Al final de estas líneas aparece el enlace del artículo que escribí en la revista cultural digital Plenamar el 2 de octubre en curso (*), titulado igual que este, “Fire Shut Up in My Bones”, que es el título del libro de memorias de Charles M. Blow y de la ópera de Terence Blanchard, con libreto de Kasi Lemmons, basada en dicho libro, que habituales espectadores de The Met: Live in HD vimos en la pantalla de la sala 5 de Fine Arts Cinema Café at Novo Centro, transmitida desde The Metropolitan Opera House de Nueva York, el pasado sábado 23, y volveremos a ver grabada (encore) este miércoles 27 a las siete de la noche.
A lo que escribí en dicho artículo (que les recomiendo leer para que tengan más información acerca de esta ópera), ahora añado que se trata de una ópera extraordinaria que rompe esquemas y establece varios precedentes, entre ellos ser la primera de un compositor negro que se presenta en The Metropolitan Opera House.
Blanchard nos ofrece desde música clásica sinfónica hasta góspel, rhythm and blues y jazz en una mezcla maravillosa que se refuerza con estupendos números corales y coreográficos al estilo de los musicales de Broadway. Es muy peculiar e irreverente el lenguaje utilizado (incluyendo las llamadas ‘malas palabras’ no pronunciadas antes en el escenario de The Met, por ejemplo, motherfucker), pero que es coherente con las temáticas raciales y sexuales que aborda la ópera.
Mención aparte merecen la espectacular escenografía de Allen Moyer, el vestuario diseñado por Paul Tazewell y la calidad de cada uno de los intérpertes: el barítono Will Liverman y el niño Walter Russell III, en los roles de Charles adulto y niño; la soprano Angel Blue, en el triple papel de Destiny (el destino), Loneliness (la soledad) y Greta; la soprano Latonia Moore como Billie, la madre de Charles; así como el resto del elenco.
En lo adelante, en The Met tendrá que hablarse de un antes y un después de “Fire Shut Up in My Bones”. Despido estas líneas citando al propio Blanchard: “Siendo un amante de la música y frente a la abrumadora tarea de tratar de mantener la atención de la gente durante dos horas, intenté usar todo lo que tenía a mi disposición para contar una historia y tener a la audiencia, para realmente mejorar los flujos de esa historia, así que todo se convirtió en una influencia. Quise asegurarme de tener muchas variables diferentes para mantener a las personas interesadas en lo que estaban escuchando… Quiero que sientan el poder de la historia de Charles. Espero que puedan relacionarse o sentir empatía por lo que pasó y, con suerte, salir de todo el asunto conmovidos y conscientes de lo que sucede en nuestra comunidad. Espero que al terminar sientan que pueden conquistarlo todo”.
(*) NOTA: Más información en el mencionado artículo contenido en este enlace: