¿Qué es la filosofía de lo humano? La filosofía de lo humano es el conocimiento del Ser, que tiene y busca el filósofo, en este caso, el literato, para reencontrarse consigo mismo; es una búsqueda ontólogica del sujeto, en procura de reconocer su mismidad, asumiendo la otredad de manera solidaria.

Eso, precisamente, es lo que caracteriza al discurso narrativo de Bosch, dejándonos una estética fundacional que asume al ser humano, en su existencia, de manera recíproca, sin perder la magia metafórica y multívoca de los sentidos de la lengua.

Es la gente, es el pueblo dominicano, es nuestra media isla, en su insularidad de libertades y clamores, la que ruge, clama y reclama su condición existencial en la narrativa de Juan Bosch, quien, desde un principio, se entregó por amor y compromiso  al  pueblo dominicano.

Bosch, el escritor, el cuentista, el novelista, el crítico literario, el escultor, el gestor cultural, el político y poeta, el sociólogo: el hombre, fue y es un personaje vital de sus propios cuentos, por lo que plasmó su trajinar por la vida en su literatura. Narró sus penurias, narró sus fortalezas y sus debilidades, narró sus virtudes, narró sus utopías y sus anhelos: Él hizo suyo cada resuello de pueblo.

Desde su narrativa, no sólo se convirtió en el filósofo hermeneuta, sino que construyó un filosofar desde la inter- acción dialógica de sus personajes e hizo de la literatura una estrategia para la reflexión, el deleite y la emancipación del ser humano.

En su obra literaria, contar su dolor y la angustia ajena se constituyó en su apego al mundo, y sus quimeras forman parte de sus esperanzas, por lo que hizo de la literatura y la política un mismo estandarte libertario, una defensa a la integridad de los humildes. Su discurso narrativo se constituyó y se constituye en expresión transcaribeña, rompiendo así los marcos de la insularidad en cada trama de sus cuentos y de su novelística.

Aunque participaba en  el grupo de escritores llamado “Los Nuevos”, en La Vega, (1936), no se le puede ubicar en ningún movimiento literario del país, ni del exterior. Es un caso singular dentro de la literatura dominicana contemporánea. Digo singular, porque supo acoplar los clamores de su tiempo con la dinámica enunciativa de los sujetos actuantes en su narrativa.

Desde muy temprano sabía cuál era su responsabilidad como escritor y como ciudadano, por lo que, en una carta dirigida desde Puerto Rico, a Trujillo, en 1938, al renunciar del cargo de Jefe de Información de la Dirección General de Estadística,  le decía:

“Mi destino es ser escritor, y en ese campo, nada podía ya darme el país; y no sería eso sólo causa bastante a hacerme dejar el lugar  de  mi  afecto, sino que, además de no poder seguir siendo escritor, tenía forzosa- mente que ser político y yo no estoy dispuesto a tolerar que la política desvíe mis propósitos y ahogue mis convicciones y principios”.

“Mi destino es ser escritor”, decía Bosch, como si quisiera dejarnos la idea de que en ese escritor no se potencializaba la estirpe del político, cuando  ya en el 1929, a la edad de 20 años, en un artículo titulado “Los Dos Caminos de la Hora”, publicado en el periódico El Mundo, ya ponía de manifiesto su agudeza política y su convicción democrática.

He aquí al maestro en el uso de la lengua. He aquí al estratega en el uso de la palabra. Su Apuntes sobre el arte de escribir cuentos, publicados en el periódico El Nacional de Caracas, en el 1958, se quedaron cortos en la práctica narrativa del autor, porque el Juan Bosch escritor orgánico, superó al Juan Bosch teórico del cuento. Ahí tenemos el testimonio escrito del sobresaliente, Premio Nóbel de Literatura, Gabriel García Márquez, confirmando y vociferando su aprendizaje de Bosch.

Como escritor y como pensador, su narrativa se potencializó leyendo a grandes maestros de la literatura, como son Chejóv, Maupassant y Horacio Quiroga,  entre otros.

El discurso narrativo en Bosch se convierte no sólo en acto de escritura, sino también en expresión de la oralidad, de ahí, el decir particular en cada uno de sus personajes. La narración de Bosch no es simplemente narración de la historia, es también manifestación dialogante con el lector.

Hay en su narración una dramaturgia del sujeto actuante que informa y que construye conocimientos. Entonces, encontramos aquí una creación artístico-literaria en la que él se sumerge en un deleitar enseñando, para convertirnos  en  lectores  críticos, a partir  de  su enseñar-deleitando.

