuela, donde fructifican educación y civilidad, pero no la grosería del insolente.
Razonamiento final
22.- Mientras tanto, que no cambie el ordenamiento económico y social vigente, con sus ideas, ética y moral, la mayoría del pueblo dominicano seguirá como hasta ahora soportando antisociales ricos de dinero, pero pobres de buena conducta.
23.- Si el orden económico predominante en el país, genera un sistema educativo infructuoso, lo que produce tiene que ser ineficaz, es decir, un material humano no adecuado para vivir conforme la decencia y las buenas costumbres.
24.- De manera inexorable, ha de llegar el momento cuando el pueblo dominicano, con el esfuerzo de sus mejores hombres y mujeres, construirá una sociedad nueva, que contará en su seno con seres humanos formados para vivir completamente educados, y llenos de felicidad material y espiritual.