La Procuradora Fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso, declaró recientemente que en el 90% de los casos criminales, participan militares y policías de todos los rangos. Ante tan horrorosas, bochornosas, peligrosas y perturbadoras afirmaciones, la Jefatura de la Policía Nacional pretende reducir el impacto negativo en la población, diciendo que la fiscal “exagera”. Naturalmente, como la policía carece de credibilidad, la ciudadanía da mayor crédito a la fiscalía.

Las vergonzantes declaraciones de la Fiscal Reynoso, debieran preocupar y movilizar a las máximas autoridades de la nación, incluyendo toda la jerarquía militar, policial, Ministerio del Interior, organismos de seguridad, para reducir tan dramática realidad. Aquí las autoridades saben, conocen o pueden indagar el estilo de vida de cualquier ciudadano y con mayor razón a sus miembros, por lo que los responsables de estas instituciones, parece que ni se reúnen para enfrentar tan anómala situación, que al parecer ni les quita el sueño.

De nada sirven los anuncios de cancelaciones, traslados, pensiones y retiros forzosos, si no hay sanción conforme a los Reglamentos Internos y al Código Penal. La compra de plazas, ascensos, amiguismo, injerencias políticas, llevar lo del jefe, ingresos de personal sin la debida depuración, etc. en las instituciones militares y policiales, son acciones que deben ocupar la máxima atención de los jefes, para detener malas conductas y no permitir que esas instituciones se degraden tanto y “perezcan” en sus manos. Si no, llegará el día en que las fuerza de la voluntad política y geopolítica, la humillen o “borren” por ser fuente de escarnio y vergüenza para nuestra sociedad.

Ciertamente, la humillación, ya es una realidad que no nos permite ni a los miembros activos o inactivos, levantar nuestra frente con el debido orgullo, que fuera inculcado en el otrora y brillante pasado de la carrera militar y policial.