Las voces en off siempre han tenido el encanto de colarse como la voz de alguna conciencia que tuviste. Esa voz será como una tinta: subraya lo que ves, te envuelve lo posible tuyo, a veces puede crear la magia de los mapas movibles, de la cartografía que se va recreando a partir de tu estatura, tus sombras, tus fantasmas.
Alessandro Focareta (1977) ha logra con su video ensayo “I vetri tremano” (2017) situarnos en amplios bosques donde los filósofos podrían hablarnos sobre bosques, monólogos, pájaros que se entierran. Hölderlin, Thoreau, Nietzsche, Heidegger, Benjamin, María Zambrano, todos podrían contarnos sus experiencias sobre el arte de caminar sin buscar líneas, de perderse como estrategia para encontrar verdades.
Si al principio el film se nos anunciaba como un intercambio de sms entre un hijo y su madre enferma, teniendo el paisaje ruinoso de Cuba, en esos 72 minutos la experiencia otra, mucho más abarcadora.
Focareta sabe hilar breves historias que como un equilibrista alocado se orientan a realidades aparentemente disímiles: una infancia feliz, una familia trabajadora, que supo los rigores de la migración, los terremotos en Italia, el impacto de la Segunda Guerra Mundial por esas serranías y la crisis de la pequeña empresa familiar. Del otro lado, el absurdo teñido con tintes tropicales -léase el “realismo caribeño”-, teatros que se construyeron para una cosa y que se programaron como ruinas, los rigores del clima y las máquinas ruinificadoras de lo que una vez se llamó “Revolución” en Cuba.
A nuestro autor, sin embargo, no le interesan las opiniones, los juicios. Lo suyo es desplegar un álbum de pequeños y esplendorosos encuentros. Recuperando viejos filmes hogareños, Alessandro Focareta realizado algo que Walter Benjamin denominó el “pensamiento de las imágenes”, aquello que Rudolf Anrheim luego refinó al plantear que la imagen no se podía escindir del pensamiento.
Convertir las experiencias personales en metáforas de nuestra modernidad es como un salto mortale. Trabajar las escenas de tal manera que no caigan en el aburrimiento narcisista e historias que solo interesan cuando en grupo de cuatro o cinco celebras tu cumpleaños, es cosa del buen arte. “I vetri tremano” es filme de pequeñas tensiones y regocijos. Aquel arte gráfico del cine, el encanto de la pintura cubana, recuperaciones de esa fantasmagoría infantil que todo tendremos, la combinación de situaciones y conceptos que entreteje esta película están al nivel de una fina joyería.
Es inevitable pensar de pronto en viejos y nuevos maestros, en Chris Marker o en el “Counting” (2015) de Jem Cohen para darse cuenta que en esta obra de Alessandro Focareta accederemos por nuevas puertas a eso viajero, inconcluso, ruinoso, lúdico que nos conforma. La combinación de las historias y los panoramas mantiene la tensión. Cuando parece que hay una ambientación emotivamente tensa, entonces llueve en la Habana, un pescador trata de hacer su trabajo al lado de un pelícano que parece lo estará acompañando para su infancia, pero. Luego vendrá Eloina, la señora que desde hace más de sesenta años parece haber convertido las butacas de ese cine en su familia propia.
“I vetri tremano” es una valiente transcripción de todos los árboles que nos tocan. Brevísimos ensayos, islas y penínsulas que salen de las formas del tabaco, todo se esfuma aquí, como debe ser, o como simplemente se es. A veces es posible ser feliz en el cine. ¡Gracias Alessandro!
I vetri tremano
Italia, Cuba / 2016 / Color / HD, Dolby Digital /72’
Verión original: italiano, español. Subtítulos: español, inglés.
Guión: Alessandro Focareta.
Fotografía: Alessandro Focareta, Angelo Onofrio, Jaime Guerra, Carlo Focareta.
Edición: Alessandro Focareta.
Sonido: José Homer Mora.
Producción: Apolide Film – Alessandro Focareta et Emil Rodriguez.
Distribución: Apolide Film – Alessandro Focareta.
Filmografía de Alessandro Focareta:
Piccolo Mondo, 2015 – Obsolete impressions, 2014 – Afterword, 2014 – Scatole/Boxes, 2013 – Submerged Flow, 2009