Cada dia es necesario detenerse, al menos diez minutos y hacer un encuentro íntimo consigo mismo. Pasar un rápido balance, no a los bienes materiales sino al alma y al núcleo de afectos . Esa evaluación procede en cualquier momento pero es preferible antes de comenzar con los afanes, ajetreos del hogar, trabajo, escuela, en la dinámica del diario vivir.
Es un recogerse a sola y en silencio, para organizar la mente, las prioridades, serenarse. Evaluar metas, hijos, familia, amigos en general. Muchas veces pienso, “yo si estoy contentica hoy”. Sucede que luego de esta parada, encuentro que estoy en armonia con mi conciencia. No hay conflictos entre nosotros. Al menos, tengo las áreas despejadas. ¡Tremendo paso!!.
Estabilizar el interior proporciona una increíble paz y seguridad. Nada te agitas ni aturdes. Comprende los que te adversan. Muchos inician el dia angustiados, sin hacer este reencuentro, sin conocer que le molesta. Son los que se irritan con facilidad, se agotan sin saber el motivo. Salen a la calle con su mundo desorganizado y le impide ser exitosos, ambles, sonreir.
Del Yo interior, se debe expulsar lo nocivo, odios, ambiciones sin medidas, antivalores. Debemos hacer que brote la mejor esencia, amor, perdón, solidaridad, generosidad,.!los principios cristianos!. Asi entramos en complicidad con Dios. Aveces con tal intensidad, que nos creemos sus favoritos. Doy fé de que atiende nuestras peticiones y envia sus angeles a proteger. Todo fluye de manera tan maravillosa. ¡Lo amo!. Nos enseña a disfrutar compartiendo los detalles más simples.
Los ambiciosos que se afanan por los bienes materiales, desconocen este tipo de goce. Son tan infelices que no se dan cuenta que mal adquiridos y usados con egoismo, son murallas que dificultan el transitar. ¡Que cosa que hoy amanecí filosofando sobre la esencia de la vida!. ¿Que cual es? . Oh, la paz interior. No tiene precio. Es la clave para la armonia entre los pueblos. ¿Dónde y como se consigue?. Lo más fácil del mundo.
Lo primero es recordar que la vida es una, que estamos de paso. La señal de estarla viviendo a plenitud, es un gozo interior. De nada valen riquezas materiales sin el contento que produce ser fuente de aguas frescas, a causa de hermosos valores espirituales . Ese tesoro esta a tu alcance, dentro de tí. Es inagotable. Da íntima alegria. Nadie te lo quita. Contribuye a hacer del mundo un bello vergel. Además, tiene el mágico encanto de detectar los confundidos, que buscan lo material para poder deslumbrar y a quienes con mucha paciencia, debemos ayudar.