A principios de semana leímos la noticia de que, por primera vez en más de cien años de historia del Banco Central de Japón, una mujer, Tokiko Shimizu, había sido designada en la dirección de ese organismo, poniendo a este país en paralelo con Estados Unidos, donde Janet Yellen ocupó el puesto por cuatro años, o la Unión Europea, que tiene a Christine Lagarde desde el año 2019.
Pero esa lista es incompleta, el año pasado, además de Christine Lagarde, muchas otras mujeres estaban en esa posición, con una de ellas rivalizando con Héctor Valdez Albizu y Alan Greenspan en longevidad en la función. Desde el 2002 Cindy Scotland está a cargo de la Autoridad Monetaria de las Islas Caimán. A nivel mundial y que ocupen todavía sus cargos, la han ido sucediendo en permanencia, Jeanette Semeleer, en el Banco Central de Aruba desde 2008; Maiava Ainuu-Enari, del de Samoa desde el 2011; Caroline Abel, Jorgovanka Tabaković, Retselisitsoe Matlanyane, de las islas Seychelles, Serbia y Lesotho respectivamente (todas desde 2012), Elvira Nabiullina, de Rusia desde 2013. Joy Grant, Gobernadora del Banco Central de Belice desde 2016 y muy cerca geográficamente, Verónica Artola e Irma Martínez Castrillón, en funciones desde 2017 en Ecuador y Cuba respectivamente. En el 2018 se sumaron Datuk Nor Shamsiah Binti Mohd Yunus, de Malaysia, Anita Angelovska Bezhoska de Macedonia del Norte y Catia Tomasetti, de San Marino.
Claramente, con solo 15 mujeres a la cabeza de más de 170 instituciones de este tipo, se necesitan más esfuerzos para que como humanidad podamos aprovechar el talento de numerosas personas que por costumbres, prejuicios, falta de visión y de oportunidades, se desperdiciaba. Estos ejemplos concretos encarnan tendencias mundiales donde se van empezando a ver mejorías. En el sector financiero, la administración de fondos de pensión es la rama que tiene más mujeres en puestos directivos (41%), seguidos de los mismos bancos centrales, especialmente los europeos (como puesto directivos, no como figura máxima, tal como la enumeración de más arriba hace evidente).
Para llevar estas aseveraciones más cerca de nuestras realidades locales, esta misma semana tenemos un ejemplo de que gracias a la labor de muchas personas, entre ellas las economistas Yasmin Chaljub y Jacqueline Mora y la filósofa de estudios, pero tesorera de profesión, María Angélica Haza, esta semana fue seleccionada como mejor estudiante de ingeniería de la Universidad de Massachusetts Amherst, una dominicana, Gabriela Martinez, por demás sobrina de la propia Yasmin.
Es muy probable que este magnífico desempeño de Gabriela se haya visto favorecido por el esfuerzo de varios años aportados por muchos más hombres y mujeres además de las tres estrellas que cito más arriba y que se ocupan no solo de promover el pensamiento científico, sino también de conseguir el financiamiento para que se celebre anualmente la First Lego League, un certamen de robótica, valores y compromiso social para jóvenes de 9 a 14 años y donde Gabriela participó cada año hasta resultar muy mayor para seguir concursando. El año pasado compitieron más de 650 jóvenes de escuelas públicas y privadas y en este 2020, por el confinamiento para enfrentar el coronavirus, esta actividad no se pudo realizar. Una pena, porque está visto que se dan las oportunidades la ciencia no discrimina.