El cubismo es el primer movimiento que renuncia a la reproducción fiel de la realidad como se conoció el arte desde los tiempos del renacimiento.

En la obra abstracta, la imagen que resulta de la copia de la realidad no exististe. Por lo que se presta a confusión cuando observamos una obra cubista y por tanto tendemos a verla como una abstracción.

De ahí es que no resulta fácil desligar un estilo de otro. En el cubismo los planos y detalles obedecen a una reconstrucción del objeto visto, respondiendo a la multiplicidad de puntos de vista que es la manera en que se introduce el concepto del tiempo en el cubismo.

El primer artista de la cultura europea que dudo de la fidelidad de las cosas que representamos en el soporte fue Cezanne cuando observo que un objeto visto deja de ser el mismo al movernos y cambiar de posición cuando lo observamos y  lo queremos representar.

Por las observaciones de Cezanne  es que se introdujo en el arte de aquellos tiempos del inicio del siglo, los volúmenes geométricos que como tales no eran más que puras abstracciones.

Una nueva característica que agrega el cubismo a la expresión artística es la liberación del objeto artístico con relación al objeto de la representación.

El cubismo es  representación del objeto en cuyo grafismo se incluye el movimiento que es una forma de nosotros percibir el tiempo.

La abstracción no es figuración ni representación de formas que aparecen separadas de la conciencia del artista.

Si aplicamos a la obra de arte lo que hemos aprendido sobre abstracción en sentido general, veremos que no hay forma de comprender la obra que contemplamos.

Porque la abstracción se nos da cuando de todos los objetos conocidos, partes de ellos se puede convertir  en  un  denominador común que separamos  y por lo que le señalamos y   nombramos.

La abstracción que conocemos en la obra de arte se da como resultado de la concentración del pensamiento cuando prescindimos de la realidad.

Estado de nuestra conciencia en el que está ausente cualquier forma de evocación en la que interviene la memoria o la atención  nuestra  a alguna situación presente.

En el cubismo la obra resulta de la representación figurativa de la realidad. En una obra abstracta en cambio se renuncia a lo que aparece fuera de la conciencia del artista.  Es como una renuncia a la imagen que no llega por vía de la experiencia.

Nos viene a la memoria el ejercicio que solía poner un viejo pintor a sus discípulos. Consistía este en la creación que tenían ellos  que trabajar  mediante múltiples bocetos y  que el resultado fuera una imagen que no tuviera relación con algo visto o recordado.

El resultado de este ejercicio en una de las participantes que ya era adulta y casada, era la aparición  invariable de imágenes sensuales.