El financiamiento estatal o privado es uno de los recursos escasos en la actividad empresarial del campo, el mismo es imprescindible para  incrementar la inversión en la producción agropecuaria nacional; la falta del crédito agropecuario está motivada en una serie de factores que van desde lo riesgoso de la actividad agropecuaria, la falta de garantías hipotecarias por la escasa titulación de la tierra en el medio rural hasta las normas prudenciales de la ley monetaria y financiera que penalizan y desincentivan, directa o indirectamente, el crédito al campo en nuestro país.

El presidente Danilo Medina, en sus visitas semanales, otorga créditos a asociaciones de productores/as, cooperativas y a otras instituciones colectivas que trabajan en la agropecuaria nacional de una manera ágil y expedita con recursos del estado; la forma de otorgamiento de esos financiamiento genera una serie de cuestionamientos que trataremos de poner sobre el tapete en este artículo para determinar el nivel de transparencia con que son otorgados tan necesarios financiamientos, esto debido a que los mismos son realizados con fondos estatales provenientes de los impuestos que pagamos los dominicanos; esos cuestionamientos los planteamos a continuación.

¿Se determinan las capacidades operativas y de manejo de los recursos financieros en las instituciones que son objetos de los financiamientos, de manera que con los créditos otorgados se obtengan las metas esperadas?

¿Se determina la factibilidad técnica y financiera  de los proyectos financiados, de forma que se pueda minimizar el riesgo de fracaso y por tanto lograr el repago de los mismos o son “financiamientos” otorgados a fondo perdido?

¿Se realizan estudios de mercados de manera que el incremento en la producción obtenido en los proyectos financiados por el poder ejecutivo se logren colocar en el mercado nacional o internacional a precios rentables para los productores?

De tenerse en cuenta todas las especificaciones y regulaciones institucionales, operativas, técnicas y financieras en los créditos otorgados por el  Señor Presidente; nuestro mandatario se adjudicará el mérito de haber creado, en el mercado financiero nacional, una ventanilla de crédito agropecuario colectivo exprés; de lo contrario sería una nueva edición del vernáculo clientelismo político, que no es más que es un intercambio oficioso de favores, en el cual los burócratas ocupantes de cargos políticos otorgan y concesionan prestaciones obtenidas a través de su accionar público o de contactos relacionados con el mismo, a cambio de apoyo electoral.