Bosch recrea la realidad y crea otras realidades; fue un creador de universos. En él, el mundo de la ficción fue también el mundo de los vínculos y complejidades de los hombres y mujeres vivientes, situadas en territorios específicos, colindados y colindantes con la realidad, con los sueños, con las esperanzas y con las utopías.

Aquí, historia y subjetividad son levantadas por el autor en procura de nuestras voces identitarias. Lo popular, el habla llana del pueblo, las muletillas y las interjecciones propias de la oralidad, están en la psicología de Juan de la Paz, de Rosalía y de Gallego, en su cuento “Rumbo al Puerto de Origen”, o en la voz de doña Ofelia, de Nemesio o de Pomares, en su cuento “La Noche Buena de Encarnación Mendoza”, o en la voz de ternura y reclamo que brota de María Sinsa, de Manuel Sicuri o de Jacinto Núñez, en el cuento “El Indio Manuel Sicuri”.

Juan Bosch se encontró a sí mismo en su literatura. Nos encontró en su búsqueda insaciable. Encontró y narró al pueblo dominicano, en sus quimeras, en sus luchas y en su trasiego histórico por la dignidad y por la democracia.

Juan Bosch narró la dominicanidad con estatura universal: Narró, y desde su visión profética nos proyecta una expresividad desnuda y descarnada sobre nuestros campos y nuestra gente. Elaboró un nuevo sentido de la literatura y de la vida en la sociedad dominicana.

Ciertamente, hay una filosofía de lo humano encarnada en su narrativa. Hay un filosofar que trasciende lo político partidario, porque desde hace mucho tiempo,  su  obra  literaria, cultural y artística, rompió los linderos de lo insular, para abrazar el sueño de La Gran Antilla de Hostos y Martí, empoderado de La Gran Colombia del pensamiento bolivariano.

Humano, fue su decir, su hacer y su pensar, como humana y significativa es su praxis estética. Es que el Ser humano, y su contexto vivencial, fue y es el fundamento central del pensamiento boschista y de su obra literaria. Por eso en su narrativa el hombre y la mujer recorren tramo a tramo su discurso poético-literario, dejándonos el compromiso de, a través de la lectura y con nuestros actos, reencontrarlo y asumirlo en su justa dimensión.
Su producción intelectual abarcó varias áreas de la creatividad, de la política, la cultura, de la reflexión y  del análisis  científico. Veamos:

NARRATIVA:

Camino  Real (1933)
Indios (1935).

La  mañosa (1936).

Dos pesos de agua (1941).

La muchacha de la Guaira (1955).

Cuentos de Navidad (1956).

Cuentos escritos en el exilio (1962).
Más cuentos escritos en el exilio (1962).

El oro y la paz (1975).

ENSAYOS:

Mujeres en la vida de Hostos (1938).

Hostos, el Sembrador (1939).

Apuntes sobre el arte de escribir cuentos (1947).

Judas Iscariote, el Calumniado (1955).

Trujillo, causas de una tiranía sin  ejemplo (1961).

David, biografía de un rey (1963).

Breve historia de la oligarquía (1970).
Composición social dominicana (1970).
Tres conferencia sobre feudalismo (1971).

Breve historia de la oligarquía (1971).

El Napoleón de las guerrillas (1976)

El Caribe, fronterra imperial: de Cristóbal Colón a Fidel Castro (1978).
Viaje a los antípodas (1978). Conferencias y artículos (1980).

La revolución de abril (1980). Laguerra de la Restauración (1980).

Clases sociales en la República Dominicana (1983).

Capitalismo, democracia y liberación  nacional (1983).

La  fortuna  de Trujillo (1985). La pequeña burguesía en la historia de la República Dominicana (1985).

Capitalismo tardío en la República Dominicana (1986).

Máximo Gómez: de Montecristi a la gloria (1986).

El Estado, sus orígenes y desarrollo (1987).

Textos culturales y literarios (1988).

Dictaduras dominicanas (1988).

Póker de Espanto en el Caribe Temas económicos (1990).

Breve historia de los pueblos árabes (1991).

Juan Bosch fue un maestro desde la perspectiva del ámbito de lo trascendente, en la política y en la literatura. Su sabiduría nos envuelve en su magia dialógica, y nos traza las pautas que ameritamos, nosotros, sus bisoños lectores, y nos pone frente a nuestros propios espejos, para que, en su narrar, nos miremos y miremos la patria y el mundo, para nunca más volver a perdernos. Para estar siempre en la proa de su decir y su pensar “rumbo al puerto de origen”.